jueves, 10 de julio de 2025

Don Daniel García González, director de la "Obra San Martín", año 1958

 

Reverendo don Daniel García González (foto DM)

Don Daniel García González, director de la “Obra San Martín”, se formó en el seminario de Monte Corbán

Su apostolado, extenso y fecundo en el orden de la enseñanza de los pobres y la preventorial infantil antituberculosa


De Cómo el Seminario devuelve al pueblo, con creces, cuanto éste le da

Un reportaje de PERTINAX

    Huelga toda presentación, lector. Está elegido el entrevistado de hoy, con todo el propósito. Un sacerdote popular, hondamente popular en la ciudad y en la provincia entera. Un apóstol de la Caridad para con los prójimos y los humildes. Con decir: el reverendo don Daniel García González, director de la “Obra Benéfica San Martín”, está dicho todo. O, como vulgarmente le conocen en todos los sitios, por  “DON DANIEL”. Es decir, don Daniel, por antonomasia.

    Los dos Preventorios en funcionamiento, “Villa Junco” en Santander y el de la “Santa Cruz” en Potes. Otro en construcción en el Sardinero, de traza y disposición modernista. Todo en favor de los hijos de los obreros y obreras montañeses. Una escuela de Instrucción en el barrio de San Martín, en Canalejas, con trescientos alumnos todos de posición modestísima, a quienes se les da instrucción y asistencia en todos los órdenes. Desde enseñarles las primeras letras y rudimentos del saber humano, hasta prepararles a ser útiles a la sociedad, a sus familias y a sí mismos.

    Todos salen demandados por industrias, casas de comercio, empresas o profesionales que necesitan empleados y trabajadores. Y continúan en la Obra del antiguo alumnado como una prolongación de la asistencia de la formación e instrucción.

    En fin: una familia larga y dilatadísima tiene don Daniel a través de sus veinte años de actuación en el campo social.

    No, es este el lugar ni la oportunidad de ponderar la importancia de la “Obra San Martín”, sino, exclusivamente señalar que la popularidad y raigambre de la figura del sacerdote don Daniel García ha tenido su origen, su germen, su principio en los años en que, como otros muchos jóvenes hoy, los sacerdotes futuros, estudiaba en el Seminario Conciliar de Monte Corbán.

    Porque don Daniel García fue seminarista en Monte Corbán y allá hizo toda su carrera eclesiástica.

    Nada más a propósito para recordar lo que ayer mismo nos decía el excelentísimo señor Obispo Auxiliar, doctor don Doroteo Fernández y Fernández. Lo que hoy se pide a los montañeses ante el día del Seminario no es más que un anticipo, como nos decía el Prelado, para devolverlo con creces. Porque Dios Nuestro Señor, en su generosidad, devuelve el ciento por uno.

    ¿Qué no ha devuelto al pueblo humilde y trabajador el sacerdote don Daniel García, al transcurso de los años de su apostolado?

    Es el momento en que la sociedad se encoge de hombros ante los trascendentales y tristes problemas, cuando surge el sacerdote. Aquel que en un tiempo fue seminarista. Y hoy es ministro del Señor, entregado en su totalidad por amor a sus prójimos necesitados.

    Cuando cae enfermo un trabajador o una trabajadora, ingresa perfectamente atendido por las instituciones del Estado, en un sanatorio Antituberculoso. Pero quedan siempre o casi siempre los niños y las niñas pequeños, con peligro de contagio. Entonces, cuando el problema de los pequeños parece insoluble, surge el otro Cristo, el sacerdote que recoge a sus pequeñuelos con la sea garantía y promesa de Aquél que dijo:

    -Ni un vaso de agua dado en mi nombre quedará sin recompensa.

    El mundo y la sociedad no entienden, no suelen entender el lenguaje. Los sacerdotes, sí. Lo entienden. Y lo que vale más aún, obra de acuerdo con tal comprensión.

    Don Daniel recoge la prole infantil de los enfermos y se los lleva a sus instituciones preventoriales, donde encuentran, sin contraprestación alguna, gratuitamente, lecho sano, confortable, alegre y un hogar con mesa suficiente, instrucción escolar y formación religioso moral.

    Cuando nos hemos dirigido a don Daniel para hacerle partícipe de nuestro propósito de hablar de él y de su “Obra” en el periódico, para la campaña del Día del Seminario, sus contestaciones han sido éstas:

    -¿De mi? Nada. Busca a otro. Yo no. Todo el mundo sabe ya lo que queremos hacer y lo que estamos haciendo.

    Y es que este popular sacerdote, esta remembranza viva del Padre Apolinar, que todo lo dedica al servicio del prójimo, su persona y su tiempo, es bien parco en hablar y muy largo en hacer.

    Ahí está, subiendo como la espuma, la obra del nuevo Preventorio Antituberculoso infantil del Sardinero (Cueto), cuya primera piedra se colocó en los días iniciales del mes de septiembre de 1957.

    Ninguna prueba más concluyente de cuanto el seminario devuelve al pueblo con una generosidad que imita la generosidad divina. Cada apóstol, cada sacerdote en él formado, es y puede ser toda una fuente inagotable de obras asistenciales y benéficas para el prójimo desvalido, para la sociedad necesitada.

    Muy puesta en punto la afirmación de nuestro Prelado Auxiliar, que recogíamos ayer mismo en nuestras columnas. Piden algo de cariño y de comprensión los que todo lo dan; su juventud, sus facultades, su vida y su posible porvenir material en actividades mundanas, por dedicarse al servicio del prójimo.

    Don Daniel, que fue seminarista en Monte Corbán, lo ha dado todo y sigue dándolo todo a sus prójimos. De igual forma que él, en los puntos donde les designa la obediencia a sus Prelados, lo dan todo, también todos los sacerdotes, desde que se consagran al apostolado tras la ordenación.

