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Don Florentino Pino Pascua(1909-1984) Indiano de Oreña, emigrado a
Méjico, costeó el monumento a Cristo Rey erigido en “Cueto Murías” |
ALERTA 6 de junio de 1964
por Bartolomé
“En
quinta plana informamos del acto celebrado ayer de la bendición e inauguración
de un monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el pueblo de Oreña, donación del
hijo del pueblo, residente en Méjico, don Florentino Pino Pascua. En la foto de
Hurtado, el obispo de la diócesis y el abad de Vía Coeli conversando con los
vecinos de Oreña, después de la ceremonia.
OFRENDA DE UN HIJO DEL PUEBLO
Bendición e inauguración en Oreña de un monumento al Sagrado Corazón de
Jesús. Al acto, con los familiares del donante (don Florentino Pino Pascua)
asistieron las autoridades provinciales y locales y el vecindario en masa.
Oreña ha vivido ayer un día grande. Las máximas autoridades eclesiásticas,
civiles y militares se han citado en este pueblo, con motivo de la
inauguración del monumento al Sagrado Corazón
de Jesús, costeado por un indiano, por un hijo de Oreña, industrial en Puebla,
Méjico.
Este monumento, obra del artista catalán don Claudio Ríus, de una altura de
cinco metros, más dos del pedestal en que se asienta, está en un cerro de dicho
pueblo, barrio de Perelada y también cueto de Murías.
EL PANORAMA DESDE EL CERRO
Desde este cerro se divisa el pueblo de Oreña y, huelga decirlo, la
inmensidad del Cantábrico, al norte; por el este, además de los cerros de
Coterón, La Lastra y La Garita, al fondo la mole de Peña Cabarga, y más aún los
Picos de Riomiera, dando la vuelta, el Vispieres, el Dobra, la Sierra de Ibio, Peña
Labra, los Picos de Europa, aún cubiertos de nieve.
Panorama, en verdad, bello y atrayente, y más en este día luminoso de
junio, como si el cielo hubiera querido sumarse a la solemnidad del acto,
único, hasta ahora, en la provincia.
Por quebradas y laderas y algunos a pecho firme, en línea recta, hacen la
ascensión al cerro todos los habitantes de Oreña, quedando las casas vacías,
pues fueron chicos y grandes, no siendo raro el caso de una madre arrastrando
sus hijos cuesta arriba y cargada con algunos; o viejas octogenarias que, poco
a poco, han ascendido por su pie; familias enteras con el condumio para pasar
el día en el cerro y sus alrededores, algunos subieron a caballo y otros en
burro … y los jeeps de la Real Compañía Asturiana y de la Guardia Civil
subiendo y bajando a las autoridades.
UN ASPECTO MARAVILLOSO
El aspecto de ese altozano era, sencillamente, maravilloso, con su alegre y
variado colorido sobre un fondo verde de las praderas y los eucaliptales a su
espalda.
Hasta allí han llegado el prelado de la diócesis, doctor Beitia, el abad
dimisionario del “Vía Coeli”, don Luis María Yagüe; el gobernador civil, Sr.
Elorza; el representante del presidente de la Diputación, señor Cabrero; el
capitán de la Guardia Civil de Torrelavega; el alcalde de Alfoz de Lloredo, don
Gregorio Barberena y toda la Corporación, así como la Junta Administrativa de
Oreña, con su presidente don Paulino Calderón; el médico titular de Alfoz don
Ángel Castillo; el doctor Peña y su señora, padrinos de la renovación de la
iglesia de Oreña y, aquél, médico durante años de dicho pueblo; todos los
sacerdotes del contorno y, como queda dicho, los habitantes, en masa, de Oreña
y parte de Novales, de Toñanes, de Arroyo, de Cóbreces, de Rudagüera, de la
Busta …
La llegada de las autoridades e invitados, entre los que se encuentra
especialmente el cronista, es saludada con la explosión de bombas y cohetes; y
para que nada faltara en esta fiesta típica popular y religiosa de Oreña, las
notas del himno nacional son lanzadas al aire por el pito del célebre Martín,
al que acompaña el tambor de Bosio, a quienes no ha arredrado la altura, como
tampoco a los ancianos del lugar.
MISA ANTE EL MONUMENTO
Junto a la estatua ha sido erigido un altar, y en él dice la misa el señor
obispo, ante el recogimiento y emoción de los fieles, sobre todo de esas
humildes mujeres que han subido hasta allí; con la emoción de algunos hombres
que recordaban, sin duda, los años de la niñez, en que corretearon por ese
cerro.
