domingo, 14 de diciembre de 2025

"Santillana del Mar, una historia desconocida", año 1983

" Santillana del Mar, una historia desconocida"


El aislamiento ha conservado la belleza de la villa (Foto Bustamante)

Rogelio Pérez Bustamante analizó en el Ateneo el esplendor y la decadencia de la villa
“Santillana del Mar, una historia desconocida”

“Santillana del Mar, una historia desconocida” es el título de la conferencia que Rogelio Pérez Bustamante, catedrático de Historia del Derecho Español en la Universidad Complutense, Cronista Oficial de Potes y Santillana, pronunció en la noche del viernes en el marco del Ateneo santanderino. Pérez Bustamante, profundo conocedor de los entresijos históricos de Cantabria, pasó revista a la trayectoria de la villa, desde el esplendor alcanzado en el medioevo hasta su decadencia, concretada en el Pleito de los Valles.

Jesús SERRERA

    Cerca de cuatrocientas personas, jóvenes estudiantes en su mayoría, estuvieron presentes en el Ateneo para descifrar la desconocida historia de Santillana, de la mano de Pérez Bustamante. Tras la presentación del ponente, a cargo de nuestro compañero en EL DIARIO MONTAÑÉS, Jesús Pindado, Rogelio Pérez Bustamante inició su exposición mostrando como un enigma la historia de la villa. “Sus calles de piedra, sus casas de sillería, sus escudos y blasones -dijo- reflejan un importante pasado histórico que hasta hoy no ha podido conocerse”.

    La investigación que se ha llevado a cabo sobre los documentos que obran en poder del Ayuntamiento de Santillana, recientemente catalogados por Ortiz Real y el trabajo de investigación en el Archivo General de Simancas y en otros Centros estatales y privados, permite conocer cuál fue el protagonismo de Santillana en la época medieval y moderna, cuáles fueron las causas de su esplendor y de su decadencia, “que, pese a todo -recordó Pérez Bustamante- nos dejan esa configuración urbana, reflejo de un brillante pasado, conservada por sus habitantes y protegida por sus alcaldes”.

El esplendor …

    A juicio de Pérez Bustamante son cuatro las fases históricas por las que ha atravesado esta villa cántabra. Hacia el año mil, Santillana se ve convertida en el centro y capital de un extenso territorio en el que el más importante poder económico es el que dimana de la Abadía que lleva el nombre de Juliana, santa y marta de Bitinia, cuyos restos terminan por congregar allí una pequeña comunidad monástica.

    “En los albores del siglo XIII -prosiguió el conferenciante- se fortalecieron señoríos, en nuestra tierra, la Casa de la Vega que establece en Torre de la Vega el centro de su poder, mientras que Santillana para ser la capital de un gran distrito territorial del Reino de Castilla y León y tomará el nombre de Merindad y el Corregimiento de las Asturias de Santillana”.

… Y la decadencia

    La decadencia de Santillana comienza a verse amenazada a medida que la Casa de la Vega se adueña de la villa como, previamente, se había apoderado de su territorio de influencia. Esta circunstancia es ya una realidad en el 1444, que señala la creación del Marquesado de Santillana y su otorgamiento a Íñigo López de Mendoza.

    Después de cuatro siglos de régimen señorial, Santillana se convertiría en municipio constitucional para recibir, a principios del siglo XIX, el sobrenombre de “la Mar”.

    Tras explicar la síntesis de la historia de Santillana, analizada su población y estructura social, Rogelio Pérez Bustamante puso de relieve las principales claves económicas de la historia comarcal, fundamentadas en la producción de cereales y vides, el cultivo de los huertos, el aprovechamiento de los prados y la actividad mercantil que, en Santillana, tuvo su principal desarrollo alrededor de las ferias de ganado que se celebraban en el Campo del Revolgo, y que fueron las más importantes de su zona geográfica, en aquel momento.

    El Pleito de los Valles iba a ser -al decir de Pérez Bustamante- “la causa última del aislamiento de la villa que ve surgir frente a su territorio, la frontera de un régimen jurisdiccional diferente como si sobre sí hubiese caído una campana de cristal que la aísla y la protege de las contingencias históricas, preservando la belleza monumental de sus más brillantes tiempos medievales”.

DM/11 de diciembre de 1983 Torrelavega


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