sábado, 16 de julio de 2022

Santillana del Mar, año 1962

"Luisito Bárcena, de 72 años, subió El Escudo en 32 minutos

Su rival, Benito García, de 64, lo hizo dos minutos después

Los dos ancianos ciclistas, en plena ascensión del Puerto del escudo.- Foto BUSTAMANTE

Luisito Bárcena de 72 años, sube, sin mucho esfuerzo, rampas del famoso puerto, resultando vencedor de su rival. Benito García, de 64 años, por dos minutos de ventaja.- Foto BUSTAMANTE

Dos ancianos, Luisito Bárcena, de 72 años, agente comercial de Torrelavega, y Benito
García, de 64, empleado de la Naval, de Reinosa, llevaron a cabo, el pasado domingo, la apuesta de cinco mil pesetas que tenían concertada: escalar, en menor tiempo, sobre una bicicleta, el temible Puerto del Escudo, lo que constituye una verdadera hazaña, no ya solo para estos dos hombres de avanzada edad y sin ninguna preparación, sino para muchos profesionales del ciclismo.

Ambos, con gran espíritu juvenil, y acompañados de una numerosa caravana de vehículos de toda clase, atacaron a fuerte golpe de pedal desde los primeros momentos, las numerosas y empinadas rampas del famoso puerto, ante la admiración y gritos de aliento de sus seguidores.

Uno y otro mantuvieron un estrecho “coco a codo” hasta casi coronar la cima. Sin embargo, fue Luisito Bárcena quien se adelantó a su rival en los últimos metros, llegando el primero, con una diferencia de dos minutos.

Es decir, Luisito Bárcena invirtió en el recorrido, unos ocho kilómetros, 32 minutos, mientras que Benito García empleó 34 minutos.

En el lugar señalado para la meta de llegada, además de los que les habían acompañado durante la escalada, se congregó numerosísimo público, que ovacionó al vencedor, y le llevó a hombros hasta un alto del límite del puerto, desde donde Luisito Bárcena se dirigió a la concurrencia y lanzó un nuevo reto a quiénes se atrevan a medir sus fuerzas con él en cualquier oportunidad y condiciones.

También Benito García fue objeto de entusiástico recibimiento y de las mismas muestras de simpatía.

Para los dos ancianos hubo ramos de flores y felicitaciones, hasta que emprendieron el regreso hacia sus respectivos domicilios, formando parte de aquella nutrida caravana de automóviles, motocicletas y bicicletas."

(DM 19.06.1962)


"Caso curioso en un barrio de Santillana del Mar

Un zorro con una gallina en la boca y el perro que sin duda perseguía al primero, aparecen muertos en un cable de energía eléctrica caído en una calleja

El cable había sido apartado a la orilla del camino por un vecino que seguramente se salvó de un fatal accidente por llevar zapatos con piso de goma

La noticia nos la ha dado un buen amigo vecino de Santillana del Mar, que nos ha prohibido demos su nombre, pero muy amablemente nos ha autorizado para hacerla pública –lo que hemos agradecido sinceramente- desde este periódico.

Nos dice que el miércoles último, al caer la tarde, cuando el vecino del barrio de Herrán, al lado de las famosas Cuevas de Altamira de Santillana del Mar, llamado Ramón Cuesta, se dirigía a su casa por una calleja, vio que estaba caído en el suelo un cable de los de la conducción de energía eléctrica a la histórica villa, y sin pensar en que se podía jugar la vida, cogiéndole de cualquier manera, le apartó a una orilla para evitar que alguna persona tropezara con él y le ocurriere algo, lo que no le aconteció a él por llevar zapatos con piso de goma.

Dicho cable se cree que fue desprendido por algún carro de hierba seca, que por su altura tropezó en él.

Pues bien, al pasar por aquel lugar al día siguiente, muy temprano, varios vecinos de los que madrugan para ir al trabajo, se quedaron sorprendidos al contemplar cómo enredados en el cable citado estaban muertos los animales: un zorro (que en esta ocasión no le valió su reconocida astucia) con una gallina, en la boca, y un perro, que se cree persiguió a la alimaña desde la casa en que se había apoderado del ave.

El dueño del can, Santos Ventisca, muy popularizado por el sobrenombre de “Santuco”, no oculta su hondo sentimiento por la muerte del perro, que era el guardián de la morada y noble compañero suyo, cuando iba muchos sitios y dice que más hubiese querido perder un becerro que dicho cariñosos animal.

El suceso, por las circunstancias que le rodean, está siendo muy comentadísimo.- PACO CAYÓN”

(DM 10.06.1962)

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