miércoles, 31 de enero de 2024

P.B. Calderon año 1987

 


Peña Bolística Calderón, año 1987

En el Torneo COPA PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE CANTABRIA

1ª eliminatoria

4-2 FUNDIMOTOR - CALDERÓN 

En la Liga de Segunda Especial "Torneo Presidente" Grupo 2º, la Peña Bolística Calderón se clasificó en 8º lugar, con 20 -2 puntos.

En la Liga de Tercera Categoría “Torneo Federación” Grupo 8º, la Peña Bolística Calderón se clasificó en 10ºº lugar, con 18 -4 puntos.

(De la Memoria de la Federación Cántabra de Bolos, año 1987)


Publicado en EL DIARIO MONTAÑÉS en fechas correlativas:


BOLOS . Dentro de un clima de normalidad acusada

Hoy, asamblea anual en la Peña Calderón, en Oreña

ORTIZ TERCILLA

En tanto que los equipos preparan su documentación de cara al inicio de la Liga, que está en período de organización por parte de la Federación Cántabra, a nivel de peñas o clubes se mantiene el ritmo de actividad, principalmente de orden interno, tal cual es el tema de las asambleas sociales anuales.

Son varias las reuniones plenarias anunciadas en Cantabria y otras las que se preparan para próximas fechas.

Hoy, precisamente, está citada una asamblea social reglamentaria que tendrá lugar en Oreña.

La Peña Bolística Calderón que, como se sabe, tiene cada año notable actividad al disponer de varios equipos en competiciones oficiales, ha citado a sus socios a la reunión plenaria anual que celebrarán hoy, a las siete y media de la tarde, en las dependencias de su domicilio social, donde tienen previsto el siguiente orden del día:

Primero: Lectura y aprobación, si procede, del acta anterior.

Segundo: Memoria deportiva de la temporada 1986.

Tercero: Estado de cuentas.

Cuarto: Calendario deportivo para el año 1987.

Quinto: Presupuesto para la temporada.

Sexto: Ruegos y preguntas.

Si en diversas reuniones plenarias de diferentes peñas hemos significado y destacado la normalidad existente aquí, en Oreña, hay que reafirmarse en esas calificaciones. Los bolísticos de Oreña sólo aportan al acontecer bolístico de esta región su entusiasmo, su dedicación y su fuerza auténtica. Jamás, que nosotros podamos recordar, han sido portadores de algún problema o roce. A la normalidad de siempre, entre sus cosas, habría que decir o añadir que las relaciones con otros clubes y con los organismos federativos siempre fueron correctas y cordiales y nada hace suponer que se rompa esta línea de conducta mantenida durante tantos años y que es su auténtica filosofía.

En definitiva esperamos que la normalidad, una vez más, presida la asamblea de los amigos de Oreña y que la Peña Calderón marque o, mejor dicho, confirme, sus rutas deportivas, en esta reunión anual reglamentaria, de cuyo acontecer nos ocuparemos en días próximos.

DM/ Jueves, 5 de febrero de 1987


Trofeo “Ayuntamiento de Alfoz de Lloredo”

Esta tarde se realizará en la bolera de Oreña, la segunda jornada clasificatoria para el Trofeo “Ayuntamiento de Alfoz de Lloredo”, en el que intervienen cinco equipos del Ayuntamiento. Las tiradas de hoy darán comienzo a las 3 de la tarde y se harán por el orden siguiente: 1) Peña Cóbreces (Cóbreces), con 230 bolos en su cuenta de la tirada anterior; 2) Peña Talleres Robena (Rudagüera), con 255 bolos; 3) Peña El Limón (Novales), con 262; 4) Peña Calderón B (Oreña), con 261, y 5) Peña Calderón A (Oreña), con 288 bolos.

Los dos equipos que más bolos sumen en la doble tirada jugarán la final mañana, domingo, por la mañana, disputándola a concurso y juego libre a cuatro puntos.

DM/ Sábado 4 de marzo de 1987


Trofeo “Ayuntamiento de Alfoz de Lloredo”

En Oreña también se disputó el “Trofeo Ayuntamiento de Alfoz de Lloredo”, para equipos del Ayuntamiento, que daría los siguientes resultados: Peña Calderón “A”, 574 bolos; Peña El Limón (Novales), 520; Talleres Robena (Rudagüera), 513; Peña Calderón “B”, 511, y Peña Cóbreces, 492 bolos.

La final se disputó a juego libre, venciendo los de Calderón, por 4-2 a los de Novales.

DM/ Viernes 20 de marzo de 1987


Calderón ganó en Carmona

El domingo por la tarde jugaron un encuentro amistoso en la bolera de Severino Llano, de Carmona, los equipos de Carmona y Peña Calderón de Oreña, con el fin de presentar la actividad en el pueblo de las “ventanas y corredores” y en el que el resultado final, del encuentro, sería favorable a los de Oreña por 0-6.

