lunes, 24 de junio de 2024

Javier Rosino, alcalde de Santillana del Mar (1977-1988)

 

El presidente de la Corporación, Francisco Javier Rosino, ostenta este cargo desde 1977

“Ser alcalde de Santillana, sólo puede ser un motivo de orgullo”

Francisco Javier Rosino accedió al cargo de alcalde del término municipal de Santillana en el año 1979, y tiene a gala ser el primer alcalde de la villa elegido democráticamente. Igualmente y según él mismo indica, “considero especialmente importante la segunda legislatura de la Corporación Municipal, porque en la misma se ha demostrado que tanto el alcalde y la Corporación democrática fueron importantes a pesar de algunos pasos hacia atrás”.

Emilio RENERO

Parece que en el municipio de Santillana existe un extraño maridaje -por lo inusual-entre el alcalde y el resto de la Corporación que al margen de ideologías de índole política trabajan en unanimidad por cubrir las necesidades de un municipio que comprenden once pueblos. El total de habitantes de Santillana alcanza los cuatro mil, y es preciso, según el mismo Javier Rosino explica, “echar muchas cuentas para poder repartir lo mejor posible esos 51 millones de pesetas que tenemos asignados para el presente año. Realmente muy poco dinero para un municipio como éste”.

No obstante este corto presupuesto, el rosario de logros sociales conseguidos en el término municipal es realmente notable. Se ha regulado el futuro urbanístico y se ha otorgado a los pueblos de una red de carreteras municipales con una pavimentación que alcanza al 80 por ciento de las mismas. La electrificación rural ha constituido otro logro importante, proyecto que se ha puesto en marcha gracias a la acción de la Consejería de Industria del Gobierno Regional. La red de alcantarillado puesta en funcionamiento con la colaboración de los vecinos, la regulación del tráfico por las calles de la villa y sentar las bases para una mejor dotación de servicios de cara al futuro, constituirían otros tantos puntos a tener en cuenta. “Y todo ello sin olvidar las instalaciones deportivas puestas en marcha y que constituyen una de las preocupaciones más serias de la alcaldía, como medida preventiva para que la juventud no se busque otro tipo de alicientes menos recomendables”, apostilla Javier Rosino. A todas éstas se añade el incremento de la plantilla municipal, que ha pasado de cuatro a once operarios.

Plan Especial de protección de la villa

Obviamente, en Santillana no se dan solamente unas necesidades de infraestructura y dotación de servicios, sino que la villa requiere otras acciones más complejas y complicadas, derivadas del hecho de la necesidad de conservar el casco monumental e histórico de la villa y su entorno. Todos los habitantes de la villa, con el alcalde a la cabeza, son conscientes de esta necesidad de no deteriorar este conjunto histórico-artístico, patrimonio de la humanidad.

Precisamente este deseo va a ser pronta realidad cuando se ponga en marcha el Plan Especial de Protección de Santillana. Este plan que se espera entre en funcionamiento en ocho o diez meses, alcanzará un costo en su redacción de seis millones de pesetas y está siendo elaborado por el mismo equipo de arquitectos que llevaron a cabo las normas subsidiarias. Se han trazado múltiples planos a una escala de 1:100 de las calles, fachadas y casas de Santillana para tener una idea exacta de todo aquello que no se puede hacer para no deteriorar el conjunto y su entorno.

En este sentido se respetarán también las zonas verdes al igual que el sentido longitudinal de las calles y el Ayuntamiento tendrá plena potestad para autorizar o desautorizar lo que estime más oportuno en cada momento. Sin posibilidad de réplica o reclamación ante ningún otro organismo o estamento.

Así pues la entrada en funcionamiento de este plan supondrá el poner punto final a una serie de incertidumbres y zozobras ante la posibilidad de deterioro de Santillana y se erigirá en el piloto en Cantabria en lo que a protección de patrimonio y bienes culturales se refiere.

Javier Rosino considera que “es obligación del alcalde dejar el pueblo en el mismo estado en que lo encontró”, y él sabe por qué lo dice, en base a la reconversión de las casas en mal estado, o la proliferación de negocios para satisfacer al turismo, que pueden romper la identidad del entorno y que supone esforzarse en un tipo de construcción adecuado al lugar.

El zóo, la Fundación Santillana y cómo no Las Cuevas de Altamira suponen otros tantos patrimonios o logros y esfuerzos permanentes para la alcaldía. Claro que, según se desprende de las opiniones del propio alcalde, esto tiene su compensación, porque “a nivel nacional es una satisfacción el ser alcalde de Santillana. A cualquier sitio donde vas es un motivo de gran orgullo, aunque ello encierra también una gran preocupación por lo que esta villa supone y representa”.

A esta necesidad estética no va a resultar ajeno el futuro aparcamiento, muy necesario ya para atender las demandas de los innumerables vehículos que llegan al lugar. “El tráfico afecta a las fachadas y la necesidad del nuevo aparcamiento es algo imperioso para Santillana”. El proyecto será entregado en agosto al MOPU para ser puesto a subastar y poder comenzar de inmediato las obras. La pavimentación será de adoquines, y tendrá pérgolas y árboles, algo muy distinto al concepto tradicional de lo que es un aparcamiento, aunque tratándose de Santillana, la novedad se impone. Javier Rosino es consciente que el nuevo aparcamiento generará una serie de gastos de mantenimiento a los que habrá que hacer frente.

Igual que supondrá un gasto y esfuerzo, las labores a realizar entre el mismo Ayuntamiento y el INEM para modificar la Plaza de las Arenas, mediante la instalación del empedrado, al igual que en la parte trasera de la Colegiata y en toda la villa. Estas obras comenzarán el 1 de septiembre y en ellas el MOPU aportará la mano de obra, siendo por cuenta del Ayuntamiento la aportación de los materiales precisos.

DM/ Sábado, 28 de junio de 1986


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