domingo, 13 de octubre de 2024

Los limones de Novales, año 1963

 

La cosecha de limones en Novales ha sufrido graves pérdidas debido a las nevadas y subsiguientes heladas de estos días. En nuestra fotografía, don Pedro Duplá, perito agrícola del Estado, examinaba el fruto perdido en el árbol, junto con uno de los propietarios de los limoneros don Crisóforo Abril.- Foto ARAUNA (hijo)

Los limones de Novales


Casi el 30 por 100 de la cosecha anual, perdida este año


La nieve y las heladas han destruido el fruto que se hallaba en los árboles


Los 5.000 limoneros que existen en el pueblo, producen unos ingresos anuales de millón y medio de pts.


Con ocho flores de enero a diciembre, habrá que esperar al mes que viene para contrastar los daños y ver si estos han afectado también a los árboles


Por Julio PÓO SAN ROMÁN

    Mala salida y entrada de año la que ha tenido esta vez Novales. Las copiosas nevadas con que despidió 1962 e inició su vida 1963, unidas a las heladas subsiguientes, echaron a perder toda la cosecha de limones que permanecía en los árboles a la espera de su sazón total, como fruto ideal y básico de la economía de aquel pueblo.

    La jugada realizada, pues, por los elementos de la Naturaleza, ya que puede afirmarse sin temor a equivocación alguna, que en todas las huertas del pueblo existen limoneros que, durante todo el año, proporcionan cosecha ubérrima de este fruto jugoso y ácido. Y saneados ingresos por añadidura, claro.


MÁS DE CINCO MIL LIMONEROS


    Novales, esto ya es sabido, es célebre por sus limones. Por lo mismo, su principal riqueza son los limoneros, de los que en el pueblo existen más de cinco mil árboles.

    La cifra pudiera pasar un tanto inadvertido más no así si tenemos en cuenta la reducida extensión de terreno del Municipio, el número de familiares que le habitan y las huertas dedicadas a su explotación, en realidad todas las del pueblo.

    Ahora bien, si por término medio, en año de buena cosecha, proporciona cada uno de estos cinco mil árboles, unos trescientos limones -los hay de más y los hay de menos, naturalmente- con una simple operación aritmética podrán ustedes apreciar, la cantidad de ese fruto que allí se recoge. Y una observación importante: la recogida es continua, constante, durante todo el año, porque el árbol, generoso, está dando nada menos que ocho flores anuales, desde enero a diciembre.


TONELADAS DE LIMONES DURANTE TODO EL AÑO

    El pueblo, por tanto, vive principalmente de esta actividad agrícola. Los célebres limones de Novales se expenden no sólo a Santander, sino también a Bilbao, Asturias, Madrid y buena parte de las provincias castellanas. Cada determinado período de tiempo, los camiones llegan a la plaza del pueblo y van cargando los sacos en que los vecinos meten la cosecha propia conseguida en su huerto o huertas familiares.

    Toneladas de limones salen así, desde este auténtico jardín enclavado en el mismo corazón de la Montaña, con destino a otras regiones, lo mismo que idéntico fruto en camiones similares salen de las tierras calientes del Mediterráneo español también durante todo el año. Similitud de cosechas en desigualdad notoria de clima. ¿A qué se deberá este fenómeno?


NOVALES, JARDÍN MEDITERRÁNEO

    Los factores que influyen en ello, es decir, en que Novales dé el ejemplo único en todo el Norte de España de esta plantación masiva de limoneros, pueden ser -nosotros no somos técnicos en la materia- en primer lugar la existencia en su subsuelo de mineral de zinc, el cual contribuye en la buena vida de los agrios.

    Este factor, con ser, al parecer, determinante, no lo es en su totalidad. Otro hay, muy interesante también, cual es el de la adecuada protección de los árboles, medida ésta qué en Novales se lleva a efecto con sumo mimo y durante todo el año, con lo cual se pueden conseguir unas cosechas de excepción.

    Y, finalmente, la situación del pueblo. Resguardado de los vientos por la serie de altozanos que le circundan – “La Peñía”, “Cildá”, “Los Castros” y “La Rasa”-, esa protección es mucho más efectiva además, mucho más íntima e individual, por medio de los numerosos árboles de laurel que rodean a todos y cada uno de los huertos, de las fincas en que están plantados estos limoneros, puesto que así les preservan de temporales de viento principalmente, con lo que se consigue primero mantener la flor, y, después, el fruto sazonado y listo para la venta.


SE HA PERDIDO MÁS DEL 20 POR 100 DE COSECHA ANUAL

    Claro que, cuando se desatan los elementos de la naturaleza, como, por desgracia días atrás ha ocurrido, ninguna protección sirve para preservar flores y frutos. Porque con las nevadas caídas y las heladas producidas inmediatamente después, sin dar tiempo a licuarse la nieve posada sobre los árboles y frutos, los limones se han podrido en su totalidad. Al menos, y ya es bastante, los que aún estaban “haciéndose” en los limoneros, (Cosa curiosa que nosotros hemos observado también: los naranjos, por el contrario, no han sido dañados).

    ¿Que a cuanto ascienden las pérdidas? Esto, de momento es muy difícil de calcular. En principio, dejemos sentado como base que toda la cosecha de 1962 está a salvo, y la dañada comprende la correspondiente a la primera recogida de 1963. Es decir, aproximadamente entre un 20 y un 30 por 100 del total. Pero, ¿es esto todo? Parece ser -técnicos agrícolas del estado han estado examinando ayer mismo los daños-, que los árboles no presentaron mayormente signos de deterioro, mas para confirmar la noticia habrá que esperar un mes más y observar si éstos dan nuevamente flor.

    Si, por desgracia, las nevadas y heladas han afectado también a los árboles, los destrozos serán muy sensibles y, desde luego, se dejarán sentir en la economía del pueblo, ya que éste saca, de la cosecha de limones anual, en conjunto, alrededor del millón y medio de pesetas.

    En resumen, que la cosecha de limones de primavera se ha perdido, y habrá que aguardar a la inmediata para ver si los daños han sido tan graves y decisivos como en principio se temió. Dios quiera que haya sido todo, aparte las pérdidas reseñadas, una falsa alarma, y que para este verano podamos degustar nuevamente estos limones tan distintos de los de la región levantina por su piel más gruesa y su jugo más fuerte, más ácido, que hace sea codiciado sobre todo para la repostería, y que constituyen una de las principales fuentes de ingresos de este laborioso pueblo de la Montaña, que es Novales.

DM/ Domingo 13 de enero de 1963


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