DM/ Martes 24 de marzo de 1987


Campeonato de parejas de segunda

También quedó interrumpida la disputa del Campeonato Regional de parejas de segunda categoría en la bolera “El Juyo”, de San Pedro del Mar, y se reanudará el juego el domingo, a las 4,30 de la tarde.

Se paró el juego en plenas tiradas de cuartos de final, después de haber quedado eliminadas por la mañana dos parejas: Bolado-Vallines, con 446, y Cuevas-Sañudo, con 420 bolos.

La situación actual es la siguiente: una vez concluida la tirada de cuartos de final, García-Migoya, 697; García-Aguazo, 686; Cianca-Valdés, 675; González-Pérez, 658, y a falta de dos tiradas para terminar su concurso de cuartos de final, Díaz-Pandal tienen anotados en su hoja 669, y González-Martínez, 637 bolos.

DM/ Jueves 27 de agosto de 1987


Tras el justo triunfo de M.A. Castanedo en Colindres

Miguel Ángel Castanedo se impuso anteayer, en la bolera de Colindres, donde ganaría en propiedad el valioso trofeo “San Ginés”, al vencer en la fase final del concurso que organizó la Peña San Roque con el patrocinio del Ayuntamiento de Colindres y la Cofradía de Pescadores.

Tras la disputa del desempate, que ganaría Villalba, se iniciaron las finales de cuartos de final en las que lograban el pase a semifinal: Jaime, 137; Castanedo, 128; Marcos, 121, y B. Cobo, 120, quedando eliminados: Mallavia, 114; Villalba, 113; Quintana, 104, y José Antonio González “Che”, 98 bolos.

En la semifinal embocó Castanedo y con 132 sumaba 260 que le hacían finalista, frente a Jaime, que aumentó 110 a su cuenta (247), dejando el tercer puesto a Marcos con 239 y el cuarto a Cobo con 231 bolos.

La final partió de cero y ganó Miguel Ángel con 126 bolos, contra los 116 de Jaime.

Arbitró el señor Ochoa y Miguel Ángel, recibió, además del trofeo “San Ginés”, el dedicado a los emboques y el de mayor bolada, fue para Rafael Marcos, con un registro de 23 bolos.

DM/ viernes 28 de agosto de 1987


Rosendo Díez ganó en Sobarzo

En las finales del concurso CIRE-2, disputado en la bolera de Sobarzo, la clasificación final sería encabezada por Rosendo Díez, con 369 bolos, que fue seguido en la clasificación por Ángel Aguazo, 326; Adolfo Gutiérrez, 223; Juan Carlos Rodríguez, 222; Antonio Sáiz, 104; Roberto García, 102; Gonzalo Alonso, 98, y Jesús Castillo, 96 bolos.

DM/ Lunes, 31 de agosto de 1987


Campeonato de parejas de segunda

En la bolera de “El Juyo”, de Monte, se disputó el Campeonato de Parejas de Segunda Categoría, donde se proclamó vencedora la integrada por González y Martínez (Casa Sampedro), con 1.165 bolos, seguido de Díaz-Pandal (Calixto García), 1.142; García-Aguazo (Calderón), 915; García-Migoya, 912; Cianca-Valdés (Hotel Mans), 675; González-Vélez (Virgen de las Quintas), 658; Bolado-Vallines, 446, y Cuevas-Sañudo (Porrúa Maclem), 420 bolos.

DM/ Miércoles, 2 de septiembre de 1987


BOLOS- Triunfo de Carlos Laherrán en el nacional de segunda

ORTIZ TERCILLA

El jugador Carlos Laherrán, de la Peña Pontejos Almacenes Dinamarca, terminó en la tarde noche del sábado en la piscina de las instalaciones de la Peña La Ponderosa, en San Fernando de Henares,, de Madrid, donde se proclamaba, merecidamente, campeón de España de segunda categoría individual, en seria y tenaz competencia con otros jugadores de nuestra región que ocuparían los primeros puestos del certamen. Carlos Laherrán terminaría con un registro total de de 627 bolos, y el siguiente en la clasificación final Rosendo Díez, con 584; Ramón Alfonso González, 469; Antonio Sáiz, 463;Harto, 347; Luis Ángel Mosquera, 332; Pedro González, 326, y Cianca, 317 bolos.

Arbitró José María Bustamante y, al final, se realizaría la entrega de premios y trofeos con el protocolo acostumbrado, siendo presidido el acto por el Vicepresidente de la Federación Española de Bolos, Jaime González, y por el titular de la Peña La Ponderosa, Carlos Ruiz Noguero, que alcanzaría un éxito en la organización de este certamen nacional.