    Así lo dan los sacerdotes y así lo da todo, también el seminario de Monte Corbán, que forma los dedicados al apostolado en todos los ámbitos de nuestra Montaña.

    Nada más concluyente. La popularidad de don Daniel tiene unas raíces y una expresión de consecuencia práctica. Que sepamos sacarlas todas los montañeses en el Día del Seminario

DM/ viernes, 11 de marzo de 1958


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martes, 1 de julio de 2025

BOLOS: don Darío Gutiérrez, año 1942

 

DM/Miércoles, 9 de septiembre 1942

Torrelavega al día

Impresiones.- Honrar la memoria de don Darío Gutiérrez, es honrar a la Montaña.-

IMPRESIONES

    La idea lanzada desde estas columnas en nuestro número de ayer, de organizar un homenaje a la memoria de don Darío Gutiérrez, ha sido acogida entre los jugadores y aficionados al juego de bolos con la mayor satisfacción y las más vivas simpatías. Era de esperar, dada la popularidad tan bien ganada de que gozaba aquel entusiasta, por no decir apasionado, de este deporte, que consagró tantos ratos de ocio de su preciosa vida al fomento de dicho juego..

    Donde había un desafío, un Concurso o, sencillamente, un buen partido, fuese en corro cercano a su querido Puente San Miguel, u otro de la provincia por muy apartado que estuviese, allí estaba don Darío Gutiérrez con su bastoncito, que no le llevaba precisamente por necesitarle para caminar, ya que si había hombres ágiles él era uno, sino para “marcar la raya” e ir anotando muchas veces las boladas en el suelo, pues sabido era que que estando este caballero deportista “cien por cien” en los corros, a él se le reservaba el honor de resolver todas las incidencias, por muy agrias que parecieran. Lo que dijera don Darío, siempre estaba bien dicho; lo que resolviera don Darío, acatado era por todos. ¡Tal fue su categoría como “entendido en bolos” y tal fue su personalidad como “hombre bueno”, justo, inteligente y desapasionado.

    Muchos más detalles conocemos de este ejemplar montañés relacionados con su “cruzada” “pro juego de bolos”. Los vivimos y los saboreamos a su lado en muchas ocasiones, por habernos visto honrados con su leal y sincera amistad; pero necesitaríamos columnas y más columnas para relatarlos; ahora que todos significaban, no sólo su amor al juego netamente montañés, sino su espíritu selecto, su cultura y su sencillo señorío, manifestado en aquellas charlas amenas y sencillas, dentro de la mayor camaradería y rebosantes de un entusiasmo poco común cuando de asuntos de la “tierruca” se trataba, que eran casi siempre tema principal de sus reuniones y tertulias, pictóricas de buen humor. Por eso, honrar la memoria de don Darío Gutiérrez, que nació y vivió en Puente San Miguel, cuna de hombres buenos, inteligentes y distinguidos, y “solera” de jugadores de bolos, es honrarnos a nosotros mismos, honrar a la Montaña entera.

    Su busto, colocado en aquel magnífico Corro que le sirvió de recreo y de estudio de jugadas y de reglamento del juego, será un recuerdo perenne, no sólo para los que le conocieron, sino para las generaciones que vengan, a las que nunca con mayor motivo se les podrá decir con sentida emoción: ¡Jugad bien; sed caballeros del deporte, como lo fue el inolvidable don Darío Gutiérrez, que os está presidiendo!

PACO CAYÓN

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lunes, 16 de junio de 2025

A los 25 años ¡Felicidades don Daniel!, año 1949

 

Foto DM

A los 25 años

¡Felicidades. Don Daniel!

Por Gerardo Cabarga

    No es la primera vez que hablamos de don Daniel. Lo hicimos ya en otras ocasiones, cuando su labor callada dejaba de ser transparente, para asomarse un poco, recelosa y con temor, a la consideración humana.

    Pero no crea el lector que, al volver sobre el tema, lo hacemos movidos por un halago adulador y petulante. No. Es tan sincero y rendido nuestro afecto a la persona y a la obra de don Daniel, que siempre encontramos un ángulo nuevo, desde donde enfocar los planos de su tarea apostólica. Y hoy no es menor el motivo: don Daniel celebra sus bodas de plata con el sacerdocio.

    Nació don Daniel en Bustillo del Monte, de esta provincia, pasando su niñez en Sierrapando, donde su madre ejercía como maestra. Cursó sus estudios en el Seminario de Corbán, haciendo el último año como cantor de la Catedral. El día 31 de marzo de 1924 celebró su primera misa en el convento dominico de las Caldas, juntamente con su hermano Francisco, actual párroco de Casar de Periedo. Desde entonces es capellán de los Ángeles Custodios. Cúmplense, pues, los cinco lustros de su ordenación.

    Sobradamente reconocemos que el caso no es insólito y único. Muchos días del año se festeja en la intimidad del hogar esta meta lograda del correr desbocado de los días. Pero…

    Veinticinco años sin descanso, trabajando incesantemente por la gloria de Dios en la redención de nuestros hermanos, deben ser carga muy ligera en el corazón de don Daniel, pues ya dijimos otra vez que su obra es posible, en tal amplitud y providencia, porque en su alma está moldeada la imagen de Dios, está perfilada certeramente su vocación.

    La solución a todos los problemas de la vida -caos terribles problemas modernos, de clara y cruel realidad- la busca en la religión, como prólogo contenido y esencia del libro de nuestra existencia terrena. Don Daniel se aprovecha de las maravillas de la civilización actual, para colmar el deseo de nuestros semejantes y gritarles a la vez, en su oído la nostalgia del alma que busca a Dios…
Se ha hablado de solicitar para don Daniel la Cruz de Beneficencia, en premio a su meritísima labor. Pero don Daniel, con humildad y sencillez evangélica, ha declinado tal idea y ha rogado públicamente se desista de toda gestión.

