jueves, 21 de marzo de 2024

Excursión a "La Bien Aparecida"

 Excursión de Oreña a "La Bien Aparecida"

Foto envía B. Bielva
año 1959-60

Identificamos de izqda a drcha y de arriba abajo:

Julio González Migoya (1941), Asunción Prado Rodríguez (1898-1983), Rosa (Rosi) González Gutiérrez (1941), Trinidad (Trini) Usamentiaga González (1938), Rosario Abascal García (1933), --, Inés García González (1904-1991), Maximina Pascua Gómez (1904-1985), Avelina Aguazo García (1898-1975), Emilia Martínez Prado (1915-2008), Marceliano Gutiérrez Cayuso (1907-1994), Luisa Gutiérrez Martínez (1901-1964), Aurora (Lolita) Abascal Aguazo (1933-1989), Eduviges Viges) Gutiérrez Martínez (1943-2008), Luzdivina (Vina) Gutiérrez Martínez (1933) y Elena González Migoya (1942).

Bernarda (Narda) Aguazo García (1906-1984), Florencia (Ciuca) Marotías González (1929-2016), Celestina (Tina) Marotías González (1926), D. Ricardo (Hno de D. David), Etelvina Gómez Diaz (1909-1996), Carmela Usamentiaga Díaz (1902-1979), Juli, Dolores, Susana Ruiz Martínez (1915-2009), --, Trinidad (Trini) Abascal García (1939), Florencia (Flora) Iglesias Ruiloba (1916-1997), Elena (Lenita) Piñera Ruiz (1942), Constancia (Tancia) Cayuso Pérez (1931-2016), Rosi, --.

Carmen García Pino (1913-1994), Don David Ruiz Rabre (1902-1985) y Juliana Girón Alonso (1898-1977).

Otras fotos de la misma excursión:

Juliana Girón Alonso y detrás Narda, Ciuca, Etelvina
, -- y arriba Asunción y --, --, --.

Luisa, Lolita y Vina, debajo Tancia, Guadalupe (Lupe) Noriega Sánchez (1937) Rosi, Trini y Juli Echevarría Martín, encima María del Carmen (Carmina) Calderón Cayuso (1938-2021). Trini Usamentiaga y Lenita y Viges.

 

Manola González González(), Flora y Dolores Usamentiaga Díaz (1920-2016) 

Arriba: Carmina, Vina, Tina, Lenita, Rosi, María Rosa (Rosi) Cayuso Luguera (1944), Lolita. Viges, y abajo Ciuca, Etelvina. --, Dolores, Flora, Tancia y Manola.

Luisa, Juli, Narda, Trini, --, Trini Usamentiaga, --, Ciuca, Avelina
, Tina, Etelvina, Vina y Lenita.

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martes, 19 de marzo de 2024

Comunión de Angelines Calderón Tejerina

 1ª Comunión de Angelines Calderón Tejerina 

Al fondo la casa de Julio González Migoya (1941)
De pié, de izqda a drcha: -- María de las Nieves (Nieves) Díaz Pérez (1956), María Antonia (Mari) Pernía Fernández (1953-2013), María Rosa (Rosi) Díaz Pérez (1959), María Ángeles (Angelines) Calderón Tejerina (1962), Veli Balbás Somoano (1958-1982), María Rosa (Rosi) Pernía Fernández (1955), Herminia Balbás Somoano (1959), Electicia (Ticia) Calderón Llata (1907-1980) y Obdulia (Yuya) Calderón Calderón (1937).
Sentadas: María Elsa (Elsa) Calderón Tejería (1964), --, --, --, María Isabel (Maribel) Calderón Cayuso (1958) y Josefa (Pepa) Calderón Calderón (1938).

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miércoles, 6 de marzo de 2024

La Obra San Martín, la herencia que dejó don Daniel

 

Junto con la atleta Lourdes Valdor, recibió, la noche del miércoles, el “Moisés de Oro”


La Obra San Martín, la herencia que dejó don Daniel

ORTIZ TERCILLA

    En la noche del pasado miércoles, y en La Taberna de Moisés. Fueron entregados los “Moisés de Oro” en el acto tradicional de este ya popular premio, que no por ser modesto es menos apreciado. Un reconocimiento con dos vertientes, una deportiva y otra social. Lourdes Valdor, atleta cántabra, y la Obra Benéfica San Martín, fueron los galardonados este año.