DM/ Lunes, 14 de septiembre de 1987


Éxito extraordinario del CIRE-2 en Sierrapando

ORTIZ TERCILLA

No creemos que nadie mantenga dudas sobre la eficacia y sobre el éxito del Circuito Regional de segunda, competición ésta que merece un análisis profundo de cara a la importancia que tiene para la reactivación de esta categoría, aunque haya habido algunas organizaciones parciales un tanto deficientes, pero que, en realidad,el éxito de la Peña San José, coordinadora del Circuito, ha sido auténticamente sensacional. Ya presumíamos nosotros este éxito y seguimos estimando que se perdió un año en el lanzamiento de esta modalidad, pero dejémoslo para el recuerdo o para la simple anécdota y mantengamos la situación pausible, tanto en los concursos parciales, donde la intervención de jugadores fue masiva, como en la fase final, que fue el refrendo, uno diría que popular y populoso e, incluso, hasta “oficial”, dado la presencia de autoridades deportivas y locales en Torrelavega, que presidieron el certamen.

Con la sencillez y con la efectividad que les caracteriza, los directivos de la Peña San José realizaron una organización fantástica. Desde primeras horas de la mañana hasta bien echada la noche, los bolos sonaron en Sierrapando. La bolera de “El Rivero” fue escenario feliz del acontecimiento, que reunía teóricamente a los dieciseis mejores jugadores de Segunda Categoría que en las tiradas de la mañana dejaban fuera de competición a Santiago Guardo, 118; Ángel Aguazo, 118; J. Manuel Delgado, 109; Vicente Gutiérrez, 108; Juan Carlos Rodríguez, 107; Adolfo Gutiérrez, 105; Fidel Cianca, 103, y José Ángel Vallines, 99 bolos.

Siguieron las tiradas por la tarde, y tras los cuartos de final, quienes quedaban apeados eran: Fernando Gutiérrez “Telmo”, 240, José Luis Cortavitarte, 239; Ramón Alfonso González, 237, y Juan José González, 227 bolos.

En semifinales, Roberto García, con 254; Rosendo Díez, 248, Ángel Liaño, 245, y Juan Antonio Valdés, 243 bolos.

Formidable juego de Rosendo en semifinal, que con 130 se ponía en primera posición, con 378, mientras que Roberto se caía y con 111 sólo lograría el cuarto puesto, al no superar a Liaño y Valdés, que habían igualado con una suma de 372. Roberto no les superó (365) y tuvieron que desempatar, venciendo Valdés que pasaría a jugar la final a Rosendo Díez, con seis bolos de ventaja inicial para éste.

Bonita la final, donde, a medio concurso, se nivelaban los registros. Pero en la segunda parte del concurso se impondría Rosendo Díez “Sindín” para sus amigos de Cuatro Caminos.

Rosendo repitió registro de 130 y sumó 508 bolos, que le dieron la victoria absoluta de este I Circuito Regional de Segunda, en tanto que Juan Antonio Valdés sería digno subcampeón con un total de 493 bolos.

Arbitró bien el señor Cosío Díaz, y al final Gutiérrez Portilla; el presidente de la Federación, Pedro Abascal, la directora de Radio Cadena Española en Torrelavega, Nena Aparicio; el presidente de la Peña San José, Ramón Collado, y el delegado comarcal de Deportes, Federico Campuzano, realizarían la entrega de los valiosos trofeos e interesantes premios, recibiendo Rosendo Díez también el “buho de bronce” de EL DIARIO MONTAÑES.

Al término de la competición, se nos acercó un grupo de jugadores que nos pidió hiciésemos constar en el periódico su reconocimiento y agradecimiento y el de todos los jugadores de Segunda a cuantas personas o entidades hicieron posible la celebración de esta competición que, repetimos, obliga a realizar un profundo estudio.

DM/ Jueves, 17 de septiembre de 1987


José Manuel González se impuso en Madrid

También ayer se jugaba un importante concurso interregional aunque de segunda categoría, que tuvo por escenario la bolera de la Peña Bolística Madrileña, en la calle Agastia, en Madrid, donde la animación fue importante, pese a que no había “ases” en la bolera.

Tras una jornada sabatina completa con las tiradas selectivas y una matinal con los octavos de final llenos de interés, se jugó por la tarde la fase final de este certamen madrileño para segundas, donde en la primera tirada pasaban a semifinales: Ramón Alfonso González, con 112 bolos; Fernando Gutiérrez, 110; Ángel Tagle, 105, y José Manuel González, con 103 bolos, quedando eliminados Rafael Fernández, 100; José R. Bezanilla, 96; Roberto Gómez Suero, 93, y, Juan A. Valdés, con 93 .

En semifinales, el campeón regional cántabro Ramón A. González daría un estirón y aumentó a su cuenta 122 bolos, con los que se hacía finalista con 234 frente a José Manuel González que, con 114, en esta vuelta, sumaba 217 bolos, dejando el tercer puesto a Fernando Gutiérrez, con 210, y el cuarto para Ángel Tagle, con 205 bolos.

