sábado, 26 de agosto de 2023

P.B. Calderón año 1982



Publicado en EL DIARIO MONTAÑES en fechas correlativas:


El “Memorial Laguillo”

En Villanueva de la Peña se disputaron las finales (alevines y benjamines) del Memorial José Luis Laguillo, donde se dieron los siguientes resultados; Benjamines: Pablo Pérez, 250 (128 y 122); Sergio Garmilla, 254 (126 y 128); J. Ignacio Gutiérrez, 124 y Javier Pérez, 110 bolos.

DM/ 22 de junio de 1982

 

“Memorial Laguillo” para infantiles

Ganó Marcos III

En las finales del Memorial José Luis Laguillo para jugadores de categoría infantil se impuso Alfonso González, que fue vencedor neto de esta categoría al superar al segundo clasificado en 53 bolos, esa firme promesa de Ontoria, sumó en los 415 bolos que supone una media por concurso de 138 bolos. El segundo, fue Jesús, de Salcedo, 362, clasificándose seguidamente: Roberto García, 252; Ángel Aguazo, 248; J. M. Ceballos, 120; Luis Fernando González, 112; Federico Bertolez, 110 y Fernando Ortiz, 108 bolos.

Tras la disputa de esta final se disputó el torneo de campeón de campeones donde el ganador se adjudicaba el “Memorial José Luis Laguillo”, proclamándose campeón Rafael Marcos, con 135 bolos. Este jugador de categoría alevín, es hijo del “Chaval de Bostronizo”, nieto del veterano Aureliano Marcos y bisnieto de aquel patriarca bolístico, Rafael Díaz, el de Bostronizo, a quien recordamos con cariño. ¡Cuánto disfrutaba el “abuelo” Rafael viendo a este chavalillo!

El infantil Alfonso González fue segundo con 129 bolos y el benjamín Sergio Garmilla, con 108 bolos. Nuestra felicitación a los tres chavalillos y a sus padres, Rafael, Césary Pedro.

Arbitró el señor Zubizarreta y al final se entregaron los premios. Joaquín Laguillo entregó el trofeo Memorial y varias bellas señoritas de Villanueva de la Peña repartieron los demás trofeos a los participantes.

DM/ 26 de junio de 1982


Liga de tercera categoría, de bolos

Grupo 13: H. Altamira, 33 puntos; Transportes Piquío, 30; J. Cuesta, 26; San Adrián, 21; Calderón, 16; Los Canarios, 15; San Jorge, 15; C. San Roque,14; La Cagigona, 13; San Vitores, 12; Tinuca, 8, y La Veguilla, 7 puntos.

DM/ 9 de julio de 1982

En la Liga de Tercera Categoría, grupo trece; La Peña Bolística Calderón se clasificó en 5º lugar, con 22 puntos.

(De la Memoria de la Federación Cántabra de Bolos, año 1982)

 

J. Ignacio Gutiérrez, vencedor en Muriedas

Concurso “Virgen del Carmen”

Benjamines: José F. Gutiérrez con 123 y José Ignacio Gutiérrez con 122, se harían finalistas, clasificándose, seguidamente, Pablo Pérez, 120, y Sergio Garmilla, con 107. Después en la final se impuso José Ignacio, con 134 bolos, mientras que su rival se quedaba, esta vez, en 107 bolos.

DM/ 18 de julio de 1982


Alfonso, otro récord

También desde la primera jornada del Campeonato Regional Infantil, que concluyó ayer, se perfilaba como favorito, Alfonso González y el chavalón (ya no se puede llamar chaval) de Ontoria, barrió en el campeonato dominando a todo lo largo y lo ancho del torneo con autoridad y con juego. Un juego que le dio ocasión de superar el récord que mantenía desde 1978 Juan Antonio Torre. Los 642 bolos de Torre quedaron atrás al sumar Alfonso en esta tarde triunfal y espléndida 677 bolos.

En las tiradas de la mañana quedaban eliminados: José Antonio González (368); Juan Jesús Molleda (366); Juan Carlos Fernández (362) y Arturo Calderón 338. Después de la semifinal Alfonso con una suma de 536 pasó a la final frente a Daniel Castillo, teniendo que ganar éste un desempate a Juan Carlos Rodríguez. Ambos habían igualado a 499, Juan Carlos sería, por ello, tercero dejando el cuarto lugar a Francisco Javier Rodríguez, con 483.