    Los hombres, con frecuencia, somos víctimas del orgullo y olvidando que todo lo que hay en nosotros de luz, esplendor, inteligencia, ciencia y bondad, lo hemos recibido prestado. Don Daniel rechaza un honor terreno, porque arde en el deseo de un mundo mejor, más noble, más ideal.

    Los árabes tienen una magnífica leyenda relativa al sollozo del Sáhara. Cuando en noche tranquila y estrellada una suave brisa recorre el inmenso desierto y hace chocar miriadas de pequeños granos de arena, produce el efecto de un gemido doloroso, exhalado por una gigantesca fiera, herida de muerte. “¿lo oís? -dice el guía a la caravana-; ¡el desierto llora! Llora por los jardines florecientes, las mieses undosas, los frutos sonrientes…”

    La primera misa de don Daniel fue de réquiem, por su madre. Su Getsemaní se trocó en Calvario. Y ante la ausencia, su alma -estamos seguros- lloró de gozo y de dolor…

    Esta misa de hoy, en sus bodas de plata, ha de tener también su alegría y su pena. Aquella por el beneficio de Dios, y ésta por la cotidiana solución que ha de dar a tantísimas obligaciones como tiene contraídas. Al igual que el desierto, su corazón gemirá doloroso, porque añora la oración y la limosna, para atender a los tres amores de su vida: los enfermos, el Preventorio de Potes y las Escuelas gratuitas.

    Que nuestra alma no tenga la aridez del desierto. No finjamos . Y en el silencio íntimo, lloremos por estas alegrías muertas que perdieron la esperanza y ayudemos a don Daniel a trocarlas en flores lozanas, sonrientes, olorosas…

    En nombre de cuantos colaboramos en estas lides periodísticas: ¡Felicidades, don Daniel!

DM/ Jueves 31 de marzo de 1949


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martes, 10 de junio de 2025

P.B. Calderón, año 1999

 

Foto DM

 P. B. Calderón, año 1999




DM/ Jueves 27 mayo 1999

Peña Calderón de Oreña, única invicta en la Liga de bolos


 DM/ Martes 15 de junio de 1999


DM/ Viernes 9 de julio 1999

Roberto García Noriega se coloca líder del Campeonato Regional 


DM/ Sábado 17 de julio de 1999





Roberto García recibe el premio de manos de Gonzalo Botín

Se llevó el Marcelino Botín Roberto

El jugador de Hotel Chiqui superó a Jesús Salmón, Puertas Roper, en una gran final

ORTIZ TERCILLA SANTANDER

    La vieja bolera de “La Robleda”, de Puente San Miguel se abarrotó un año más para presenciar las finales del concurso “XXVIII Memorial Marcelino Botín”, organizado por el Club Basander. El triunfo correspondió a Roberto García que superó tras una gran final a Jesús Salmón.

    Difícil es adjetivar con justeza la final de este concurso, pero siempre ha de ser en grado superlativo. Una final que tardará en repetirse y, por supuesto, no fácil de olvidar para cuantos pudieron presenciarla.

    En las tiradas de cuartos de final lograron pasar a semifinales Alfonso González, con 142 bolos; Rubén Rodríguez, 132; Salmón, 132 y Roberto, 132 bolos, quedando “con salud para el año que viene”” Raúl de Juana, 131; Rubén Haya, 131; Mallavia, 128 y Benito 126 bolos.

    En la semifinal, que se inició partiendo de cero, Salmón anotó 131 bolos con dos bolas quedas en la “caldera”, y Roberto anotaba 117, con una queda. Con estos registros lograron ir al epílogo, ya que Alfonso, con una queda, anotó 97 bolos y Rubén Rodríguez, con una queda de “estacazo”, hacía 115 bolos. Pudo haber pasado en la última mano, en la que necesitaba 15 palos, pero después de subir 8, birló 1, 1 y 2.

    Final insuperable, con juego grande, con calidad, con belleza, con aciertos reiterados, con interés e incertidumbre sobre el resultado final. Una auténtica pelea de “gallos”, noble y dura, impresionante!

    Se jugaba a cuatro puntos (concurso y “corro libre”). En el estilo de concurso Salmón hizo 150 y … ¡perdió! Porque Roberto anotó 152 bolos, con una regularidad increíble,mandando en la última tirada a 17 bolos, pero a Salmón se le “coló” la segunda bola entre el primero y el segundo, jugada que le hizo perder.

    De cualquier forma señalar que Jesús birló en este concurso 101 bolos, cuando Roberto birló 96, pero de tiro, jugó de cine.

    Después, en el primer chico a “corro libre”, Roberto “cerró” el primero y ganó poniéndose en 3-0. Seguidamente “remató” en el segundo con un emboque desde 19 metros para imponerse definitivamente por 4-0.

    Arbitró Pando Vázquez, sin problemas. Controló las tiradas, Javier Lantarón.

    Al final entregaron los valiosos premios: Gonzalo Botín; Eutiquio Fomperosa, Director General del Banco Santander; Miguel García Cayuso, alcalde de Reocín; Rafael de la Sierra, presidente del Parlamento de Cantabria; Alfonso Ussía, escritor y periodista; Fernando Diestro, presidente de la Federación Cántabra de Bolos y Juan Manuel Espín, director del Banco Santander en Puente San Miguel.

