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Bisonte policromado, en pie. Según el dibujo de Breuil |
En fase experimental
Se abrió Altamira
Ayer, a
las once y cinco minutos de la mañana, se abrieron de nuevo las Cuevas de
Altamira, con lo que se inició la segunda y más importante fase de la
investigación encaminada a determinar las alteraciones que la presencia humana
provoca en el ecosistema de la cueva. Tan sólo cinco personas fueron admitidas
en el interior, acompañadas por el guía Manolo Gutiérrez, en una visita que
tuvo una duración exacta de 20 minutos. Tres de los visitantes pertenecían al mundo
de la información: Jesús Delgado, Ricardo Cagigal y José María Izquierdo.
Después se encontraba el matrimonio formado por el coronel-jefe del Regimiento
Valencia, Rafael Martínez Leonís y su esposa, María Luisa Martínez Macía. Para
poder acceder al interior de la cueva los cinco visitantes tuvieron que calzar
unos chanclos de goma especiales para evitar la entrada de microorganismos que
pueden contaminar el ecosistema.
Ahora comienza la segunda fase de la investigación
La puerta de Altamira se abrió a los visitantes
Emilia
LEVI
(Viene de la primera página)
La
visita se realizó únicamente a la sala de policromos, y según manifestaron
después los visitantes, éstos pudieron comprobar la presencia durante todo el
recorrido de numerosos aparatos colocados en lugares estratégicos de la pared,
que conectados mediantes cables subterráneos con el laboratorio situado en el
exterior, permitirán a los científicos detectar la mínima alteración que se
produzca en la cueva, tanto en lo que se refiere a su grado de humedad como de
temperatura.
20 minutos duró la visita
La
puerta de hierro de acceso fue abierta por el jefe de relaciones públicas,
Felipe Méndez de la Torre, estando presentes el profesor Eugenio Villar,
director del equipo de científicos que realiza el estudio, y el alcalde de
Santillana del Mar, Francisco Javier Rosino. Hoy y mañana las cuevas se abrirán
de nuevo para grupos también de cinco personas respectivamente, y volverán a
abrirse de nuevo otros tres días de la semana que viene.
Después
se cerrarán hasta un día no determinado del mes de marzo, en que se espera
ampliar el cupo de visitantes a quince. Hoy será el turno de visita del alcalde
Rosino y cuatro concejales del Ayuntamiento de Santillana que, como es
preceptivo, también presentaron su solicitud hace ya algunos meses.
“Tenemos
gran interés en poder entrar en el interior de las cuevas –manifestó Rosino-
para poder comprobar lo que hemos venido defendiendo siempre hasta ahora, es
decir que todo ha sido causado por la falta de humedad. Quiero también
comprobar que las pinturas se encuentran tan bien como cuando se cerraron hace
ya cuatro años”.
Encargado
de enseñar las cuevas fue el guía Manolo Gutiérrez Gómez, el decano de los
empleados de Altamira, es decir, cuando siendo un niño de cuatro años llegó con
su padre Simón, guarda también de las cuevas durante más de cuarenta años. No
puede hablar del estado de las pinturas ya que, según dice, cuando está dentro
nunca las mira, se limita únicamente a enseñarlas.
A las
once y cinco minutos de la mañana de ayer, lunes, Felipe Méndez abrió la
pequeña cancela de hierro verde para dar entrada a los cinco visitantes que,
con sus chanclos especiales, esperaba el solemne momento de contemplar de nuevo
el portento legado dejado por el hombre hace quince mil años. La primera
persona que cruzó la puerta fue la señora Martínez Leonís, seguida del
informador de televisión José María Izquierdo, del coronel Martínez Leonís, de
Jesús Delgado y, por último, de Ricardo Cagigal.
En las
inmediaciones de la cueva, vigilada mientras tanto por dos guardas y un guardia
civil, quedamos únicamente escasas personas, casi todos pertenecientes a los
medios de comunicación, a excepción del alcalde de Santillana, en espera de
poder conocer las primeras impresiones de los que mientras tanto se encontraban
admirando las pinturas. Día histórico para Altamira en la tibia mañana de ayer,
lunes, 15 de febrero, que ha vuelto así a recuperar para la humanidad la joya
más importante del arte cuaternario.
Las pinturas en estado inmejorable
De los
cinco visitantes únicamente el coronel y su esposa no conocían las pinturas.
Poco antes de entrar comentaban que era para ellos la culminación de una
aspiración que sentían desde hace muchos años. “Como todos los españoles, hemos
tenido siempre el deseo, desde nuestros años escolares, de conocer las
pinturas. Por eso, cuando supimos que, mediante una solicitud, se podía tener
la posibilidad de entrar, nos apresuramos a enviar la carta, cosa que hicimos
antes de Navidad”.