En la final, 37 palos de ventaja para Alfonso, que se vería reducida en las cuatro primeras tiradas a 20 bolos, pero Alfonso reaccionó y desde tiro largo se metió 80 bolos, totalizando 141, haciendo imposible que Daniel le diese alcance al sumar 130 bolos.

En definitiva Alfonso sumó –repetimos- 677 bolos y Daniel Castillo, 629 bolos.  Arbitró el Sr. San Román.

DM/ 25 de julio de 1982


Garmilla ganó en Oreña

En las finales para el concurso de segundas organizado en Oreña, con el patrocinio de la federación Cántabra de Bolos, se impuso como ganador Garmilla, con un total de 360 bolos, clasificándose seguidamente, Ignacio Fernández, 255; José María Gutiérrez, 237; Julio Tamés, 227; Pedro González, 102; Julio Peláez, 98; Rodrigo Núñez, 96, y Manuel Díaz, 93.

DM/ 1 de septiembre de 1982


Camus, ganó en juveniles

También se disputaron las finales del concurso para juveniles organizado por la Peña Bolística donde venció Juan M Camus con 371 bolos siguiéndoles Emilio García, 368; Rodrigo Núñez, 222; José Luis González, 216; José A. González, 107; Luis A. Mosquera, 106; Ramiro Mier, 103 y Juan A. Pérez, 99.

DM/ 15 de septiembre de 1982


Infantiles en ”La Cocina”(Roiz)

El Memorial Victoriano Pérez, para Daniel Castillo

La bolera de “La Cocina”, en Roiz, fue lugar de cita, el domingo, por la tarde, de la muchachada bolística de categorías menores. Las nuevas generaciones mostraron, una vez más, su futuro espléndido, las jugadas se sucedieron con brillo propio, en una bolera que no tiene nada de fácil, pero los chavales hicieron valer sus cualidades y su saber aprovechar las jugadas al máximo.

Se disputaba el “Memorial Victoriano Pérez” como póstumo homenaje a quien en vida fuese gran aficionado a nuestro juego vernáculo y eficaz secretario de la Peña Bolística Zurdo de Bielva, que ahora organiza este certamen.

Primero se disputarían las semifinales y finales de las tres categorías, para que después los vencedores de cada serie pusieran en disputa el trofeo memorial.

Los resultados de las finales fueron las siguientes:

Benjamines: Víctor López, 261 bolos; José Ignacio Gutiérrez, 256; Pablo Pérez, 129; y Miguel Ángel Gómez, 128 bolos.

Alevines: José Luis Mallavia, 268; Rafael Mardos, 260; Javier Barquín, 129, y Javier Muela, 117 bolos.

Infantiles: Daniel Castillo, 238; Fernando Ortiz, 232; Alfonso González, 119; Juan José Setién, 109 bolos.

En la disputa del trofeo “Victoriano Pérez” (campeón de campeones) se impuso Daniel Castillo, con 125 bolos, seguido de José Luis Mallavia, 124, y Víctor López, 113 bolos.

Todos los jugadores recibieron sendos trofeos, otorgándose el premio a la desgracia a Alfonso González.

Arbitraron los señores Díaz Rojo y García (José).

Se cerró con gran expectación este certamen en el que han intervenido 128 jugadores.

DM/ 28 de septiembre de 1982


Peña Calderón (Oreña)

También los de la Peña Calderón de Oreña jugaron ya sus torneos internos en los que se registraron los siguientes datos estadísticos:

Primera y Segunda: Pedro Garmilla, 226; Bernardino Cobo, 218; Rafael García, 103, y Leopoldo Gutiérrez, 97 bolos

Tercera categoría: Tomás Noriega, 381; Juan M. Camus, 343; Ángel Escalona, 212; Juan A. Pérez, 210; Roberto Llaca, 103; Roberto Manzanares, 102; Lorenzo Cobo, 98, y Juan Carlos Rodríguez, 97 bolos.

Aficionados “A”: Agustín Pérez, 219; José M. Cobo, 211; Antonio Pila, 98; Jaime Rodríguez, 95; Florencio Blanco, 90; y J. Antonio Renedo, 88 bolos.

Aficionados “B”: Javier Rodríguez, 223; Ángel Aguazo, 202; José Seco, 87 y Fermín García, 85 bolos.

Aficionados “C”: Venancio Barreda, 210; Julián Fernández, 201; Manuel Moratías, 100, y Tomás Noriega, 87 bolos.

Veteranos: José Luis Gómez, 190; Ángel Rodríguez, 182; Pelayo Ansorena, 88, y Juan Cayuso, 82 bolos.

