viernes, 28 de julio de 2023

CUEVA DE ALTAMIRA

 

Bisonte policromado, en pie. Según el dibujo de Breuil

En fase experimental

Se abrió Altamira

Ayer, a las once y cinco minutos de la mañana, se abrieron de nuevo las Cuevas de Altamira, con lo que se inició la segunda y más importante fase de la investigación encaminada a determinar las alteraciones que la presencia humana provoca en el ecosistema de la cueva. Tan sólo cinco personas fueron admitidas en el interior, acompañadas por el guía Manolo Gutiérrez, en una visita que tuvo una duración exacta de 20 minutos. Tres de los visitantes pertenecían al mundo de la información: Jesús Delgado, Ricardo Cagigal y José María Izquierdo. Después se encontraba el matrimonio formado por el coronel-jefe del Regimiento Valencia, Rafael Martínez Leonís y su esposa, María Luisa Martínez Macía. Para poder acceder al interior de la cueva los cinco visitantes tuvieron que calzar unos chanclos de goma especiales para evitar la entrada de microorganismos que pueden contaminar el ecosistema.

Ahora comienza la segunda fase de la investigación

La puerta de Altamira se abrió a los visitantes

Emilia LEVI

(Viene de la primera página)

La visita se realizó únicamente a la sala de policromos, y según manifestaron después los visitantes, éstos pudieron comprobar la presencia durante todo el recorrido de numerosos aparatos colocados en lugares estratégicos de la pared, que conectados mediantes cables subterráneos con el laboratorio situado en el exterior, permitirán a los científicos detectar la mínima alteración que se produzca en la cueva, tanto en lo que se refiere a su grado de humedad como de temperatura.

20 minutos duró la visita

La puerta de hierro de acceso fue abierta por el jefe de relaciones públicas, Felipe Méndez de la Torre, estando presentes el profesor Eugenio Villar, director del equipo de científicos que realiza el estudio, y el alcalde de Santillana del Mar, Francisco Javier Rosino. Hoy y mañana las cuevas se abrirán de nuevo para grupos también de cinco personas respectivamente, y volverán a abrirse de nuevo otros tres días de la semana que viene.

Después se cerrarán hasta un día no determinado del mes de marzo, en que se espera ampliar el cupo de visitantes a quince. Hoy será el turno de visita del alcalde Rosino y cuatro concejales del Ayuntamiento de Santillana que, como es preceptivo, también presentaron su solicitud hace ya algunos meses.

“Tenemos gran interés en poder entrar en el interior de las cuevas –manifestó Rosino- para poder comprobar lo que hemos venido defendiendo siempre hasta ahora, es decir que todo ha sido causado por la falta de humedad. Quiero también comprobar que las pinturas se encuentran tan bien como cuando se cerraron hace ya cuatro años”.

Encargado de enseñar las cuevas fue el guía Manolo Gutiérrez Gómez, el decano de los empleados de Altamira, es decir, cuando siendo un niño de cuatro años llegó con su padre Simón, guarda también de las cuevas durante más de cuarenta años. No puede hablar del estado de las pinturas ya que, según dice, cuando está dentro nunca las mira, se limita únicamente a enseñarlas.

A las once y cinco minutos de la mañana de ayer, lunes, Felipe Méndez abrió la pequeña cancela de hierro verde para dar entrada a los cinco visitantes que, con sus chanclos especiales, esperaba el solemne momento de contemplar de nuevo el portento legado dejado por el hombre hace quince mil años. La primera persona que cruzó la puerta fue la señora Martínez Leonís, seguida del informador de televisión José María Izquierdo, del coronel Martínez Leonís, de Jesús Delgado y, por último, de Ricardo Cagigal.

En las inmediaciones de la cueva, vigilada mientras tanto por dos guardas y un guardia civil, quedamos únicamente escasas personas, casi todos pertenecientes a los medios de comunicación, a excepción del alcalde de Santillana, en espera de poder conocer las primeras impresiones de los que mientras tanto se encontraban admirando las pinturas. Día histórico para Altamira en la tibia mañana de ayer, lunes, 15 de febrero, que ha vuelto así a recuperar para la humanidad la joya más importante del arte cuaternario.

Las pinturas en estado inmejorable

De los cinco visitantes únicamente el coronel y su esposa no conocían las pinturas. Poco antes de entrar comentaban que era para ellos la culminación de una aspiración que sentían desde hace muchos años. “Como todos los españoles, hemos tenido siempre el deseo, desde nuestros años escolares, de conocer las pinturas. Por eso, cuando supimos que, mediante una solicitud, se podía tener la posibilidad de entrar, nos apresuramos a enviar la carta, cosa que hicimos antes de Navidad”.

