La peregrinación a Santiago se transformó desde el siglo IX en el acontecer
religioso y cultural más destacable y más profundamente vivido de la Edad
Media. Hecho reconocido recientemente por el Parlamento Europeo, que designó al
Camino “Primer Itinerario Cultural Europeo”, y por la UNESCO, que lo declaró
“Patrimonio de la Humanidad”.
Los pergaminos transcritos en el “libro de regla” de la Abadía de
Santillana, testimonian desde el siglo X el tránsito de peregrinos por la
Cantabria costera.
Del año 987 es la concesión de privilegios que hace el conde García
Fernández de Castilla a Santa Juliana para favorecer “frates et presbíteros peregrinos”; en 1107 un grupo de cofrades
fundó en el término de Cortiguera el monasterio de Santo Domingo de la
Barquera, a fin de mantener una barca en que cruzar de un lado a otro de la ría
Saja-Besaya a peregrinos pobres y ricos, viudas, huérfanos, etc., barquería que
se mantuvo en servicio durante casi novecientos años.
Sobre un margen del Saja viniendo de Santander y contigua al antiquísimo
camino que iba a las Asturias de Oviedo, se alzaba a finales del siglo XII, en
el sitio llamado Bárcena de la Puente, perteneciente al Valle de Reocín, una
ermita románica consagrada al Arcángel San Miguel y, lindante con ella, cinco
casas, una de las cuales estaba destinada a hospital, donde eran acogidos los
enfermos del citado valle y los peregrinos
que iban hasta Santiago de Galicia.
El hospital y la ermita dependían de la Abadía de Santillana, utilizándose
para salvar el Saja cercano un puente que era valioso elemento en el camino
costero.
Estas infraestructuras de barcas, puentes y caminos; las hospederías y
hospitales; y las iglesias, ermitas y humilladeros aportan la atención
humanitaria y religiosa al viandante.
San Francisco de Asís parte para España acompañado de Fray Bernardo de
Quintavalle y otros frailes (1213-1215). Empezaban sus predicaciones con el
saludo “¡El Señor os dé la paz!”, el
mismo que dirigían a cuantos se les cruzaban por el camino.
Este peregrino insigne, cruzó nuestra tierra de Cantabria,
“es tan antigua y tierna la devoción que a
vos o grande santo tiene la familia de Calderón, que aún antes de usar este
apellido y desde que pasando para Galicia honrasteis la casa, hospedándoos en
ella que os tiene por tutelar y patrono”
El linaje de Calderón que ocupaba la torre de Villanueva en Viveda “poseía la barca de pasaje que estaba
enfrente de la casa y, en la ribera del río una venta, que ambos efectos son de
Mayorazgo y ambos de considerable utilidad por el frecuente tráfico de los que
pasan de Galicia y Asturias a Vizcaya”. También ocupaba otros palacios o
casas solariegas en Oreña. Y hoy, existen varios descendientes directos del
linaje Calderón en esta localidad.
Situada la casa Calderón
en Viveda, la célebre escritora gallega Dª Emilia Pardo Bazán comentando la
tradición que hace referencia al paso de San Francisco de Asís por nuestra
tierra yendo a Galicia y al referirse a la Torre de Calderón en Viveda, dice
que “sus actuales dueños no la habitan y
los aposentos hállanse desmantelados y vacíos infundiendo al ánimo tristeza”.
Hoy han quedado estos
tres accesos antiguos de Cortiguera, Viveda y Puente San Miguel reducidos a
dos: el de Viveda y el de Puente San Miguel y ambos con excelentes puentes.
Pasado el puente de
Viveda, en la rotonda viaria, se ha levantado una imagen de peregrino de San
Francisco de Asís y una placa conmemorativa que dice :
Por este lugar, después de cruzar en barca el cercano río, pasó
peregrino el hermano Francisco Poverello de Asís;
siendo hospedado –según
leyenda- en el torreón medieval de los Calderones” 1214-2006 – Ruta Jubilar
Jacobea y Lebaniega- Gobierno de Cantabria – Consejería de Obras Públicas y
Vivienda.
Cerca de la casa de los
Calderones está situada la iglesia de Viveda, consagrada por el obispo Obeco
en
el año 878, como reza en la placa a la entrada de la iglesia, visita obligada
de los peregrinos.
Ambos caminos de Viveda y Puente San Miguel
convergen en Santillana del Mar, también parada obligada con visita a la
Colegiata, Conventos, Museos y Albergue.
Desde Santillana a Oreña
hay dos caminos: el tradicional por el camino real, paralelo a la derecha de la
carretera en dirección a Comillas hasta 2 kms. Indicado a la derecha visita a
la restaurada Ermita de San Tito. (Ermita referenciada en Abadía de Santillana:
1328. Junio 23, pergamino 16 “frontera en
la viña de Santetis”, 1375, Febrero 26, pergamino 26, “cerca de la iglesia de Santitis de Villaleán",) y 1409 junio 24,
pergamino 46, “cerca de la iglesia de
Santetys de Villaleán”,). Y el que
con dirección a Arroyo, pasa por la Ermita del Terrero y por un camino
arreglado se dirige a Viallán de Oreña.
La Ermita de San Tito, de
una antigüedad, por lo menos de 1328, dedicada a San Tito, Obispo de Creta
(Grecia) del siglo I, discípulo de San Pablo, y verdadero hijo de Dios según la
fe común.
Si te adentras en la
misma observará como principal la mitra “esfuerzo por alcanzar la santidad” que
acoge la Cruz de Cristo.
Al salir de la Ermita, si
miras hacia la derecha, en el horizonte, la Iglesia Parroquial de San Pedro
Apóstol de Oreña, te indica, el camino a Santiago de Galicia. Desde allí,
vuelve a contemplar el horizonte y los Picos de Europa acogen Santo Toribio de
Liébana.