Infantiles: Roberto García, 342; Daniel Castillo, 339; Emilio Gómez, 231; Ángel Aguazo, 217 bolos.

Benjamines: José Ignacio Gutiérrez, 385 bolos; Miguel A. Gómez, 381; Sergio Garmilla, 245 y Gabriel Bielva, 229 bolos.

Minibenjamines: José Antonio Cuevas, 206; Francisco Ruiz, 185; Francisco Gutiérrez, 181, y Ramón Bielva, 178 bolos.

DM/ 1 de octubre de 1982


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viernes, 18 de agosto de 2023

La vida cotidiana en el Santillana de los Austria, año 1982

 

Copiada del libro de Santillana (1955) 

"La vida cotidiana en el Santillana de los Austrias

Llama enormemente la atención para un historiador el hecho de que la villa de Santillana constituye un conjunto monumental sobradamente conocido sobre el que tantos hombres ilustres y viajeros románticos –recordemos tan sólo a Jovellanos, Galdós, Unamuno y Ortega sin olvidar a los poetas- han manifestado ilimitada manifestación y, sin embargo, su pasado histórico es hoy todavía un enigma hasta el punto de que podemos afirmar que el ayer de Santillana es la mayor incógnita de nuestra historia regional.

Por Rogelio PÉREZ BUSTAMANTE

Cronista oficial de la villa

Sin embargo, el análisis de los documentos que sobre ella se conservan a partir del siglo VI –y algunos medievales- las Ordenanzas, Padrones de Hidalguía, Protocolos notariales, Actas y Cuentas Municipales y una abundante información de carácter menor hará posible llegar a descifrar el secreto que guardan hoy las piedras blasonadas, los arcos ojivales y los guijos del empedrado de la villa.

Santillana, capital de un territorio

Ante todo, Santillana es una vieja capital, primero desde el siglo IX de un gran dominio monástico, después, y al mismo tiempo desde los albores del siglo XIII, de uno de los distritos o Merindades del Reino de Castilla y León, y finalmente, desde 1944 de un gran señorío al que dará nombre: el Marquesado de Santillana, y con el que cobrara celebridad universal por ser el Primer Marqués Íñigo López de Mendoza, el primer cortesano renacentista, el hombre que mejor definió los valores políticos, artísticos y humanos de un brillante período de la Historia de España, junto al cual se unirá en el nombre de Santillana un personaje de ficción, el pícaro Gil Blas, que el escritor francés Lesage popularizara desde 1975.

Pero precisamente la titularidad señorial sería la gran desgracia de la villa de Santillana, mantenida bajo los Mendoza hasta el régimen constitucional mientras que los rebeldes Valles retornarían a la Corona después del largo y ruidoso “Pleito de los Valles”.

La Santillana del siglo XVII

La Santillana del siglo XVII es ya una sombra de lo que fue, brillantes casas, todavía mejoradas y fabricadas en aquel siglo, viejos y nuevos escudos, signo de una hidalguía que tanto en la villa como en los barrios alcanza al menos el 90 por ciento de los vecinos –casi tos por tanto en Santillana son hidalgos-

Aquellos hombres y mujeres –no pocas viudas y más clérigos que en otro lugar- pasean en el siglo XVII por las viejas calles de la villa que serán de nuevo empedradas, según reflejan las Cuentas Municipales: el Cantón, la Carrera, Racial, Los Hornos, las Arenas, etcétera, finalizan sus tareas en el campo, en donde una gran parte de ellos posee a lo más dos hectáreas y recogidos los aperos vuelven con ellos al hombro a sus casas de arcos ojivales, de molduras, miradores y grandes escudos a terminar el día atendiendo su pequeño ganado vacuno.

Hidalgos y canónigos se dirigen a la plaza, entonces con cagigas, mientras que desde la Abadía y los conventos de San Ildefonso y Regina Coeli, fundado a finales de siglo, recuerdan las campanas las horas religiosas.

Artesanos, herreros, sastres, zapateros, terminan su labor y las mujeres finalizan sus hilas, guardando el lino, que no pueden sacar a las calles para no ensuciarlas, como tampoco lo pueden secar el fuego, para evitar el peligro de los incendios.

En la tierra trabajaban los cereales y la vid, que aunque ocupa más de diez hectáreas en el término, no da ni con mucho para abastecer un consumo de vino enorme, hasta el punto de que cerca de  la cuarta parte del total de los impuestos procede de la venta del vino, y dentro de la villa las mujeres se aprovisionan en las tiendas de los siete mercaderes de cera, canela, azúcar, clavo, medias, jabón, botones y calzas de lana que vienen de Burgos, Valladolid y Bilbao.

