Algunos recuerdos:
"Bodas de oro sacerdotales en la Abadía Cisterciense de Cóbreces
El martes pasado, en el monasterio de Via Coeli, celebraron
conjuntamente sus Bodas de Oro sacerdotales don Lorenzo Iriondo Lambert,
párroco de Comillas y don Luis Fernández Viadero, párroco de Novales,
acompañados por el excelentísimo señor Obispo de la Diócesis, doctor don
Eugenio Beitia Aldazábal.
Estos venerables sacerdotes, cargados de años y de méritos,
rehusaron celebrar públicamente sus Bodas de Oro con, el Sacerdocio, porque su
salud y su humildad ponían impedimento a lo que era deseo de sus feligreses,
que querían aprovechar esta oportunidad para demostrarles el cariño que les
tienen y la gratitud que les deben. Ante tal actitud, los sacerdotes del
Arciprestazgo propusieron se hiciera la celebración de una manera privada y en
lugar apartado del mundanal bullicio; en el marco recoleto y solemne de la
Abadía de Cóbreces, aceptaron encantados y se organizó la fiesta.
A las once de la mañana comienza la misa solemne, con la
presencia del excelentísimo señor Obispo de la Diócesis, de los reverendos
Abades Padre Ceferino García y Padre Luis Yagüe, de los homenajeados, don
Lorenzo y don Luis; de todos los sacerdotes del Arciprestazgo de Comillas y
otros sacerdotes amigos, y de la Comunidad de Padres Cistercienses.
Ofició la misa diaconada el arcipreste, Reverendo don Ramón
Laza Bedia, párroco de Cabezón de la Sal. Fue cantada por la Comunidad
Cisterciense con aquella unción y arte sublime que transporta a los oyentes y
les hace gustar por anticipado de las melodías celestiales. Predicó el Abad
Padre Luis Yagüe, con la erudición y elocuencia que le caracterizan, recordando
la alta misión del sacerdote y haciendo notar que los beneméritos sacerdotes
habían respondido dignamente esa misión con su virtud y con su celo apostólico.
Siguió un solemne “Te Deum” en el que ofició el excelentísimo señor Obispo.
Después se reunieron todos en acto de homenaje a don Luis y
don Lorenzo. Se recitaron poesías, se entonaron canciones, se pronunciaron
discursos, cerrando todo con broche de oro, el reverendo señor Obispo quien,
recogiendo con ingenio y elocuencia las ideas e incidencias del momento nos
dijo, entre otras muchas cosas, que estaba encantado del ambiente de
fraternidad que observaba entre los sacerdotes del Arciprestazgo y les pidió
que le reservaran entre ellos un puesto no de superior, sino de amigo.
A los homenajeados les deseó muchos años todavía en el
servicio activo, trabajando con optimismo, de tal manera que –como recordó en
una amena anécdota- los feligreses, al término de su vida, se dolieran y hasta
protestaran de su muerte.
Así agradece la Iglesia a los venerables párrocos de
Comillas y Novales los servicios prestados en su larga vida, una vida
sacrificada y ofrendada a Cristo por la conservación y extensión de su Reino.
El Corresponsal"
(DM 05.07.1962)
"El párroco de Novales es hallado muerto en su lecho
Según informes particulares recibidos en esta
Corresponsalía, en la mañana de ayer, lunes, ha sido hallado muerto, en su
domicilio, el reverendo párroco de Novales, don Luis Fernández Viadero, de 78 años de edad.
Como no saliese de su habitación a la hora habitual, los
familiares de don Luis acudieron a avisarle, encontrándole muerto en su lecho.
Parece ser que el domingo por la noche, al retirarse a
descansar, y como hacía en otras ocasiones, el finado sacerdote encendió la
estufa de su dormitorio, con intención de apagarla posteriormente. Y
probablemente el enrarecimiento del aire provocó la muerte.
La noticia ha causado penosa impresión, no sólo en esta
parroquia, sino en todos los pueblos de la comarca, donde era muy conocido y
respetado.”
(DM 03.03.1964)
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