    Don Daniel García fue un sacerdote que tenía una fuerte personalidad, singular en sus acciones y constante en sus planteamientos. Don Daniel, fue un moderno San Francisco de Asís, que “tapó” con la capa de su caridad y de su entusiasmo y entrega, a muchos “desnudos” de bienes, llenos de hambre y de miseria. En todos lugares -decía- se puede servir al Señor, y don Daniel eligió el camino difícil, la senda ardua y dificultosa. Su incansable caminar no encontraba caminos angostos. No tenía fronteras, aunque su apostolado se centraba principalmente en el barrio de San Martín y sus aledaños.

    Siempre sabía dónde había un enfermo que necesitaba de ayuda, e igual se veía a don Daniel con su vieja sotana en una bodega de San Martín de Abajo, que en una guardilla en Canalejas o en una modesta vivienda en la calle Tetuán … También acudía a la calle Castelar, al Muelle.., pero por distintas razones. Cuántos serían los enfermos, con los que se pasaba las horas muertas hablando, a quienes, al marchar, dejaba bajo su almohada tres o cuatro duros para las medicinas que necesitaba. Cuántas ocasiones fueron las que dejó sobre la mesa, junto al vaso de vino que había compartido con su amigo enfermo, cinco o seis duros para que, aquel día al menos, pudieran comer los críos de la casa. Después visitaba a sus amigos pudientes, con quienes siempre se repetía la conversación y las peticiones para sus enfermos, para sus ancianos y ciertamente también, le respondían esos amigos, porque su ejemplo era auténtico.

    Recordamos aquellos pequeños tritones que junto al Marítimo, o junto al Palacete de las Obras del Puerto, se zambullían en el agua en busca de unas monedas que los paseantes arrojaban por las machinas al agua. Era una situación un tanto degradante y hasta humillante hacer que aquellas criaturas se vieran necesitadas de estar horas y horas en el agua luciendo sus vergüenzas en busca de unas monedas para llevar a casa. Se les podían contar los huesos y apreciar el hambre en sus rostros. Sus sonrisas se quebraban cuando salían del agua con la boca llena de monedas, pero sonreían después tras depositar su “tesoro” en las escalerillas. Un tesoro que, en algún caso, y después de comer un trozo de pan moreno y unos higos “pajareros” llenos de esparto, entregaba al cura don Daniel parte de su “pesca”. Eran ejemplos emocionantes. Una caridad compartida. Solidaridad, que se dice ahora.

    No cesaba en su empeño don Daniel y su obra iba creciendo y creciendo, pero las necesidades eran muchas. Creó con mucho esfuerzo y no menos entusiasmo, preventorios infantiles, como el ubicado en Potes, para llevar a ellos a muchos niños a quienes se arrancaba de la tuberculosis que les amenazaba al convivir junto a personas, que en aquellos años eran muchas, que pagaban el tributo de las calamidades pasada, al contraer la terrible enfermedad, en aquellos años casi insuperable.

    Don Daniel era rodeado por los chavales, allá donde le encontraran. Don Daniel, se sentía feliz charlando con los viejos pescadores de Puertochico, con las pescaderas de la calle Tetuán. Estaba siempre feliz entre su gente. ¡Hay mucho que hacer! Decía constantemente y con su ejemplo contagiaba y logró colaboradores estupendos. Hacía falta gente para organizar los proyectos, para coordinar acciones y creó el periódico “San Martín” y encontró eficaces colaboradores y se puede recordar después de muchos años, a Celestino Rodríguez, “Cerona”, a Francisco González, genial caricaturista, a Mariano Izábal, a Fernando G. Muriedas…”.

    Más tarde acometería la sensacional Obra San Martín, en Bellavista (Cueto) dedicada a los deficientes psíquicos, donde la labor supera todas las previsiones y esa labor asistencial fue, posiblemente como una llamada de atención a la sociedad y una bandera izada al viento para concienciar a muchas personas de que aquello, había necesidad de afrontarlo seriamente y hoy, por fortuna, hay instituciones y subvenciones para estos casos.