El Gobierno y las fiestas de la villa

Todos los años convocados a son de campana, se dirigen los vecinos el día de Reyes al patio de la colegial y allí eligen los oficiales: dos procuradores y dos regidores, uno por los hidalgos. Otro por los pecheros.

El procurador administra las cuentas, lo que se recibe de los impuestos, lo que se entrega a la Corona, se envía al Duque, el coste de los soldados a Flandes, el pago de la captura de lobos, los salmones que le regalan al Duque, el salario de maestro y médico, el arreglo de las calles, del reloj y las limosnas. Precisamente la información que nos ha llegado sobre las fiestas en el siglo XVII procede de las cuentas municipales: lo que se pagó a los danzantes el día del Corpus, el pago que todos los años se hace de un juego de bolos y bolas para el campo de Revolgo –en 1713 los hacía Juan García de Tagle, del barrio de Herrán y recibía por ello siete reales y medio-, y por último las fiestas de toros.

Una sesión municipal celebrada el 25 de junio de 1632 recoge la “costumbre inmemorial” de celebrar las fiestas de Santa Juliana “mandaron que por cuenta de esta villa se compren dos toros, el uno para agarrocharlo y matar, el otro para capear sin que se haga daño alguno”, luminarias y hogueras y otras diversiones como las poco lícitas de aquellas “mujeres e mozas estravagantes pobres e mundanas” que se iban a vivir a Santillana y a las que se ordenó en las Ordenanzas de 1575 que buscasen “amos a quien servir que por su sudor las sustenten”, so pena de abandonar la villa".

DM/ 21 mayo de 1982

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Don Juan de Borbón en Santillana del Mar


jueves, 10 de agosto de 2023

Don Juan de Borbón en Santillana del Mar, año 1982

 

Don Juan de Borbón inauguró la exposición sobre Julio Palacios

“Santander es para mí una ciudad entrañable”-manifestó ayer don Juan de Borbón en unas breves declaraciones a EL DIARIO MONTAÑÉS. “Mi venida aquí –continuó diciendo- obedece a dos motivos de tanto peso que he dejado incluso a mi mujer en vísperas de entrar en la sala de operaciones: mi amistad con Julio Palacios, gran amigo, gran español y excelente científico, y la enorme satisfacción de volver a esta tierra, a la que estuve viniendo durante diecisiete años”.
Don Juan de Borbón presidió e inauguró ayer en la Fundación Santillana la exposición-homenaje al científico aragonés Julio Palacios.

Emilia LEVI

En el transcurso del acto S.A.R. el conde de Barcelona hizo entrega a la viuda de Palacios doña Elena Calleya, en nombre de Su Majestad el Rey don Juan Carlos y a título póstumo la Real Cruz de Carlos III por sus méritos y aportaciones al mundo cultural y científico.

Los actos previos a la inauguración de la exposición estuvieron presididos junto con don Juan y doña Elena Calleya, viuda de Palacios, por el presidente de la Fundación Santillana, Jesús de Polanco, y por el presidente del Aula de Cultura Científica Francisco González de Posada.

Asistió el presidente de la Diputación Regional, José Antonio Rodríguez; gobernador civil, Emilio Contreras; consejeros regionales, alcalde de Santander, Juan Hormaechea; alcalde de Santillana, Javier Rosino, gobernador militar y demás personalidades.

Abrió el turno de intervenciones Jesús de Polanco quien tras dar la bienvenida agradeció la presencia de don Juan de Borbón, que se había dignado presidir el acto –dijo- en nombre de S.M. el Rey, precisamente en la casa que había sido de la infanta doña Paz de Borbón. Exaltó el presidente de la Fundación la figura de Julio Palacios, de quien dijo “se puede considerar maestro de maestros y cuyas virtudes intelectuales y humanas erigen en hombre de dimensión y vocación internacional”. Habló Polanco de las estancias del físico aragonés en las tierras cántabras para intervenir en la Universidad Internacional junto con las personalidades intelectuales de la época. Se refirió asimismo a la proyección internacional que tuvo la obra de Palacios, del que dijo, fue un verdadero embajador cultural. “El homenaje que la Fundación junto con el Aula de Cultura Científica dedica hoy a su insigne figura es el reconocimiento de esa labor, así como es también en su persona y en su ciencia, el homenaje a todos los hombres del saber y de la cultura”.