En la final, cuando marchaba sensiblemente Ramón, embocó en la quinta tirada José Manuel y ello le dio alas, en tanto que hundía materialmente a Ramón, que se quedaría tan sólo en 89 bolos, con lo que sumaba 323 bolos, mientras que su oponente en esta final, José Manuel González lograba 123, totalizando 340 bolos, que le darían el triunfo en este certamen madrileño, que sería arbitrado por los señores Bustamante y Valdeón.

DM/ Lunes, 28 de septiembre de 1987


La Peña Calderón (Oreña) se impuso en el Trofeo Toño Gómez

Se disputaron en “El Verdoso” las finales del VI Trofeo Toño Gómez, que organiza cada año La Carmencita, en memoria de quien fuera su jugador de bolos y petanca, Toño Gómez y que, como es tradicional, se disputa por equipos en la doble categoría de Segunda y Tercera.

En la final de Segunda los ganadores serían los componentes de la Peña Calderón de Oreña que por el apretado tanteo de 281-280 ganaron a la Peña Porrúa Maclem.

Árbitro el señor San Román y al final los familiares de Toño Gómez hicieron entrega de los trofeos, recibiendo éstos un ramo de flores de La Carmencita.

DM/ Martes, 20 de octubre de 1987



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lunes, 22 de enero de 2024

La familia más numerosa de Santillana, se reunió en la villa año 1987


La familia más numerosa de Santillana, se reunió en la villa

Carlos BIELVA


Doce hermanos naturales del pueblo de Vispieres, en Santillana del Mar, se reunieron recientemente en su localidad de origen para pasar una jornada de convivencia, como vienen haciendo habitualmente año tras año.


Es esta la familia más numerosa que existe en este histórico municipio, un municipio como Santillana del Mar que precisamente en estos últimos años ha registrado un notable descenso en su censo de población, debido en parte al bajo crecimiento de natalidad.

Según los últimos datos de que se dispone, el municipio de Santillana del Mar ha visto disminuido su censo de habitantes en cuarenta y siete, algo que desde luego no guarda relación con el número de turistas y visitantes, que se ve incrementado cada año.

En cualquier caso, lo que puede asegurarse es que este descenso no tendría lugar si abundasen más en el municipio familias como la González Rodríguez, compuesta por doce hermanos, siete hombres y cinco mujeres, cuyas edades van desde los cuarenta y seis a los setenta años, y que integran un numerosos grupo familiar de los que ya no es habitual encontrar en nuestra sociedad.

Hace pocos días, los doce hermanos González Rodríguez, de Vispieres, se reunieron en una entrañable fiesta familiar y posaron todos juntos para la posteridad, momento que recoge la instantánea.



(DM/ Jueves 4 de septiembre de 1986)


Genealogía.-


Los doce hermanos son: María Jesús (1917-2011), Nieves (1918-2007), Herminia (), Valeriano (1922-2006), José María (1923-1998), Luis (1924-2014), Salvador (1925-2013), Serafín (1927-2014), Francisco (*) (1930-2023), Patricia (1931-2017), Faustino (1934-2019) y Milagros ().


Sus padres: Francisco González Gómez (1889-1956) y Faustina Rodríguez Seco (1895-1973).


Abuelos paternos: Valeriano González () y Jesusa Gómez Allende (-1949).


Abuelos maternos: Rafael Rodríguez Riaño (1871-) y Patricia Seco García (1874-).



(*) Casado en Oreña con Julia Higuera Ruiz (n- 1935 Oreña).

de izqda a dcha, de pie, el 4º es Francisco.  


miércoles, 10 de enero de 2024

P.B. Calderón año 1986

 


Peña Bolística Calderón, año 1986

En la Liga de Segunda Categoría "Torneo Presidente" Grupo 4º, la Peña Bolística Calderón se clasificó en 1º lugar, con 32 + 12 puntos.

En la Liga de Tercera Categoría “Torneo Federación” Grupo 10, la Peña Boística Calderón se clasificó en 3º lugar, con 32 + 10 puntos.

(De la Memoria de la Federación Cántabra de Bolos, año 1986)



Publicado en EL DIARIO MONTAÑÉS en fechas correlativas:



José Luis Trápaga, campeón de cadetes y 3º Antonio Ruiz

Se jugó también en “El Verdoso” el II campeonato regional de cadetes, en el que los chavales derrocharon raza y en algunos casos “nervios” en el discurrir del Campeonato.

En la primera ronda quedaban eliminados Faustino Gutiérrez, con 116; Francisco Mier, 113 y Jorge González, 109. No interviniendo Carlos Arenal, por estar fuera de Santander. Se clasificaron para la semifinal: Luis A. Prieto, 123; Javier González, 122; José Luis Trápaga, 120, y Antonio Ruiz, 117 bolos.

