Fidel y Victoriano González González, sus creadores
FIDEL GONZÁLEZ GONZÁLEZ (n. 1875 Caborredondo,
m.) y CRISTINA GONZÁLEZ CALDERÓN (n. 1882 Oreña, m.), casados el 15 de junio de 1907 en la Iglesia
Parroquial San Pedro Apóstol de Oreña
Sus hijos: Cristina y Lola.
Del comercio con residencia en Jerez de la Frontera (Cádiz)
FIDEL era hijo de Manuel González González (n. 1843
Perelada, m. 1929 Caborredondo) y Modesta González Pedrosa (n. 1846, m. 1921
Oreña).
Sus hermanos: Victoriano (1874-), Antonio (1877-), Manuel (1880-), Josefa
(1882-1947), Juan (1885-) y Dolores (1888-1932).
Era nieto paterno de Antonio González Gutiérrez (n. 1819 Oreña, m. 1889
Oreña) y María Dolores González Fernández (n. 1820, m. 1885 Oreña).
Era nieto materno de Juan González Cayuso (n. 1812 Bárcena, m. 1868 Torriente)
y Severa Pedrosa Escalada (n. 1822 Castañeda, m. 1890 Torriente).
CRISTINA era hija de Cayetano González Gómez (n. 1845 Caborredondo, m. 1918 Oreña) y Julita
Calderón García (n. 1852 Perelada, m. 1943 Oreña).
Sus hermanos: María Dolores (1873-1874),
Constantina (1880-1932), Recaredo (1886-1971), Eroina (1888-1899) y Adela
Trinidad (1889-).
Era nieta paterna de Manuel González García (n. 1796 Oreña, m. 1861
Perelada) y María Gómez González (n. 1806 Padruno, m. 1885 Oreña).
Era nieta materna de José Calderón Oreña (n. 1820 Perelada, m. 1855
Perelada) y Juana García Rodríguez (n. 1820 Oreña, m. 1912 Oreña).
Raíces: Antonio, el hermano de Fidel, estaba casado con
Facunda Gutiérrez Aguirreburuaga que era hermana de Jerónimo el padre de mi tío
político Antonio Gutiérrrez Fernández
Otros familiares en este blog:
Hermanos de Fidel:
Sobrinos de Cristina:
Anecdotario:
Transcribimos de tres fuentes distintas:
1.- De Universidad de Cantabria
Jándalos, arte y sociedad entre Cantabria y Andalucía
Por Miguel Ángel Aramburu-Zabala Higuera
Y Consuelo Soldevilla Oria
“La fama que tenían los montañeses, tanto tenderos como “chicucos”
(empleados), era de que se enriquecían rápidamente, en palabras de Juan de la
Plata, “no solo por el esfuerzo y la
total dedicación a sus negocios y
trabajos, no dilapidando ni un real en diversiones ni en menesteres que no les fueran precisos, sino también
porque a los que no podían pagarle le solían cobrar en tierras y otras
propiedades, según era su habitual costumbre, que debió ser bastante conocida
públicamente ya que de ello se habla en documentos oficiales de 1723. Así prosperaban y podían abrir
nuevas tiendas y también poder invertir en toda clase de negocios; por lo
general de almacenamiento de vinos; incluso algunos llegaron a hacerse con pequeñas bodegas que, con el
tiempo, pudieron ir agrandando; creando su propio imperio. Las tiendas fueron
desapareciendo con el tiempo, a medida que sus dueños prosperaron en más
importantes negocios con los que llegaron a ocupar un sitio muy destacado en la nueva burguesía jerezana. No obstante
algunas sobrevivieron y llegarán al siglo XX, como y el todavía existente,
aunque hoy de nueva planta, café-restaurante, La Vega conocido, como la Antigua Tienda de Vega a mediados del
siglo XIX, propiedad de Francisco de Vega . Posiblemente éste sea el mismo
establecimiento que en la calle Doña Blanca tenían ya en 1914 los hermanos
Victoriano y Fidel González, creadores del Anís del Racimo y de la Ginebra del
Racimo y propietarios de un salón cinematográfico y un salón de billar. El Anís
del Racimo, cuya etiqueta lucía los escudos de Santander y Jerez, pasó a ser propiedad de las bodegas de José
Pemartín”.
2.- Del Diario
de Jerez
“La Vega” el último café cantante que tuvo Jerez
“Y
sobre el año 1913 la adquiere otro montañés, dueño prácticamente de toda la
manzana, llamado Fidel González González, destilador del célebre Anis del
Racimo, el preferido de los jerezanos de la época, quien explota el citado
negocio, respetando el viejo nombre de Antigua de Vega, que perduraría hasta
cerca de los cuarenta, en que se queda tan solo en "La Vega"”
3.- De
“Cantabria y Cádiz” por Mario Crespo López
“Uno
de los montañeses más implicados en la revista del Centro cántabro fue Fidel
González González , propietario del “anís del Racimo”, que había logrado
destilar una ginebra que, decían, se parecía mucho a la histórica procedente de
Holanda. Lo curioso es que don Fidel era propietario de un salón en Jerez en el
que echaba proyecciones cinematográficas y, de hecho, cierta vez fue a Sevilla
a adquirir alguna película, “habiendo contratado
con las casas Gaumont y Pathé, lo más escogido de su producción y entre ellas
algunas de gran sensación”.