Francisco González Posada presidente del Aula de Cultura Científica, se refirió a Julio Palacios diciendo que fue una figura enormemente significativa del siglo XX. “En la historia de la física española, el gran pensador que cayó incomprensiblemente en el olvido y que hoy la Fundación recupera y resucita para pagar una deuda y para recuperar a uno de los intelectuales más preclaros de la época”.

Vida de investigación y de trabajo

Con emocionadas palabras habló la viuda de Julio Palacios para hablar de la larga y fructífera vida de un hombre que vivió consagrado al mundo de la ciencia. Fue una vida, según explicó su esposa, cargada de satisfacciones, y de profundas amarguras; fueron años de gloria universitaria, de docencia y de investigación, pero también de penalidades y sufrimientos lejos de la patria. Fueron largos años dedicados de lleno al estudio, ya que fue Palacios un hombre repleto de curiosidades que le llevaron a investigar incluso cosas apartadas de su ciencia.

A las emotivas palabras de doña Elena Calleya que arrancaron fuertes aplausos debido quizá a la emoción y cariño entrañable con que fueron pronunciadas, siguió el acto de imposición  de la Real Cruz de Carlos III por parte del conde de Barcelona, que hizo en nombre del Rey don Juan Carlos. Mientras hacía entrega de la cruz honorífica a la viuda de Palacios, estuvieron presentes cuatro de las cinco hijas del científico que se encontraban también en Santillana acompañando a su madre.

Mencionó don Juan su gran amistad con el homenajeado y el gran respeto que sentía por su persona, respeto que le hizo decidirse a proponerle ante Franco como consejero y educador de su hijo Juan Carlos en sus estudios universitarios. Habló también de su obra y aportación al mundo universitario y cultural, recordando que fue en su época el catedrático más joven de España, y mencionando el título al que se hizo merecedor con sus críticas a las teorías de Einstein sobre la relatividad: “Quijote de la ciencia”.

Tras el turno de intervenciones quedó inaugurada la exposición que cuenta con dos salas dedicadas tanto a la vida como a la obra del científico, y que muestran un completo abanico de lo que fue el trabajo y en entorno de un hombre que inexplicablemente y durante varios años cayó en el olvido.

La exposición que finalizará el 16 de junio, será complementada por varias conferencias dictadas por profesores y catedráticos de la Universidad.

Entre las personalidades asistentes, junto a las ya mencionadas se encontraban el diputado Alfonso Osorio; el también diputado Antonio de Senillosa; el presidente de la Asociación de Prensa, Luis María Ansón, y numerosos representantes del mundo de la cultura, universitario y político de Cantabria.

El padre del Rey visitó las Cuevas de Altamira

La jornada de ayer del conde de Barcelona, S.A.R. don Juan de Borbón en Santillana del Mar estuvo repleta de visitas y emociones, que se centraron básicamente en el reencuentro espiritual con un hombre que fue amigo y consejero suyo durante largos años y cuya labor humana y científica fue ayer resucitada y recordada en el transcurso de los actos inaugurales de su exposición-homenaje.

Don Juan de Borbón, acompañado por Jesús de Polanco, del que es huésped en Santillana, visitó a primera hora de la mañana la Torre de Borja donde aún continúa la exposición “Cantabria en la historia”.

Poco después se trasladó con un pequeño séquito, en el que se encontraba el duque de Alburquerque, a las Cuevas de Altamira, que visitó detenidamente. Entraron en la cueva un total de veintinueve personas y la visita se prolongó aproximadamente durante veinte minutos, tiempo habitual del recorrido desde que se abrieron de nuevo las cuevas.

Al mediodía asistió a un almuerzo que le fue ofrecido por las autoridades de Cantabria, al que asistió el presidente de la Diputación Regional y señora, el presidente de la Fundación Santillana, Jesús de Polanco, el diputado de Coalición Democrática, Antonio de Senillosa, y demás autoridades. La comida tuvo lugar en el Parador Nacional de Turismo “Gil Blas”, y según hemos ppodido conocer, Polanco, al término de la misma, pronunció unas emocionadas palabras para recordar la vida de don Juan de la que dijo estuvo siempre jalonada de sacrificios y renuncias, que al final se han visto recompensadas en su hijo el rey don Juan Carlos. Por la tarde el conde de Barcelona inauguró la exposición de Julio Palacios. Hoy, también en Santillana, don Juan procederá a primeras horas de la mañana a hacer entrega del premio “Europa Nostra” que ha sido concedida a la Fundación Santillana por su labor en la reconstrucción y conservación del patrimonio arquitectónico de la Torre Borja.