En la semifinal, José Luis Trápaga, con 119, se ponía en la final con 239, frente a Javier González (Onésimo II), que con una bola queda hacía 115 (237), dejando el tercer puesto para Antonio Ruiz, con 234, y el cuarto, para Luis A, Prieto, que sería protagonista de una original jugada que le desconcertó. Erró el chaval en la distancia y tiró una bola equivocadamente. El árbitro, no advirtió la anomalía, pero sí lo hizo uno de los “armadores”, que le avisó de su error. Cierto sector del público -muy crítico con los chiquillos y no tanto con los grandes o con la limpieza de juego, donde tragan todo- pidió que el árbitro anulara la bola. No lo hizo, pero el chaval se desconcertó totalmente. Este chavalillo, que apunta buenas maneras, es nieto de Severino Prieto, y su desorientación le hundió en el cuarto puesto, al anotar, solamente, 98 bolos, al hacer “caballo” con la bola siguiente a la jugada descrita.

Dos bolos de ventaja para José Luis Trápaga (Peña Virgen del Milagro) sobre Javier González (La Carmencita),diferencia que restó el hijo de Onésimo y en la segunda tirada de la final estaba cuatro arriba, pero se le quedó una bola en la “caldera”, con tres bolos, y perdió ritmo y calma, quedándose en 112, con lo que sumaría 349, cifra superada por Trápaga, que sumaba 367 con los 128 de la final.

Arbitró el señor Amezcoa.

DM/ Lunes, 21 de julio de 1986


El Campeonato Regional de segunda

El pasado viernes se disputó en la bolera de “La Española”, en Monte, en organización de la Peña Monte López Pablo, el Campeonato Regional de segunda categoría individual. El viernes por la noche intentamos conocer el resultado del certamen y fue imposible conocerlo. La Peña Monte Clopasa no estaba y en la Federación Cántabra era día festivo…

Ayer, lunes, la Federación nos envió los resultados técnicos del Campeonato que fue ganado Por José Antonio González “El Che”, militante en la Peña Hotel Altamira Camping de Santillana del Mar, que consiguió un recuento final de 619 bolos, clasificándose seguidamente Félix Rivero (El Tiro), con 607; Julio Cebada (San Roque), 487; Ramón Canal (Carredana), 478; Fernando Pérez (Puertas Roper-Porrúa, 363; Juan M. Camus (Calderón), 360; Antonio Arenal (Peña Yosu), 350; Juan C, Rodríguez (Udías), 338; Javier Fernández (Pesquera), 225; Julio Díaz (La Cocina), 224; Andrés Sáiz (Abelardo Ruiz), 220; Jesús Rodríguez (Porrúa), 218; Roberto García (Calderón), 215; Manuel Díaz (Bar Fito), 211; Santiago Maza (Peña Yosu), 210, y Adolfo Gutiérrez, 208 bolos.

DM/ Martes, 29 de julio de 1986


Bolado Vallines, campeones de parejas de Segunda

Los jugadores Bolado y Vallines de la Peña Bolística de Torrelavega se adjudicaron el domingo en la bolera de Gornazo el campeonato regional de Segunda por parejas. La organización a cargo de la Peña Transportes Piquío J. Jara, ejemplar. Su discreción en las acciones y la sencillez, hizo que no surgieran pegas, al cuidarse todos los detalles del concurso, que en verdad, no encontrarían ninguna dificultad por parte de los contendientes.

Los nuevos campeones, se alzaron con el título un tanto inesperadamente, pero con merecimiento, de esto no hay duda. Nadie les regaló nada.

Habían llegado a la final, frente a Ochoa-Sáiz, de la Peña Abelardo Ruiz, de Santoña, igualados a 892 bolos, y cuando llegaron a la séptima tirada de la final, la ventaja favorable a los de Santoña era de siete palos y fue precisamente en esta tirada cuando embocó Vallines y pasar de dominados a dominadores terminando en campeones, justamente por 10 bolos de ventaja.

Bolado-Vallines sumaron 1.116 bolos y Ochoa-Sáiz, 1.106 bolos. Se clasificaron a continuación Rodríguez-Rodríguez (Udías) con 886, que serán las tres parejas que representarán a Cantabria en el Campeonato de España, a quienes acompañará también, la pareja de la Peña San José de Sierrapando, actual campeona de España.

En Gornazo, el cuarto puesto fue para Ruiz-Fernández (Besaya), con 872 bolos. Después, Arce-Valdés (La Encina), 646; García-Aguazo (Calderón), 640; Miera-Pigazo (Candesa), 415, y Campillo-Trápaga, 375 bolos.

DM/ Martes, 5 de agosto de 1986


Campeonatos sociales en Oreña

En la bolera de Oreña se disputaron días pasados las finales de los campeonatos sociales de la Peña Bolística Calderón, registrándose los siguientes resultados técnicos:

Segunda categoría: Roberto Llaca, 214; José Antonio Pérez, 208; Pedro Garmilla, 99, y Ángel Aguazo, 98 bolos.