    En definitiva, una jornada sensacional la vivida en la tarde de ayer con temperatura ideal en la bolera de Puente, considerada como la “cuna” de este deporte vernáculo

DM/ Viernes 30 de julio de 1999


Nacional de segunda 3º José Ignacio Gutiérrez

    En Sobarzo, continuaron, hasta finalizar las eliminatorias del Campeonato de España de segunda categoría, tras el que, el jugador local, Luis Fernando Gandarillas, se proclamó campeón nacional, recuperando la categoría perdida, consiguiendo el ascenso a primera.

    Gandarillas terminó el torneo con un total de 591 bolos, seguido de Félix Guerra, con 575; José Ignacio Gutiérrez, 465; Barquín, 352; Laherrán, 345; F. Javier Blázquez, 338; “Paqui” González, 333 y J.M. Penagos, 324 bolos.

DM/ Domingo 12 de septiembre de 1999


En Sarón se impuso Sergio Garmilla

    Sergio Garmilla, de la Peña Comillas, se impuso en la bolera “El Ferial”, de Sarón y ganó el concurso de primera categoría patrocinado por Transportes Hermanos Laredo y Seguros Allianz Ras, en una tarde en la que el juego no pasó de mediocre, ya que de 14 concursos sólo en dos ocasiones se pasó de los 120, en seis no llegaron 110 y en tres, no alcanzaron los tres guarismos al quedar por debajo del centenar.

    En las tiradas de cuartos de final, los registros fueron: Sergio Garmilla, 118; Juan Manuel Aguirre, 116; Víctor López, 112, que pasaron a semifinal, quedando con “salud para el año que viene”: José Luis Rueda, 106; José Luis Mallavia, 101; Raúl de Juana, 96; y Jaime Blanco, 93 bolos.

    En semifinales lograron pasar a la final, Sergio Garmilla, que con 122 sumaba provisionalmente 240, y Víctor López, con 230 (118 en semifinal), dejando el tercer premio para Juan Manuel Aguirre, con 223 y el cuarto para José Manuel Lavid, con 213 bolos.

    En la final, se impondría Garmilla, que fue el más entonado de todos en una tarde “gris”, logrando 124 bolos, con los que su total fue de 364, mientras que Víctor hacía un recuento de 342 después de sumar los 112 de la final. Arbitraron José Antonio Bustillo y Germán Ruiz Canales.

DM/ 13 de septiembre de 1999


En Santillana del Mar se impuso Roberto García

En Santillana

    En Santillana se jugó también la anunciada competición de “San Cipriano”. Con arbitraje de Tomás Gómez, donde en la tirada para designar los finalistas se registraron las siguientes boladas: Alfonso González, 146 (un emboque); Víctor López, 121; Roberto García, 121; Ángel Castillo, 111; Mallavia, 110; Vicente Gómez, 109; Raúl de Juana, 106 y Sergio Garmilla, 102 bolos.

    Se jugó un desempate entre Víctor y Roberto, para pasar a la final, venciendo Roberto con 64 bolos, por 62 del valdáligo. En la final, disputada a “juego libre” se impuso Roberto García por 4-1, a Alfonso González.

    El alcalde Isidoro Rábago; el concejal de Deportes, Jesús de las Cuevas y Agustín Gómez, presidente de la Peña Santillana, entregaron los premios.

DM/ Domingo 19 de septiembre de 1999


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jueves, 15 de mayo de 2025

Don Daniel, "un regalo de Dios"

 

Don Daniel rodeado de algunos de sus chicos, a los que se dedicó durante toda su vida (Foto DM)

Don Daniel, “un regalo de Dios” 

por Beatriz Benéitez Burgada

    Ayer se celebró el centenario de su nacimiento. Aunque murió hace ya tres décadas, los que le conocieron aseguran que don Daniel aún sigue vivo en su memoria. Todos le recuerdan como un hombre bueno y sencillo y un trabajador incansable, que dedicó toda su vida a luchar para ayudar a los demás, a todos los más necesitados y especialmente a sus chicos, para los que creó la Obra San Martín, una fundación que aún sigue viva, y en la que todavía se trabaja siguiendo los mismos principios por los que don Daniel trabajó durante toda su vida.

    Don Daniel García González nació en Bustillo del Monte (Valderredible), el 28 de enero de 1899. Su padre se llamaba Telesforo y su madre Avelina, trabajaba de maestra nacional en dicho pueblo. Seis años más tarde, fue destinada a Sierrapando, donde se trasladó con toda su familia. Con tan sólo trece años, el joven Daniel ingresó en el Seminario de Corbán, donde también fueron sus dos hermanos. Celebró su primera misa en 1924, en el Santuario de Nuestra Señora de Las Caldas.

    En un principio, fue destinado como cantor de salmos a la Catedral, pero eran muchas las horas que pasaba en el barrio San Martín, donde era capellán del colegio Los Ángeles Custodios. Pronto comenzó a organizar numerosas actividades en el barrio, destinadas sobre todo a los más pequeños. Visitaba con frecuencia a los enfermos y siempre preguntaba por los vecinos más necesitados.


La primera iniciativa

    Con el fin de ayudar a los más pobres creó la popular suscripción de la “perra gorda”, en la que todos los vecinos colaboraron con entusiasmo, según cuenta Isidro Rojo en su libro sobre la Obra San Martín. Pronto contó con el apoyo de los comerciantes de la zona y de numerosos vecinos. Éste sería el primer paso de lo que acabaría siendo una gran obra, por la que don Daniel luchó y trabajó durante toda su vida.

    Don Daniel conocía bien a todos los pescadores del barrio y compartía los momentos buenos y también los duros golpes que recibían, especialmente cuando ocurría alguna desgracia en la mar. Muchas de las mujeres trabajaban en fábricas de pescado durante muchas horas al día.