    La muerte de don Daniel dejó huérfanos, muchos, puesto que todos eran hijos espirituales del benemérito sacerdote. Por fortuna y porque la Obra lo demanda llegó a la dirección de la misma otro sacerdote que se entregaría y se entrega en cuerpo y alma … Don Miguel Manso, continúa aquel camino difícil pero congratulante de la caridad. “Todo lo que hagáis con ellos, lo haréis por Mí”. Sin duda un serio compromiso, que mantiene las constantes de trabajo y dedicación.

(DM/ Viernes, 24 de febrero de 1989)


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viernes, 1 de marzo de 2024

El padre Guerin, un experto en Historia dentro del Monasterio de Cóbreces

 


Su figura es muy conocida por los largos paseos sobre una bicicleta


El Padre Guerin, un experto en Historia dentro del Monasterio de Cóbreces


Llegó a Cóbreces cuando tenía diez años para formar parte del Monasterio de Viaceli. El Padre Guerín, desde entonces, y en su tiempo libre, ha llegado a realizar una serie de trabajos relacionados con la Historia, de un importante valor documental. Miembro de varias asociaciones culturales y colaborador de algunas revistas, es conocido en toda la zona.

Diego Ruiz/ Félix Iglesias


El padre Patricio Guerin, nombre de religión y por el que se le conoce en toda la zona, llegó a Cóbreces cuando tenía diez años, procedente de la isla de Malta. De inmediato, y mostrando una gran vocación religiosa, entró a formar parte de la Orden Cisterciense del Monasterio de Viaceli de esta localidad cántabra.

“Yo quería ser religioso -dice el padre Guerin- y cuando vinieron aquí mis hermanos mayores, yo me trasladé con ellos. Prácticamente me he pasado la vida en este convento, excluyendo los años de la guerra civil”.

“Desde que tengo uso de razón -asegura- me he preocupado de todo lo referente a la historia, preferentemente de aquella relacionada con la comarca. Por mi facilidad para la investigación, me centré en la historia de la orden y en la historia local”.

Ya de sacerdote, vocación en la que lleva cuarenta y siete años, se dedicó a la pastoral, donde ha frecuentado y frecuenta parroquias como la de Ruiloba, Oreña, Novales y Cóbreces. Su labor va encaminada al apoyo de los párrocos de la zona.

“Mi tiempo libre -continúa diciendo- lo he dedicado siempre a la historia, publicando todos mis estudios en la revista “Altamira” y en “Publicaciones del Instituto de Etnografía y Folklore Hoyos Sáinz”. Asímismo, soy colaborador y miembro del Centro de Estudios Montañeses e Institución Cultural de Cantabria”.


Importantes estudios sobre Novales

En sus trabajos se encuentran estudios referentes a los montes de Novales y Fresnedo, destacan por su interés el callejero de los lobos, los ufadoiros del Cantábrico, etc.

Su fuente de información se centra, principalmente, en el Archivo Provincial, Archivo Diocesano, Archivo Nacional, Archivo de Simancas, Chancillería y Archivo Artístico de Protocolos de Madrid, sin olvidarse de los archivos propios con los que cuenta la orden.

Dentro de la documentación más rica que ha encontrado del antiguo valle de Alfoz de Lloredo destaca la relacionada con los límites del lugar, que llegaban hasta el río de La Rabia, por la costa. Por otra parte, los padrones de Ruiloba y Novales, son unos de los documentos más completos que ha podido encontrar y que datan del siglo XVI, con los cuales, contando con la paciencia que le caracteriza, completará uno de los trabajos más interesantes.


El padre Guerin, un gran ciclista

El padre Guerin ha dedicado muchas horas debido a sus actividades, a la bicicleta, siendo habitual la figura del sacerdote sobre dos ruedas hasta tiempos bien reciente. “Cuando estaba en condiciones -asegura- era un buen ciclista”.

Además de los pedales, es un profundo conocedor del inglés, maltés, griego, latín, castellano, euskera y catalán, entendiéndose perfectamente con la mayoría de los habitantes de los países europeos.

Finalmente, cabe destacar que la figura del padre Guerin, ha sido siempre muy respetada y querida en toda la zona, alcanzando un gran prestigio.

“Yo me definiría -finaliza- como un hombre práctico, pero en caso necesario, polémico”

DM/ Domingo, 3 de marzo de 1985



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Su legado


Recibimiento de la imagen de Nuestra Señora de la Asunción. Patrona del Monasterio Cisterciense de Vía Celi


Vida monástica en la Montaña