sábado, 18 de marzo de 2023

El libro de Santillana del Mar, año 1955

 


“Santillana del Mar ya tiene su historia

Sobre Santillana se ha escrito mucho, pero hasta ahora todo habían sido trabajos de investigación a exteriores líricas totalmente fragmentarios y a veces interiores. Es ahora cuando acaba de aparecer un auténtico libro de oro de Santillana, en el que la estupenda villa es vista y contemplada desde todos los ángulos posibles, con un criterio de sabia y rica ilustración al mismo tiempo que con fina elasticidad. Y esta proeza intelectual y artística sólo la podía llevar a feliz término un ilustre de la preparación y gusto de Lafuente Ferrari. Nuestro Lafuente Ferrari –hay que decirlo así porque su nombre es nombre que se cotiza, y por lo alto, en todos los lugares europeos y americanos de la cultura- ha prestado con este libro a España un servicio realmente enaltecedor.

Merced a sus pesquisas científicas y a sus hallazgos artísticos, merced, sobre todo, a su paciencia recreadora, una de las más ilustres y venerables villas españolas revive y actualiza su pasado en huellas y magistrales páginas, que transpiran el abolengo de sus maravillosos monumentos. Se necesitaba, no sólo ciencia, sino un gran alarde de poder  positivo, para darnos junto a la fría nomenclatura de los datos de entrañable y sabrosa vibración espiritual que hacen del “Libro de Santillana”, de Lafuente Ferrari, un devocionario para entender ese diálogo eternal que es siempre la Historia.

En este libro de Santillana, quedan retratados magistralmente, como un bello troncal arquetipo, los esplendores y decadencias de cientos de vidas y ciudades españolas. Es un libro escrito con concisión y sobriedad, con emoción y cadencia de gran pieza orquestal. Todos sus capítulos; “La caverna de Altamira”. “Los infantes”. “Las casonas”. “Los retablos”. “Los claustros”. “Los sepulcros”, las visiones de los escritores, están esmaltadas de fascinantes evocaciones y exactas citas. Y por si fuera poco, acompañan al feliz texto unas extraordinarias fotografías, como no estamos acostumbrados a ver en las guías de nuestras ciudades. 

El libro de Lafuente es algo más también que un itinerario exhaustivo, de la milagrosa existencia de este incomparable rincón de la Montaña. Es el descubrimiento de un Santillana intacto y revestido, sobre el que parece estar resurgiendo, a cada página todo un mundo de impresiones que, si en algún caso, ya habían sido dudas constatadas,  nunca lo fueron con la exquisita madurez y el sugestivo poder creador que nuestro crítico e historiador del arte ha puesto en la empresa.

Santillana hoy se pone de puntillas, no para ver ese mar que se hace tímido ante su recoleta hermosura, sino para dar la mano a este viajero, tan artífice de sus glorias, como le fueron aquellos reyes y monjas que la presenciaron de blasones y carismas y la han dotado de una existencia imperecedera para el arte y para la historia.

Santillana ha encontrado, si no la norma para sus monumentos sí el historiador justo y eficaz de sus reliquias y escudos. Y Santillana queda en este libro, y gracias a este libro como la presencia viva a un hábito, al que ni la técnica, ni las prisas, ni los vaivenes del tiempo, lo serán capaces de hacer cambiar, la historia de Santillana es ya, desde ahora, una lección de pureza en la sangre, de primor en las piedras y de eternidad en el espíritu.

Enhorabuena a Lafuente Ferrari

J.L.CASTILLO PUCHE

(Palabras preliminares de la entrevista con Lafuente Ferrari, publicada en “El Español” número 350, de 14-20 agosto de 1955.”

(DM 17.08 1955)


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