Aficionados “A”: Agustín Pérez, 214; Lorenzo Cobo, 209; Joaquín Sáiz, 98, y Gonzalo Álvaro, 95 bolos.

Veteranos: Ángel Rodríguez, 185; Ezequiel Sampedro, 182; Santiago Cuesta, 79, y Manuel Bartolomé, 59 bolos.

Tercera categoría: Fidel Sánchez, 219; Rubén Alonso, 202; Emilio Mediavilla, 109, y J. Ignacio Gutiérrez, 98 bolos.

Aficionados “B”: Julián González, 207; Tomás Noriega, 206, y Emilio Fernández, 88 bolos.

DM/ Martes, 14 de octubre de 1986.



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viernes, 5 de enero de 2024

Antonio Niceas, un capellán distinto

 

El cura don Antonio Niceas

Antonio Niceas, un capellán distinto

Antonio Niceas, capellán de las Clarisas de Santillana, creador del Museo Diocesano y de tantas otras cosas, se fue sin despedirse. A todos sus amigos nos hubiese consolado bastante sentirle consciente a nuestro último adiós, pero se marchó en el silencio abandonado de la noche, tal vez enlazando el sueño con la gloria. Entusiasta de los rituales solemnes, lleno de vitalidad barroca -seguramente por convencimiento de que la muerte dormía constantemente a su lado-, Antonio se apagó en la paz absoluta de la inconsciencia haciendo facilísimo el tránsito en una habitación en donde en aquel momento, estoy seguro, se aproximaron los planos terrenal y celeste como en un cuadro del Greco.

Antonio Niceas arrastró durante toda la vida una carga de humanidad superior a sus mismas fuerzas. Podríamos decir, parodiando a Nietzsche, que fue “humano, demasiado humano”, lo que le hizo vivir apasionadamente tanto las alegrías como las que él creyó lamentables decepciones. Inclinado siempre a lo superlativo, era también una máquina de ideas, de invenciones y de proyectos que inmediatamente ponía en camino de realización, no importándole si para conseguirlos había de saltar precipicios, escalar montañas o, lo que siempre resulta más difícil, conmover corazones. Y así sólo él pudo hacer lo que hizo, luchando, como don Quijote, contra molinos, leones, yangüeses y hasta cuadrilleros de la Santa Hermandad, porque fue en algunos casos difícilmente comprendido y mucho menos tolerado.

La segura creencia de que sus empresas (donde van sumados lo religioso y lo social) eran digna justificación a una vida hizo que en ellas pujase la limpia tozudez de quien se entrega sin ninguna aspiración egoística. Don Antonio vivió siempre mucho más en los demás que en sí mismo, se acercó al que sufría, aconsejó al indeciso, consoló al afligido y, en general, cargó de esperanzas y de alivios muchas mochilas de desorientados. Yendo mucho más allá de sus obligaciones sacerdotales. Antonio Niceas pulsó e impulsó vidas, haciendo que algunas pudieran sentirse legitimadas. Ferozmente sincero, con una sinceridad irrepetible en su ámbito, don Antonio descarnaba las cosas hasta hacerlas sangrantes y rechazaba todo lo que intentase velar o desfigurar la realidad de los temperamentos y, aunque en caridad les atendía, nunca aceptó a quienes oscurecían la triste verdad de un espíritu mezquino.

Aparte su excepcional temperamento como persona, los montañeses le debemos (a él solo, sin pegadizos oportunistas) la salvación de gran parte de nuestro patrimonio artístico y documental, que, de no haber sido recogido por don Antonio, hoy hubiera permanecido oculto o destruido, cuando no pignorado o emigrado al mercado de antigüedades. Testigo fui, en su día, de lotes de imágenes que estaban ya puestas a la venta o de legajos arrumbados y enmohecidos en muchas sacristías o trasteras, que se salvaron por el tesón y la insistencia (que a veces fue incluso calificada de autoritaria) del capellán de las Clarisas de Santillana. El Museo de Imaginería Popular, hoy orgullo de Cantabria y constancia material de una cultura, fue la “niña de sus ojos”, a la que dedicó gran parte de su vida. Luego vino el taller de restauración, la catalogación de los bienes artísticos de la iglesia, el montaje de un archivo con todas las instalaciones pertinentes ….

Es bien cierto -si queremos no pasar por olvidadizos en la valoración de aquellos que, de verdad, hayan hecho algo por nuestra región- que la muerte de Antonio Niceas no debe despacharse con una simple notificación periodística más o menos elogiosa. Su trabajo, su empeño constante, su entrega en beneficio de una sociedad tantas veces sorda o tantas veces indiferente, merecen permanente recuerdo y, sobre todo, la continuidad y preservación de todas sus creaciones. Sería el mejor pago a esa enorme ilusión que en favor de nuestro patrimonio artístico regional supo entregar un hombre en tantas cosas excepcional.