Don Juan de Borbón tiene previsto su regreso hoy a Madrid, sin que haya sido posible confirmar que lo haga por carretera o por vía aérea.

DM/ 1 de mayo de 1982

Con este acto terminó su estancia en Cantabria



D. Juan de Borbón entregó el Premio “Europa Nostra” a la Fundación Santillana

Don Juan de Borbón, conde de Barcelona, procedió ayer a hacer entrega, en nombre de S. M. la reina doña Sofía, del premio “Europa Nostra”, que recientemente ha sido concedido a la Fundación Santillana por su labor de recuperación y restauración de la Torre de Borja, enclave actual de la Fundación.
El diploma acreditativo y la plaza correspondiente fue entregada por Don Juan al presidente de la Fundación Santillana, Jesús de Polanco, estando presentes en la entrega el gobernador civil, Emilio Contreras; séquito del padre del Rey; consejero de cultura, Ramón Teja, y alcaldes de Santillana y Torrelavega. Asistieron asimismo representantes de “Hispania Nostra”, organismo dependiente de “Europa Nostra” en España.

Emilia LEVI

El acto de entrega se desarrolló a primeras horas de la mañana en el patio de la Torre de Borja con un breve discurso a cargo del vicepresidente de “Hispania Nostra”, Luis María Huete. Resaltó la monumentalidad de la villa y la importancia de la recuperación de un edificio que enriquece el conjunto y que, por su finalidad, tiene vida propia y se convierte en centro y foco de la cultura de la región.

Destacó el señor Huete la gran labor realizada por la Fundación y la iniciativa de esta entidad privada que, sin ánimo de lucro y sólo en favor de la cultura, ha restaurado un edificio y le ha dado vida, enriqueciendo el patrimonio cultural de la villa de Santillana, lo que es decir, el patrimonio de Cantabria. Finalizó resaltando la entrega  del premio por parte de S.A.R. el conde de Barcelona en un lugar tan unido a la corona, ya que fue precisamente la Torre de Borja casa de la infanta doña Paz de Borbón.

A continuación el representante de España en “Europa Nostra” se refirió a la gran belleza de la villa de Santillana, que –dijo- constituye uno de los conjuntos monumentales más importantes de España. Significó la importancia de que el premio haya recaído en la Fundación Santillana, que no sólo ha recuperado una parte del patrimonio arquitectónico de la región, sino que le ha dado una función viva y real, no presentándolo únicamente como un resto muerto del pasado.

La fundación, foco de expansión cultural

Al recibir la placa conmemorativa de manos de don Juan y en nombre de S.M. la reina doña Sofía, don Jesús de Polanco agradeció el galardón así como la iniciativa de los representantes de “Historia Nostra” que lo propusieron. Finalizó Polanco haciendo votos para que la Fundación sirva desde ahora como plataforma de inquietud cultural y foco de expansión de todo lo relacionado con la cultura en general.

El premio “Europa Nostra” tiene carácter internacional y se concede anualmente a aquellas entidades, personas o fundaciones que hayan colaborado en la recuperación y restauración de edificios histórico-artísticos y su entorno. Cada país europeo cuenta con una delegación propia que recoge cada año los proyectos y obras realizadas que, una vez seleccionadas, se envían a Londres para participar en el concurso convocado al respecto. Se conceden dos premios iguales por cada país presentado.

Finalizado el acto de entrega del galardón a Jesús de Polanco don Juan de Borbón emprendió inmediatamente viaje a Madrid por carretera, dando así por finalizado su viaje a Cantabria que se ha prolongado por espacio de dos días.

En nuestro número de ayer dábamos cuenta de la estancia del padre del Rey a Santillana que se inició en la mañana del viernes con una minuciosa visita a la exposición “Cantabria en la historia” abierta en la Torre de Borja a la que siguió otra a las Cuevas de Altamira.

Por la tarde don Juan inauguró la exposición-homenaje al científico Julio Palacios, hecho sobre el que ayer informamos ampliamente.

Tras una breve recepción a las autoridades asistentes a dicha inauguración don Juan, asistió a una cena de carácter íntimo en casa del Presidente de la Fundación Santillana Jesús de Polanco, en donde ha residido durante su estancia en Santillana.

DM/ 2 de mayo de 1982


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