    Ese hecho no pasó desapercibido. Don Daniel se dio cuenta de que la educación de los niños del barrio estaba bastante descuidada, y de que éstos se pasaban los días enteros vagabundeando por las calles. Fu entonces cuando decidió comenzar a preocuparse por ellos. Trató de ayudar a unos jóvenes que habían constituido un club deportivo en el barrio, pero no tenían donde reunirse. Pronto les consiguió un local, ubicado en una vieja carbonería, y pidió la ayuda de los vecinos de la zona para que le ayudasen a adecuarlo. El club se convirtió en pocos meses en una escuela donde don Daniel daba clases a los chicos del barrio.

    Fue así como crearon las primeras escuelas San Martín, de la que en 1946 se harían cargo los hermanos de La Salle, a petición suya, por lo que él pudo continuar ejerciendo otras labores en la ciudad.


Visitas a enfermos

    Los enfermos de Valdecilla y del sanatorio de Pedrosa también recibían a menudo la visita de don Daniel. Para tratar de ayudarles, comenzó a colocar unas huchas en todos los bares de la ciudad, y también a organizar festivales infantiles en Santander y el resto de la provincia.

    El espectáculo, en el que participaban los chicos de San Martín, se llamaba “Caridad con alegría”, y con ellos comenzó a recorrer los escenarios no sólo de la ciudad, sino también de la provincia. El dinero recaudado fue considerable.

    La primera obra benéfica San Martín estaba ubicada en el número 20 de la calle Canalejas. Se trataba de un caserón de dos plantas que pertenecía a las Hermanitas de los Pobres. Allí acudían los niños que vivían en los barrios San Martín, el Gurugú,La Unión, Barrio Camino y Tetuán, entre otros.

    Don Daniel se preocupaba no sólo por que tuvieran una buena educación, sino también de facilitarles una alimentación sana y nutritiva en el comedor que pronto se instaló en el centro escolar, para los niños de las familias más pobres.

Don Daniel siempre quiso lo mejor para sus chicos, a los que dedicó gran parte de su vida

    Fue en esta época cuando la Diputación Provincial puso en marcha la residencia Capitán Palacios, también en Canalejas, para acoger a la población infantil que provenía del Hogar Provincial. Muchos de estos internos acudían a las escuelas de la Obra San Martín, con el propósito que comenzaran a recibir una educación, se acostumbraran a salir a la calle, y fueran superando su condición de huérfanos, o de miembros de familias con problemas. Todos ellos contaron, desde el primer momento con el apoyo y la ayuda incondicional de don Daniel.

    En 1948, el popular sacerdote decidió abrir un preventorio en el Asilo Hospital de Potes. El lugar era muy bueno para sus chicos tanto por el clima, como para aislarlos de los brotes de tuberculosis que había en la capital. El éxito de estas instalaciones hizo que pronto se abriera otro preventorio en Arredondo.

    Don Daniel trabajaba continuamente para tratar, con la ayuda de los santanderinos, de conseguir fondos para poder poner en marcha más iniciativas para ayudar a todos sus protegidos.

    A finales de 1957, se puso la primera piedra de un edificio en el barrio de Bellavista, con la ayuda de Santiago Galas, un montañés afincado en Méjico, que colaboró en esta obra de forma incondicional, movido por el entusiasmo de su creador. El nuevo edificio fue inaugurado con su nombre en 1961.

    Se trataba de una gran construcción equipada con todo lo que los chavales pudiera necesitar, y para el que don Daniel recaudó fondos incansablemente entre las gentes más pudientes de la capital. La construcción ascendió a siete millones de pesetas de la época.


Viaje a México


  Don Daniel en el Morro de La Habana (Foto DM)

Imagen del comedor del preventorio Santiago Galas, En Bellavista (Foto DM)


    Santiago Galas fue galardonado con la Gran Cruz de la Beneficencia, y don Daniel no dudó en viajar a Méjico para su imposición, lo que hizo en compañía del entonces director del Banco Santander, Pablo Tarrero, con quien también viajó a Cuba.

    Un tiempo más tarde fue don Santiago quien acudió a Santander para conocer la obra en cuya construcción había participado, y donde fue recibido con un gran cariño y entusiasmo tanto por las autoridades como por don Daniel y todos los chavales que se habían beneficiado con su ayuda, que estaban deseosos de mostrarle su agradecimiento.

    En los años sesenta, la tuberculosis comenzaba a remitir, por lo que cada vez eran menos los niños enfermos de la Obra, por lo que esta dejó de ser una de las mayores preocupaciones de su fundador. Fue entonces cuando comenzaron a ser atendidos niños con problemas y deficiencias mentales, cuyas familias estaban tremendamente traumatizadas.

    Fueron muchas las personas que trataron de desanimar a don Daniel, asegurándole que con esas personas eran inútiles los esfuerzos. Sin embargo, este decidió seguir adelante con la iniciativa, para lo que se creó un nuevo centro, el colegio Padre Apolinar, ubicado en la avenida de Maura.

    El nuevo colegio comenzó a funcionar con doce niñas. Don Daniel viajó a Madrid, Logroño, Vizcaya y Navarra para buscar un profesorado especializado, que estuviera capacitado para atenderlas lo mejor posible, y para ayudarlas a mejorar.


Fallece don Daniel

    El 16 de mayo de 1969, la muerte sorprendió a don Daniel y también a todos los que le rodeaban, que no sabían como iban a seguir adelante sin su ayuda. El sacerdote falleció en la sección de niñas del centro Padre Apolinar, en la avenida de Maura, a causa de un derrame cerebral, y fue don Lucas Hontoria, el párroco de San Roque, el encargado de administrarle los últimos auxilios religiosos.