M.A. GARCÍA GUINEA

DM/ Domingo, 8 de junio de 1986


 Cientos de personas , la mayoría vecinos de Santillana, y gentes llegadas de toda la región asistieron ayer al entierro y funeral de don Antonio Niceas (Foto Fernández Escalante)

Fue un sacerdote entregado a la salvación del patrimonio cultural y artístico de Cantabria


Cientos de personas despidieron a Antonio Niceas, fundador del museo diocesano

Emilio RENERO


A los 58 años de edad falleció en la tarde del lunes, en el Convento Regina Coeli de Santillana del Mar, don Antonio Niceas Martínez Gutiérrez, capellán de las monjas clarisas, y fundador del Taller de Restauración, y artífice del Museo diocesano. No podía ser menos como corresponde a un hombre que se encargó de alertar sobre los peligros de deterioro y desaparición de innumerables muestras de arte de nuestra región, que finalmente fueron salvadas y restauradas gracias a este sacerdote enamorado del arte”.

Ayer, tarde, el fundador del Museo Diocesano fue enterrado en Santillana del Mar, tras un funeral celebrado en la iglesia del monasterio “Regina Coeli” actos fúnebres a los que asistió un elevado número de personas.

Aunque en el año 1979, llegó a Santillana del Mar, como capellán de las monjas clarisas del Convento de Regina Coeli, Antonio Niceas era natural de Reinosa donde había nacido en 1928, Realizó sus primeros estudios en el Colegio San José, para con posterioridad y una vez decidida su vocación sacerdotal, efectuar sus estudios teológicos en Corbán y fue ordenado sacerdote por el entonces obispo de Santander Eguino y Trecu en 1954.

Una vez llegado a Santillana, fundó el Museo Diocesano, que en la actualidad pasa por ser uno de los mejores de España. Una labor de seguimiento y restauración en la que no solamente el propio Antonio Niceas tomó parte, sino que las propias monjas aprendieron las técnicas de restauración, realizando trabajos realmente admirables.

En este Museo Diocesano, se encuentran en la actualidad muchas obras de la imaginería religiosa de Cantabria, así como más de siete mil volúmenes de actas de bautismo, sin olvidar un archivo fotográfico con la correspondiente documentación gráfica de todos los monumentos más importantes de Cantabria.

Sin embargo y al margen de sus grandes esfuerzos en defensa de nuestro patrimonio artístico-cultural, -trabajo que le valió el ser nombrado “Personalidad Montañesa del Año” en 1975, a cargo del Ateneo de Santander-, Antonio Niceas fue el precursor de la famosa Cabalgata de Santillana, representada como un auto sacramental.

De interés humano y artístico

Para Enrique Campuzano actual director del Museo diocesano, y perfecto conocedor del fallecido, la muerte de Antonio Niceas “no representa solo la pérdida de un compañero, sino también la de un amigo”. No en vano han sido muchos años de contacto y camaradería en una empresa común, cual ha sido la dedicada a restauración y protección de obras y monumentos religiosos.

Enrique Campuzano, su sucesor, valora en dos aspectos fundamentales la vida y la obra de Antonio Niceas. “Fue un hombre con un gran interés por el arte, que recorrió todos los pueblos de nuestra región en busca de esas obras que amenazaban peligro de desaparición, para salvaguardarlas y clasificarlas. Hoy en día en todos los pueblos la gente sabe lo que tiene y cuál es su valor, gracias a esta labor de Antonio Niceas-

Es digno de resaltar el interés por el arte ya lo había demostrado mucho antes de fundar el Museo Diocesano. “Ya en el año 1961, posibilitó algunas exposiciones de arte abstracto y una de carácter antológico perteneciente a Riancho, al tiempo que igualmente realizó exposiciones de fotografías pertenecientes a artistas regionales”. Según el mismo Enrique Campuzano, el lado humano y sacerdotal de Antonio Niceas también quedó reflejado siempre. “Era un hombre de un gran ingenio, y un humor muy acusado. Amable con todo el mundo, este rasgo de su carácter fue “aprovechado” y conocido por muchos artistas que incluso venían desde Santander después de realizar algún trabajo o exposición, para charlar con él en un tono amigable, cordial y distendido”

La casa de Antonio Niceas siempre estuvo abierta a todo el mundo que le pidió colaboración. Esta virtudes también las desarrolló en su actividad pastoral, tal y como lo manifiesta el actual director del Museo Diocesano, Enrique Campuzano.

A las cinco de la tarde de ayer, el obispo de la diócesis de Santander Juan Antonio del Val, realizó los oficios religiosos,acompañado en los mismos por el vicario general Carlos Osoro, y un sacerdote natural de Santillana ordenado recientemente.

Antes de las cinco de la tarde, hora en que estaba prevista la iniciación de los funerales, los alrededores del Museo diocesano presentaban una afluencia notable de gente, que iba llegando para rendir el último adiós al que fuera fundador del Museo Diocesano, e impulsara el cuidado y clasificación de la imaginería religiosa de nuestra región.