La misa es cantada por el coro femenino de la parroquia y los catequistas
de Comillas llegados con este objeto. El padre Carrascosa, de la Compañía de
Jesús, pronunció una sentida y emotiva plática bajo el techo de aquel cielo
sereno y con el ondear de las banderas por la suave ráfaga de viento.
Junto al gobernador civil y las demás autoridades está la esposa y la hija
de don Florentino Pino Pascua, doña María del Carmen Canales Lobato de Pino y
Mary Carmen Pino Canales, respectivamente, así como doña Concepción de las
Cuevas, condesa de Forjas de Buelna.
UNA PLÁTICA
La plática del padre Carrascosa terminó,
después de hacer un poco de historia de la devoción del Sagrado Corazón, dando
las gracias en nombre de Dios, de la Iglesia de los fieles de Oreña y de la
Montaña entera, a don Florentino, y ruega a su esposa que se las transmita.
Termina citando un pasaje poético, aquel que dice “todo pasa y todo queda”, para glosar el acto de hoy.
Después de la misa, durante la cual se repartió un crecidísimo número de
comuniones –lo mismo por la mañana, en la parroquia, había tenido lugar una
comunión general, pero que muchas personas prefirieron hacerlo en aquella
altura, más cerca de Dios-; después de la misa, repetimos, el señor obispo hizo
la consagración del pueblo de Oreña al Sagrado Corazón de Jesús, bendiciendo la
imagen y dando lectura al texto de la consagración de España hecho por Alfonso
XIII en el Cerro de los Ángeles.
Una vez terminados estos actos religiosos las autoridades dejaron aquellos
bellos parajes y las gentes del pueblo se dispusieron a dar buena cuenta de sus
viandas.
PALABRAS DEL GOBERNADOR
Más tarde, en la comida de hermandad, el gobernador civil pronunció un
corto pero sustancioso discurso. “En este acto, dijo, no podía estar ausente la
autoridad, y en nombre de ella yo he venido para hacer patente mi
agradecimiento y el agradecimiento de toda la provincia a este matrimonio
ejemplar que ha hecho esta obra por amor de Dios y por amor a Oreña, su pueblo”.
Hace un canto al indiano y recuerda lo que dijo hace días en Villacarriedo
por un motivo semejante. “El indiano que ha sabido conservar fuera de su patria
la fe de sus mayores”.
Y dirigiéndose a doña María del Carmen la dice: “En nombre de esta provincia, señora, y en
nombre de Oreña, espero transmita a su esposo nuestro agradecimiento más hondo
y más sentido”.
DISCURSOS DEL PRELADO Y DEL ALCALDE
Después del gobernador dirige la palabra a los asistentes el señor obispo,
quien puso de manifiesto el significado de este acto, tanto más lleno de amor
por cuanto ha sido por obra de un hijo del pueblo, ausente. Ese amor que con el
tiempo y las distancias dicen que se apaga, pero que en los indianos como don
Florentino se enciende más y más.
El alcalde de Alfoz de Lloredo, ayuntamiento al que pertenece Oreña,
dirigiéndose a la esposa de don Florentino les da las gracias en nombre del
valle y en nombre del Ayuntamiento, y que éste ha tomado el acuerdo por
unanimidad de nombrarle hijo predilecto
del pueblo. “No solo se merecen este honor los que llevan a cabo obras
materiales, sino también, o con más motivo, las espirituales. Reciba, señora –la
dice- un abrazo del pueblo de su marido, del “Tino” que correteó por estas
mieses y cerros, del “Tino” para quien van nuestros mejores recuerdos y deseos”.
OTROS DISCURSOS
Terminó el acto con unas palabras de agradecimiento del párroco de Oreña,
don David Ruiz Rabre, tanto a los asistentes como a aquellos que le han
participado su enhorabuena por esta bella obra de don Florentino. Y en nombre
de este, les repite las gracias a todos.
Como colofón de este acto le es grato al cronista dar la noticia de que,
dentro de poco, según nos comunica el alcalde, tendrán teléfono los pueblos de
Toñanes, Oreña y Rudagüera, costeado por la Diputación Provincial. Noticia, en
verdad, que insertamos con satisfacción.
Y hemos de dar, por nuestra cuenta, las gracias en nombre de ALERTA por las atenciones que han
tenido con este cronista, viejo amigo de todos, y con los que compartió unas
horas inolvidables”.
Video
Fotos:
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septiembre 1964 |