    La noticia tardó poco en divulgarse por la ciudad. Emilio Casuso de la Sota, capellán del preventorio, e íntimo amigo de don Daniel, conoció la noticia por la radio, y falleció justo en el momento en que llegaba a la entrada del colegio donde está ubicado el velatorio de don Daniel. Don Lucas le administró también los últimos Sacramentos y fue llevado junto al fundador de la Obra San Martín.

    Miles de personas, llegadas de todos los puntos de la capital y también de la provincia, se acercaron a lo largo de todo el día y toda la noche para orar ante los dos sacerdotes. El funeral tuvo lugar en la Catedral, tras lo cual se trasladó a don Daniel a la capilla del preventorio Santiago Galas en Bellavista, donde fue enterrado, y donde todavía hoy descansan sus restos.

    La muerte de don Daniel supuso una gran conmoción en la ciudad y también hizo nacer la preocupación de decidir qué iba a ser de la Obra San Martín, que el sacerdote había levantado de la nada.

    El funcionamiento de la Obra dependía de la generosidad de los cántabros, por lo que dirigirla no resultaba una misión fácil. El patronato eligió a don Miguel Manso, que ya era colaborador de la obra, para asumir la dirección de la Obra, quien continuó trabajando y realizó numerosas ampliaciones de las instalaciones de la Obra San Martín.


La Obra hoy

    En la actualidad, la Obra San Martín cuenta con tres colegios, dos de ellos de educación ordinaria y otro de educación especial para minusválidos psíquicos. También posee tres residencias para disminuidos psíquicos niños, jóvenes y adultos.

    La Obra San Martín está dirigida por don Samuel González, quien asegura que “aquí todavía queda mucho trabajo por hacer, pero lo que todos tenemos muy claro es que tenemos que trabajar siguiendo el espíritu de don Daniel, que siempre luchó y trabajó sin descansar para que sus niños tuvieran lo mejor”.

    El actual director, no conoció a don Daniel, pero “son muchas las personas que me han hablado de él y también he leído muchos libros y documentos. Este trabajo no es fácil, y son muchas las cosas que quedan por hacer, pero es muy gratificante para mí poder continuar con la labor que don Daniel empezó”.

    Una de las cosas que más le llama la atención el fundador de la Obra que ahora dirige es “la manera que él tenía de entender la caridad. No hacía las cosas por pena, sino por amor, y siempre quiso lo mejor para sus chicos, los mejores centros y los mejores profesores, y no paraba hasta conseguirlo. Fue un regalo de Dios”

    Ayer, todos los niños de la Obra San Martín, sus profesores y el personal que trabaja, celebraron el centenario del nacimiento de don Daniel, con una misa que tuvo lugar en la capilla de la Obra San Martín. Don Samuel explica que “los actos han sido muy sencillos, porque él también era así, y pensamos que hay que recordarle tal y como era”.

DM/31 de enero de 1999

 

TRIBUNA LIBRE


                           Don Daniel, treinta años después


GERARDO CABARGA

    GUARDO con amor, en el arcón de mis recuerdos, los dos largos lustros que pasé cercano a las alegrías íntimas y a las tristezas calladas de don Daniel y su Obra de San Martín. Y en esa misma barahúnda de días y hechos, destaca y se hace flor y aroma de agonía, la noticia de que el buen sacerdote había muerto; de improviso, sin esperarlo, sin avisar, trabajando, en acto de servicio, tomándole a la vida el pulso caritativo que rebosaba su corazón de padre de los necesitados, a escasos minutos de haber recibido, en su misa, al Cristo que predicaba con el amor por sus semejantes …

    De esto hace, ahora, treinta años. En un florido mediodía de mayo, cerca, como siempre, de sus niños, en plena tarea de malabarismos de caridad. Porque toda la asombrosa obra benéfico-docente de don Daniel, que ha llenado ampliamente un largo capítulo de la vida santanderina, fue el resultado, no sólo de su entrega y trabajo, sino de una prodigiosa fe en la Providencia de Dios y en la generosidad de las gentes, que permitieron jalonar una serie de obras, donde al amor hizo locuras a lo divino.

    Que hablen todos los que, de una u otra forma, recibieron algo de las manos de don Daniel. Que hable la chavalería pejina de San Martín de Abajo; que hablen esos hombres -ayer, muchachos- que pasaron por las escuelas y preventorios, recibiendo, gratuitamente, ciencia y salud; que lo digan las familias de los subnormales y sordomudos; que lo pregonen los enfermos consolados, los moribundos asistidos, las desgracias restañadas, los problemas resueltos, las colocaciones logradas, las limosnas repartidas, el ejemplo de humildad ofrecido siempre … Porque la acción caritativa de don Daniel no tuvo sutilezas teológicas; fue amor de evangelio, naturalidad espontánea, lección permanente de hombre de Dios, que repartió, a manos llenas, el buen obrar, a semejanza de Cristo, que pasó por la vida haciendo el bien.

    Con la muerte de don Daniel, nos faltó la presencia bondadosa, la cachaza apostólica del popular sacerdote, que encontrábamos a diario por las calles de la ciudad, saludando cordialmente a quien le entregaba una limosna, mientras liaba, con pausa, un cigarrillo entre sus dedos… Sí. Había muerto. Más su Obra quedaba entre nosotros, para pasmo y ejemplo del futuro, porque los frutos de su larga sementera de amor tienen continuidad, no sólo en el recuerdo, sino en el noble empeño de todos los santanderinos, de todos los cántabros de aquí y de allá, que fueron -y aún son, aunque con distinta forma y medida- los auténticos artífices de la Obra San Martín. Él lo dijo: “Todo fue posible con vuestra caridad”.

    Se nos agolpan los recuerdos de tantas horas de trabajo voluntario junto a don Daniel, y el sentimiento ahoga ideas y entorpece la expresión. Es la hora de la meditación silenciosa, del recuerdo emocionado, de la esperanza justa. Es la hora de valorar sus virtudes, de comprender la palabra de Dios, que él hizo fácil y provechosa.