El
matrimonio Martínez Leonís procede de Alicante y llegaron a Santander en el mes
de junio. A la salida de las cuevas comentaría el coronel que no había aún
podido asimilar toda la magnitud y belleza de las pinturas. “Me han producido
una impresión inmejorable, pero necesito tiempo para poder pensar en todo lo
que he visto”.
Jesús
Delgado no puede recordar si las pinturas están mejor o peor que cuando las vio
por última vez. “Mi última visita fue hace diez años, y como no soy hombre de
ciencia, no puedo determinar si tienen la misma intensidad de color que antes.
He podido comprobar la presencia de
numerosos aparatitos colocados en paredes o en determinados rincones, testigos
y espías de cualquier alteración que se produzca en la temperatura y humedad de
la cueva. He tenido también la sensación de que el guía ha recibido consignas
específicas para responder lo más escuetamente posible a las preguntas que se
le formulen. He querido notar una sutil discreción en su forma de responder”.
Para el
informador de RTVE, José María Izquierdo, la experiencia ha sido poco
satisfactoria. Tenía la esperanza de poder introducir una cámara autónoma de
video que funciona sin focos, especialmente estudiada para no producir
alteraciones ni variaciones en el ambiente. A pesar de ello, le fue prohibida
terminantemente la entrada de la cámara, así como la de cualquier máquina
fotográfica.
Para el
alcalde Rosino, únicamente un espectador más, el día de ayer se podía
considerar histórico para Altamira y para toda Cantabria. “Estoy verdaderamente
satisfecho y sólo espero que esta apertura se consolide y pueda alcanzarse en
pocos meses la cifra de al menos cien visitantes diarios. Lo que no me gusta es
que estemos copiando a nuestros vecinos los franceses inventando esos absurdos
"zapatitos“. Para mí, lo que ha ocurrido aquí ha sido tan sólo falta de
humedad producida por la avalancha de turistas; creo que restringiendo el
número, no volverán a surgir problemas”.
El tema
de los chanclos puede ocasionar problemas. En primer lugar, nos dijeron los
visitantes que era muy incómodo andar con ellos, pues al estar abiertos en su
parte posterior, hay que arrastrar los pies para evitar perderlos. Su uso, sin
embargo, -apuntó el profesor Villar- es totalmente necesario, ya que la entrada
en la cueva con calzado contaminado puede ser un vehículo muy peligroso de
transporte de microorganismos. Este calzado especial, realizado en un material
parecido al hule, una vez usado se esteriliza por la noche antes de volver a
ser usado de nuevo.
Santillana vivió ayer un día grande con la reapertura de las cuevas, según algunos vecinos manifestaron a nuestro corresponsal en la zona. “La apertura de la caverna es la salvación de la villa; mucho de esto, por no decir casi todo, se lo debemos a nuestro alcalde, Francisco Javier Rosino Mata”
DM/ 16 de febrero de 1982
Las fechas de Altamira
1868:
Descubrimiento de las cuevas de Altamira.
1879:
Se ilumina su interior con velas y se instala una puerta de madera.
1905: La
iluminación por medio de velas es sustituida por la de acetileno.
1932:
Se vuelve de nuevo a cambiar la iluminación y se instala luz eléctrica.
1941:
Se advierten los primeros hongos contaminadores en las vigas de madera
instaladas años atrás.
1957:
Se sustituye el alumbrado incandescente por tubos fluorescentes.
1977:
Se cierra definitivamente las cuevas.
Desde
el año 1952 hasta 1977 visitaron las cuevas dos millones ochocientos sesenta y
seis mil personas.
Este año se esperan 300.000 turistas de lo que sólo un uno por ciento podrán visitar el interior de las cuevas.
El alcalde de Santillana del Mar y cuatro concejales visitaron las cuevas el pasado martes
Rosino: “Las pinturas de Altamira están más sanas que nunca”
El alcalde de Santillana del Mar, Javier
Rosino y cuatro concejales de la Corporación de esta histórica villa visitaron
el pasado martes las Cuevas de Altamira, en su segundo día de reapertura.
Rosino declaró ayer, a Radio Popular, que las
pinturas de Altamira, están en perfecto estado de conservación y que no hay
indicios de hongos o bacterias, como se ha dicho en algún periódico nacional.
Por otra parte insistió en que se está tratando de trasladar la enfermedad de
las cuevas francesas de Lascaux a Altamira, cuando no hay ninguna causa para
ello.
El alcalde de Santillana del Mar insistió en
que Altamira debe de ser abierta, una vez finalicen los actuales estudios, eso
sí, con un cupo controlado de visitantes que puede cifrarse en cien al día. Con
esta medida y la vigilancia constante de los técnicos de la Universidad de
Santander –finalizó- se podría evitar un nuevo y desagradable cierre como el
que se produjo en septiembre de 1977.