El matrimonio Martínez Leonís procede de Alicante y llegaron a Santander en el mes de junio. A la salida de las cuevas comentaría el coronel que no había aún podido asimilar toda la magnitud y belleza de las pinturas. “Me han producido una impresión inmejorable, pero necesito tiempo para poder pensar en todo lo que he visto”.

Jesús Delgado no puede recordar si las pinturas están mejor o peor que cuando las vio por última vez. “Mi última visita fue hace diez años, y como no soy hombre de ciencia, no puedo determinar si tienen la misma intensidad de color que antes. He podido comprobar  la presencia de numerosos aparatitos colocados en paredes o en determinados rincones, testigos y espías de cualquier alteración que se produzca en la temperatura y humedad de la cueva. He tenido también la sensación de que el guía ha recibido consignas específicas para responder lo más escuetamente posible a las preguntas que se le formulen. He querido notar una sutil discreción en su forma de responder”.

Para el informador de RTVE, José María Izquierdo, la experiencia ha sido poco satisfactoria. Tenía la esperanza de poder introducir una cámara autónoma de video que funciona sin focos, especialmente estudiada para no producir alteraciones ni variaciones en el ambiente. A pesar de ello, le fue prohibida terminantemente la entrada de la cámara, así como la de cualquier máquina fotográfica.

Para el alcalde Rosino, únicamente un espectador más, el día de ayer se podía considerar histórico para Altamira y para toda Cantabria. “Estoy verdaderamente satisfecho y sólo espero que esta apertura se consolide y pueda alcanzarse en pocos meses la cifra de al menos cien visitantes diarios. Lo que no me gusta es que estemos copiando a nuestros vecinos los franceses inventando esos absurdos "zapatitos“. Para mí, lo que ha ocurrido aquí ha sido tan sólo falta de humedad producida por la avalancha de turistas; creo que restringiendo el número, no volverán a surgir problemas”.

El tema de los chanclos puede ocasionar problemas. En primer lugar, nos dijeron los visitantes que era muy incómodo andar con ellos, pues al estar abiertos en su parte posterior, hay que arrastrar los pies para evitar perderlos. Su uso, sin embargo, -apuntó el profesor Villar- es totalmente necesario, ya que la entrada en la cueva con calzado contaminado puede ser un vehículo muy peligroso de transporte de microorganismos. Este calzado especial, realizado en un material parecido al hule, una vez usado se esteriliza por la noche antes de volver a ser usado de nuevo.

Santillana vivió ayer un día grande con la reapertura de las cuevas, según algunos vecinos manifestaron a nuestro corresponsal en la zona. “La apertura de la caverna es la salvación de la villa; mucho de esto, por no decir casi todo, se lo debemos a nuestro alcalde, Francisco Javier Rosino Mata”

DM/ 16 de febrero de 1982

Las fechas de Altamira

1868: Descubrimiento de las cuevas de Altamira.

1879: Se ilumina su interior con velas y se instala una puerta de madera.

1905: La iluminación por medio de velas es sustituida por la de acetileno.

1932: Se vuelve de nuevo a cambiar la iluminación y se instala luz eléctrica.

1941: Se advierten los primeros hongos contaminadores en las vigas de madera instaladas años atrás.

1957: Se sustituye el alumbrado incandescente por tubos fluorescentes.

1977: Se cierra definitivamente las cuevas.

Desde el año 1952 hasta 1977 visitaron las cuevas dos millones ochocientos sesenta y seis mil personas.

Este año se esperan 300.000 turistas de lo que sólo un uno por ciento podrán visitar el interior de las cuevas.

 

El alcalde de Santillana del Mar y cuatro concejales visitaron las cuevas el pasado martes

Rosino: “Las pinturas de Altamira están más sanas que nunca”

El alcalde de Santillana del Mar, Javier Rosino y cuatro concejales de la Corporación de esta histórica villa visitaron el pasado martes las Cuevas de Altamira, en su segundo día de reapertura.

Rosino declaró ayer, a Radio Popular, que las pinturas de Altamira, están en perfecto estado de conservación y que no hay indicios de hongos o bacterias, como se ha dicho en algún periódico nacional. Por otra parte insistió en que se está tratando de trasladar la enfermedad de las cuevas francesas de Lascaux a Altamira, cuando no hay ninguna causa para ello.

El alcalde de Santillana del Mar insistió en que Altamira debe de ser abierta, una vez finalicen los actuales estudios, eso sí, con un cupo controlado de visitantes que puede cifrarse en cien al día. Con esta medida y la vigilancia constante de los técnicos de la Universidad de Santander –finalizó- se podría evitar un nuevo y desagradable cierre como el que se produjo en septiembre de 1977.