    Don Daniel murió en olor de multitud, de admiración y de afecto. Pero también en olor de oraciones. Todos rezamos ante su féretro con palabras y con lágrimas, al contemplar la placidez de su sueño de muerte: Oraciones de los niños que rodeaban la caja, intentando comprender esta experiencia nueva; oraciones de un grupo lloroso de pescadores de Puertochico; oraciones de la madre de un niño subnormal profundo, que pasó toda la noche junto al ataúd; oraciones de un viejo que le buscaba -a sus ochenta y muchos años- limosnas entre las gentes de los bares; oraciones de aquel hombre joven que recibió del sacerdote comida generosa en su orfandad de niño; oraciones espontáneas del pueblo de Santander cuando fue conociendo la triste noticia …; oraciones todas ante el Trono de Dios, aunque no las necesitase de urgencia, pues estoy seguro que habrá sido suya -desde el principio- la recompensa prometida cuando se ayuda, con amor, al que tiene hambre, frío o sed …

    A treinta años de distancia, todavía hay crespones negros en nuestra alma dolorida, y también luces albas en la esperanza de su intercesión, que él hará posible, porque creemos en los méritos de su oración ante Cristo, ante aquel crucifijo del féretro de su madre, que él guardaba con cariño para que le acompañara en su último viaje, y que pusimos amorosamente -con emoción -incontenida- entre sus manos bondadosas … Intercesión por aquellos que amó en la tierra, por los que supieron comprenderle y ayudarle, por los que sufren, por los que están tristes, por los que esperan, por las gentes del mar, por los que lloramos la ausencia de un hombre de Dios, que descansa en paz, al pie del sagrario de la recoleta capilla del preventorio de El Sardinero, abierto a los cielos y a los horizontes marinos de su tierra.

DM/JUEVES 27 DE MAYO DE 1999 


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lunes, 12 de mayo de 2025

En Covadonga, año 1988?

 

(Foto, envía Tomás Luis Balbás Somoano)

De izqda a drcha, de pié: Diego Pernía Díaz (1963), José Pernía Díaz (1962), José (Cheri) Pernía Mesones (1929-1993), Victoria Díaz Díaz (1934-2024), María del Carmen (Carmina) López López (1947), Mercedes Díaz Díaz (1935), Diego (Paco) Díaz Díaz (1943-2019) y Ovidio Alonso García ().

Sentados: Manuela Somoano Fernández (1922-2018), Patricia Calderón Balbás (1980), María del Mar Pernía Pernía (1985), María del Mar Pernía González (1967), María del Carmen Díaz López (1968), Manuela(Loli) Balbás Somoano (1946-2022), César Alonso Balbás () y Tomás Balbás Díaz (1918-1991).  


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miércoles, 30 de abril de 2025

Santillana del Mar, año 1998

 

Foto DM/Delegación de Santillana del Mar que participó en los actos celebrados en Le Dorat

Se celebró en Le Dorat el treinta aniversario del hermanamiento

Cincuenta vecinos se desplazaron a la localidad francesa

CARLOS BIELVA LE DORAT

    Una delegación de Santillana del Mar, conformada por 50 vecinos, en representación de los distintos sectores y gremios que han participado en las actividades y programas desarrollados a lo largo de los treinta años del hermanamiento entre ambas villas, se trasladó el pasado fin de semana hasta Le Dorat. Lo hizo para participar en el acto institucional, desarrollado en la Alcaldía de Le Dorat, en el que se renovó el protocolo de hermanamiento por otros cinco años.

     La delegación estuvo encabezada por la primer teniente de alcalde, Milagros González, acompañada por el concejal presidente de la comisión de hermanamiento, José Ortiz Terán y del concejal del PP, Jesús Andrés Cuevas. En un acto público, presidido por el alcalde de Le Dorat, Tierry Surun, ambas partes ratificaron el protocolo de hermanamiento, fijándose un programa de actuación y actividades a desarrollarse en los próximos cinco años.

    Fueron numerosas las actividades y encuentros realizados, siendo destacable la brillante participación de tres jóvenes de Santillana del Mar, ataviadas al uso de Cantabria, en las representaciones que realizaron en Le Dorat con motivo del denominado “Día de la exaltación del Patrimonio”, La representación consistió en la lectura en francés y castellano, de la historia de la villa francesa en distintos escenarios y calles con gran participación popular.

Concierto de música lírica

    Gran aceptación logró el concierto de música lírica, organizado por la concejalía de Santillana, que tuvo como escenario la colegiata románica de Le Dorat, en el que intervinieron la soprano Ana Isabel Salomón y el tenor Pedro Calderón, acompañados al piano por María Cruz Rodríguez Valero. Así mismo, se organizó una fiesta gastronómica en una carpa instalada en el recinto en el que se desarrolló el Concurso Nacional de Hípica, degustándose una paella de 650 raciones, elaborada por el popular “Chiqui el de Novales”.La oferta gastronómica se complementó con la reproducción, a gran relieve, en caramelo y almendras, de las colegiatas de ambas localidades, para lo que un repostero de Le Dorat invirtió cincuenta y cinco horas de trabajo, siendo degustadas por los trescientos asistentes a la cena oficial.

    La delegación fue invitada especial en el Concurso Nacional de Hípica, visitando la iglesia románica de Saint Savin, declarada Patrimonio de la Humanidad, la villa de Anglés Sur l´Anglín, considerada como una de las villas más bonitas de Francia, culminando el recorrido turístico con la visita a Chauvigny, en cuyo castillo medieval asistieron a una demostración de cetrería.