J.A.C.
Para
Javier Rosino, alcalde de Santillana del Mar, la visita que realizó en compañía
de cuatro concejales más del Ayuntamiento, fue algo obligado, porque considera
que se ha escrito mucho, y a veces no muy correctamente, sobre el estado de las
famosas pinturas, por lo que necesitaba tener una visión objetiva y personal de
cómo se encuentran. Rosino señaló que se ha intentado traer la enfermedad y el
problema de las Cuevas francesa de Lascaux a Altamira, al hablarse de bacterias
y de hongos, como anteayer mismo comentaba en un informe el diario madrileño
“ABC”, lo que considera es totalmente falso.
“De ahí –afirma Rosino Mata- que fuese
totalmente necesario que nosotros intentásemos comprobar que allí, en la gruta,
no había nada de esto que se ha dicho. Nosotros –añadió- los miembros del
Patronato de las Cuevas, pertenecientes a la Corporación de Santillana habíamos
intentado entrar en Altamira, y así lo manifestamos en las dos reuniones que
éste celebró desde 1979, para tener una base de discusión sobre el problema de
la tan traída y llevada contaminación. No se nos permitió la entrada, porque se
alegó que podíamos afectar al proceso de las investigaciones y al iniciarse
esta segunda fase del estudio, con visitantes, consideramos oportuno solicitar
el acceso a Altamira por las razones anteriormente expuestas. Al saber la fecha
de apertura con antelación jugamos con ventaja y fueron nuestras solicitudes
las primeras en llegar al Museo de Altamira”, finaliza el alcalde de Santillana del Mar.
Las pinturas están en buen estado
A la
pregunta de qué le pareció el estado actual de las pinturas, Rosino señaló “que lo mismo que a los primeros cinco visitantes”. “Las pinturas
–dijo- están perfectamente, como nos habían dicho los guías que han estado
entrando durante estos cuatro años para realizar distintos servicios. Están en
buen estado, y tienen todo su esplendor de color, y poseen el grado de humedad
idóneo. Hay que tener en cuenta que ahora es una de las épocas en que Altamira
hay mayor grado de humedad dentro de esos períodos normales de mayor o menor
grado que ha tenido siempre la Cueva. No hemos encontrado ningún tipo de
contaminación ni tampoco rastros de bacterias u hongos, como se ha dicho en la
prensa nacional. Yo estoy satisfecho de la labor realizada hasta el día de hoy,
porque he comprobado el magnífico estado en que se encuentran las pinturas. Por
otro lado, en la visita recibimos todo tipo de explicaciones del guía, que es
un hombre que conoce muy bien los pormenores de Altamira, puesto que lleva
muchos años realizando sus funciones”.
Según
Rosino las Cuevas deben de abrirse, una vez finalizado este período de
investigaciones. “Esta es una idea –señaló-
que también está en la mente del actual director general de Bellas Artes,
Javier Tussell, que está dispuesto a que los estudios lleguen al final, y,
además, es el interés, prácticamente de todos. Desde luego –señaló el alcalde-
no se puede consentir la “romería” de visitantes que se produjeron en años
anteriores al cierre de 1977, y no se pueden permitir cifras de 2.300, o más,
visitantes al día. Los grupos de veinte personas, cada diez minutos, era algo
verdaderamente horroroso, que obligaba a los guías, incluso, muchas veces, a
tener que desabrocharse el cuello de la camisa por el calor asfixiante que
existía en el interior de Altamira. Lo que sí hay que hacer ahora es determinar
el número de visitantes diarios para que las visitas no afecten de forma notable
al futuro de las pinturas. Esto le corresponde a la Universidad de Santander,
que bajo la dirección del profesor Eugenio Villar está llevando los estudios
francamente bien. Al menos esta reapertura así lo demuestra.”
Cupos de cien personas diarias
Pese a
este hecho, Rosino señaló que él “como persona
particular, puede dar una opinión al respecto y que considera que una cifra
óptima sería de cien a ciento cincuenta personas diarias, que no afectarían en
nada a la estabilidad de las pinturas. Estima que Altamira se abrirá con una
cifra, por debajo de la misma, y siempre sin rebasarla”.
El
alcalde de Santillana del Mar considera que con esta reapertura controlada y la construcción de una réplica que servirá
para absorber la gran afluencia de turistas propia de los meses del verano el tema
quedará resuelto definitivamente.
Finalmente
expuso que con este control de visitas, y la permanente vigilancia de los
técnicos de la Universidad de Santander que seguirán estudiando el interior, se
evitarán nuevos hechos desagradables como el que se produjo en el año 1977 y,
consecuentemente, se podrán evitar nuevos cierres.
DM/ 18
de febrero de 1982
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