A las cinco de la tarde -hora en que dieron comienzo los funerales-, el templo del propio Museo Diocesano, estaba totalmente abarrotado de asistentes. De esta manera el pueblo de Santillana del Mar, y una cantidad ingente de amigos de Antonio Niceas, se dieron cita para testimoniarle su afecto y su adiós.

La misa que duró sesenta minutos fue acompañada en su celebración por setenta y tres sacerdotes, así como un coro de monjas clarisas que protagonizaron los cantos religiosos que se ofrecieron durante la misa.

Juan Antonio del Val, destacó en la homilía la figura entrañable y recordada de Antonio Niceas, una ausencia cuyo dolor era compartido por todos los presentes -según manifestó el obispo de la diócesis-.

A lo largo de su intervención, hizo Juan Antonio del Val una exposición de la capacidad humana y sacerdotal del fallecido “quien sino siempre muestras de generosidad y entrega, hasta los últimos momentos de su vida; una vida que el mismo sabía que se extinguía, pero Antonio Niceas aprovechó hasta el último momento al frente de sus obligaciones”.

El féretro conteniendo los restos mortales de Antonio Niceas, había sido depositado frente al altar antes de que diera comienzo el funeral. El féretro, de roble, totalmente liso, había sido construido en el pueblo de Casar de Periedo tal y como había manifestado por su propia voluntad, el fallecido.

DM/ Miércoles, 28 de mayo de 1986


Antonio Niceas, un sacerdote campurriano

Me sorprendió aquella voz al otro lado de la línea. Llamaban de Santillana del Mar. Aquellas palabras que destilaban transparencia de eternidad me anunciaron la muerte de un sacerdote amigo. Era lo que su salud había avisado repetidamente. Y, sin embargo yo me sentí sorprendido. Nos habíamos acostumbrado a conservar nuestra amistad olvidándonos de la temporalidad de este mundo- Vivíamos nuestro último adiós en cada despedida. Ahora que se ha ido de verdad casi no puedo creerlo.

¿Cuándo nos conocimos? ¿Cuándo nuestra amistad se hizo sincera y entrañable? Tan lejanos son estos recuerdos que carecen de fecha. Sé que Antonio Niceas fue símbolo y ejemplo de nuestro quehacer; símbolo porque muchos de sus amigos y paisanos hubiésemos querido ser lo que él; atreverse a aceptar y acudir a la llamada que tantos hemos desoído. Y ejemplo, por esa tenacidad de recopilador de tesoros escondidos y olvidados tras los muros penitentes de iglesias y humilladeros de lugares cántabros.

Su huella más profunda, su impronta más limpia, es la grabada en el monasterio de las Clarisas de Santillana, centro transido de cultura; con su museo, archivo y taller de restauración, que bajo el cuidado y responsabilidad de una orden benemérita, ofrece posibilidades reales al estudioso.

Esta inmensa obra que para nuestro Antonio del alma se desnudaba de todo mérito pretencioso, fue conseguida con una constancia admirable y unos sacrificios sin cuento. El hombre del que hablamos sólo sabía pedir a Dios por todos y por su obra, pero era incapaz de molestar a sus amigos ni con la más mínima de sus peticiones. Por eso, nunca mejor dicho, deja allí su obra personal. Entre aquellos muros centenarios recogió, ordenada y catalogada, la imaginería rural, que ayuda a interpretar la sencillez del alma de los pueblos; las pinturas restauradas: la orfebrería, etc.-- Pero con una particularidad que impresiona, allí se nota flotar el espíritu de nuestros antepasados.

A mis años, las pérdidas de un amigo es demasiado importante. Se nota el vacío muy cerca. No importó que la distancia impidiera el trato personal. Sabíamos que el amigo estaba allí que nos encontraríamos cada año y nos comunicaríamos la síntesis de nuestras vidas transcurrida. Esto, por ahora, no será posible. Habrá que esperar … esperar a otra primavera o a otro invierno. No lo sé, mientras tanto, los restos de Antonio Niceas reposarán bajo las losas de la iglesia del convento de Regina Coeli, y él desde lo alto vigilará no sólo el aliviarnos de nuestras premuras cotidianas, sino, lo que es más importante, el ayudarnos a que no sintamos la muerte como temeroso vacío y sí como esperanza.

Antonio; hubiese querido, como tus paisanos, custodiarte bajo las nieblas de nuestro Campoo, en aquel camposanto que lame el Ebro, pero no importa, porque te acompañaremos tantos, que la losa que te cubra ya es campurriana.

Antonio del Valle Menéndez

DM/ Domingo, 1 de junio de 1986


Entrada publicada el día de la Cabalgata de Reyes en Santillana del Mar, como recuerdo y homenaje a don Antonio Niceas Martínez Gutiérrez (1928-1986).