    José Ortiz Terán, concejal responsable del hermanamiento, informó que el nuevo programa elaborado de forma conjunta comprende actividades a realizarse, el próximo año, entre los colegios de ambas poblaciones, tercera edad y protección civil.

  Ha resaltado la recuperación del primitivo espíritu del hermanamiento, volviendo a realizarse los intercambios en las casas de las familias, que es la forma de realizar un intercambio positivo.

DM/ Jueves 24 de septiembre de 1998


SANTILLANA DEL MAR

Hoy se celebra el día grande de las fiestas de Santa Juliana

CARLOS BIELVA. SANTILLANA

    Hoy domingo, se celebra en Santillana del Mar el día grande de las fiestas de Santa Juliana, patrona de la villa. El programa de festejos comenzará a desarrollarse a partir de las once de la mañana con un pasacalles a cargo de la Banda Municipal de Música de Torrelavega. Media hora más tarde tendrá lugar la procesión de la santa que será portada por varios jóvenes ataviados a la antigua usanza.        La procesión será presidida por el alcalde del municipio, Javier Rosino Mata, y los concejales del Ayuntamiento, a los que acompañarán integrantes de la Corporación de Le Dorat, encabezados por Tierry Surun y Bertrand Clisson. Una misa solemne en honor de Santa Juliana servirá de colofón a la procesión.

    A continuación en el atrio de la Colegiata, el grupo de danzas “Santa Juliana” bailará “El Santu”, con cánticos y alabanzas a la vida y milagros de la patrona.

    A partir de las seis de la tarde se disputarán las finales de futbito, finalizando la jornada festiva con una romería-verbena. El día 29 se terminarán las fiestas con la instalación de un parque infantil y la celebración de una romería.

DM/Domingo 28 de junio de 1998


 FIESTAS DE LA VIRGEN DE LAS QUINTAS EN QUEVEDA

Uno de los objetivos prioritarios del equipo de gobierno es descentralizar las inversiones
Los pueblos se quejan de que la actuación municipal se centre sólo en la villa

CARLOS BIELVA QUEVEDA

Foto DM/El alcalde, Javier Rosino Mata

    Cuando en los pueblos y barrios del municipio de Santillana del Mar se habla de obras e inversiones municipales, siempre se deja oír el mismo comentario, impregnado de resignación y pesimismo: “todo se lo lleva la villa”, en clara alusión a los gastos de conservación y mantenimiento constante que conlleva Santillana del Mar.

    El alcalde, Javier Rosino Mata, considera equivocado el pensar que en los pueblos del municipio se realizan menos obras e inversiones que en la villa, señalando que, uno de los objetivos que se ha marcado el actual equipo de gobierno para esta legislatura ha sido descentralizar las inversiones, pudiendo afirmarse y, por supuesto, comprobarse, que la práctica totalidad de las inversiones programadas en el Plan Municipal para el año 98 se orientan hacia los pueblos del municipio, superando el importe de las inversiones los 48 millones de pesetas.

    Así, en Queveda, señaló Javier Rosino, es reseñable la obra de instalación del tendido eléctrico a Las Quintas, cuya realización se iniciará en los próximos días, así como la del los y de Las Lastras, no debiendo olvidarse las redes de alcantarillado de Las Quintas, Pereo y Queveda, algunas realizadas y otras en fase de inmediata ejecución. Es muy importante la inversión de 25 millones de pesetas destinadas por la Corporación Municipal para el saneamiento y depuración del riachuelo Berralacabra, en cuyo final se instalará una depuradora que decante las aguas procedentes de Queveda y su entorno, antes de ser vertidas a la cuenca del Besaya. Esta obra, puntualizó el alcalde, será el inicio de la gran obra que va a representar el proyecto del saneamiento integral de la cuenca del Besaya y que, por proximidad geográfica, repercutirá directamente en la red de vertidos de toda la zona de Queveda y Viveda.

Por su parte, el Ayuntamiento, ha negociado con la Consejería de Medio Ambiente una solución para la desaparición de los residuos almacenados en la antigua fábrica de Indresa, no sólo por los efectos contaminantes de los mismos, sino también, por el grave peligro que representa para los vecinos del entorno, como sucediera, en fecha no muy lejana, cuando se produjo un incendio de grandes dimensiones. Se ha previsto la retirada de todo el material almacenado para ser depositado en galerías vacías de las minas de Reocín, existiendo la posibilidad posterior de ser retirados por una sociedad dedicada a la recuperación de toxicómanos, para fuera del municipio reciclar los materiales y crear puestos de trabajo. Lo que está claro, es que de un modo u otro todos los residuos de Indresa desaparecerán en fecha inmediata, señaló Rosino.

Consultorio médico

    Es muy importante para la población de Queveda, la construcción del consultorio médico rural, desde hace tiempo demandado por los vecinos, y que, merced a las gestiones del Ayuntamiento, puede ofertarse como una realidad inmediata. Asímismo, el alcalde anunció que también Viveda contará con consultorio rural de nueva construcción, al haberse aprobado el proyecto por la Diputación, pudiendo decirse que, cuando estén construidos ambos y en funcionamiento, esta zona del municipio gozará de una buena calidad en lo referido a prestaciones médicas.

    La mejora de los caminos y accesos entre barrios, así como la renovación de parte de la red de suministro de agua potable a Queveda y su entorno son otros de los proyectos en los que el Ayuntamiento trabaja. Lo hace con el ánimo de que el crecimiento poblacional no se vea limitado por las deficiencias estructurales, sobre todo, a partir de este año, en el que, antes de finalizar la legislatura, se va a aprobar la modificación y actualización de las Normas Subsidiarias del municipio, ampliándose las unidades de actuación. Esto posibilitará una mayor posibilidad de construir viviendas en el medio rural y, por ende, se producirá un notable incremento del censo


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