J.A.C.

Para Javier Rosino, alcalde de Santillana del Mar, la visita que realizó en compañía de cuatro concejales más del Ayuntamiento, fue algo obligado, porque considera que se ha escrito mucho, y a veces no muy correctamente, sobre el estado de las famosas pinturas, por lo que necesitaba tener una visión objetiva y personal de cómo se encuentran. Rosino señaló que se ha intentado traer la enfermedad y el problema de las Cuevas francesa de Lascaux a Altamira, al hablarse de bacterias y de hongos, como anteayer mismo comentaba en un informe el diario madrileño “ABC”, lo que considera es totalmente falso.

“De ahí –afirma Rosino Mata- que fuese totalmente necesario que nosotros intentásemos comprobar que allí, en la gruta, no había nada de esto que se ha dicho. Nosotros –añadió- los miembros del Patronato de las Cuevas, pertenecientes a la Corporación de Santillana habíamos intentado entrar en Altamira, y así lo manifestamos en las dos reuniones que éste celebró desde 1979, para tener una base de discusión sobre el problema de la tan traída y llevada contaminación. No se nos permitió la entrada, porque se alegó que podíamos afectar al proceso de las investigaciones y al iniciarse esta segunda fase del estudio, con visitantes, consideramos oportuno solicitar el acceso a Altamira por las razones anteriormente expuestas. Al saber la fecha de apertura con antelación jugamos con ventaja y fueron nuestras solicitudes las primeras en llegar al Museo de Altamira”, finaliza el alcalde de Santillana del Mar.

Las pinturas están en buen estado

A la pregunta de qué le pareció el estado actual de las pinturas, Rosino señaló “que lo mismo que a  los primeros cinco visitantes”. “Las pinturas –dijo- están perfectamente, como nos habían dicho los guías que han estado entrando durante estos cuatro años para realizar distintos servicios. Están en buen estado, y tienen todo su esplendor de color, y poseen el grado de humedad idóneo. Hay que tener en cuenta que ahora es una de las épocas en que Altamira hay mayor grado de humedad dentro de esos períodos normales de mayor o menor grado que ha tenido siempre la Cueva. No hemos encontrado ningún tipo de contaminación ni tampoco rastros de bacterias u hongos, como se ha dicho en la prensa nacional. Yo estoy satisfecho de la labor realizada hasta el día de hoy, porque he comprobado el magnífico estado en que se encuentran las pinturas. Por otro lado, en la visita recibimos todo tipo de explicaciones del guía, que es un hombre que conoce muy bien los pormenores de Altamira, puesto que lleva muchos años realizando sus funciones”.

Según Rosino las Cuevas deben de abrirse, una vez finalizado este período de investigaciones. “Esta es una idea –señaló- que también está en la mente del actual director general de Bellas Artes, Javier Tussell, que está dispuesto a que los estudios lleguen al final, y, además, es el interés, prácticamente de todos. Desde luego –señaló el alcalde- no se puede consentir la “romería” de visitantes que se produjeron en años anteriores al cierre de 1977, y no se pueden permitir cifras de 2.300, o más, visitantes al día. Los grupos de veinte personas, cada diez minutos, era algo verdaderamente horroroso, que obligaba a los guías, incluso, muchas veces, a tener que desabrocharse el cuello de la camisa por el calor asfixiante que existía en el interior de Altamira. Lo que sí hay que hacer ahora es determinar el número de visitantes diarios para que las visitas no afecten de forma notable al futuro de las pinturas. Esto le corresponde a la Universidad de Santander, que bajo la dirección del profesor Eugenio Villar está llevando los estudios francamente bien. Al menos esta reapertura así lo demuestra.”

Cupos de cien personas diarias

Pese a este hecho, Rosino señaló que él “como persona particular, puede dar una opinión al respecto y que considera que una cifra óptima sería de cien a ciento cincuenta personas diarias, que no afectarían en nada a la estabilidad de las pinturas. Estima que Altamira se abrirá con una cifra, por debajo de la misma, y siempre sin rebasarla”.

El alcalde de Santillana del Mar considera que con esta reapertura controlada  y la construcción de una réplica que servirá para absorber la gran afluencia de turistas propia de los meses del verano el tema quedará resuelto definitivamente.

Finalmente expuso que con este control de visitas, y la permanente vigilancia de los técnicos de la Universidad de Santander que seguirán estudiando el interior, se evitarán nuevos hechos desagradables como el que se produjo en el año 1977 y, consecuentemente, se podrán evitar nuevos cierres.

DM/ 18 de febrero de 1982

 

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