martes, 13 de diciembre de 2016

El Camino de Santiago del Norte pasa por Oreña




La peregrinación a Santiago se transformó desde el siglo IX en el acontecer religioso y cultural más destacable y más profundamente vivido de la Edad Media. Hecho reconocido recientemente por el Parlamento Europeo, que designó al Camino “Primer Itinerario Cultural Europeo”, y por la UNESCO, que lo declaró “Patrimonio de la Humanidad”.

Los pergaminos transcritos en el “libro de regla” de la Abadía de Santillana, testimonian desde el siglo X el tránsito de peregrinos por la Cantabria costera.

Del año 987 es la concesión de privilegios que hace el conde García Fernández de Castilla a Santa Juliana para favorecer “frates et presbíteros peregrinos”; en 1107 un grupo de cofrades fundó en el término de Cortiguera el monasterio de Santo Domingo de la Barquera, a fin de mantener una barca en que cruzar de un lado a otro de la ría Saja-Besaya a peregrinos pobres y ricos, viudas, huérfanos, etc., barquería que se mantuvo en servicio durante casi novecientos años.

Sobre un margen del Saja viniendo de Santander y contigua al antiquísimo camino que iba a las Asturias de Oviedo, se alzaba a finales del siglo XII, en el sitio llamado Bárcena de la Puente, perteneciente al Valle de Reocín, una ermita románica consagrada al Arcángel San Miguel y, lindante con ella, cinco casas, una de las cuales estaba destinada a hospital, donde eran acogidos los enfermos del citado valle y los peregrinos  que iban hasta Santiago de Galicia.

El hospital y la ermita dependían de la Abadía de Santillana, utilizándose para salvar el Saja cercano un puente que era valioso elemento en el camino costero.

Estas infraestructuras de barcas, puentes y caminos; las hospederías y hospitales; y las iglesias, ermitas y humilladeros aportan la atención humanitaria y religiosa al viandante.

San Francisco de Asís parte para España acompañado de Fray Bernardo de Quintavalle y otros frailes (1213-1215). Empezaban sus predicaciones con el saludo “¡El Señor os dé la paz!”, el mismo que dirigían a cuantos se les cruzaban por el camino.

Este peregrino insigne, cruzó nuestra tierra de Cantabria, “es tan antigua y tierna la devoción que a vos o grande santo tiene la familia de Calderón, que aún antes de usar este apellido y desde que pasando para Galicia honrasteis la casa, hospedándoos en ella que os tiene por tutelar y patrono”





El linaje de Calderón que ocupaba la torre de Villanueva en Viveda “poseía la barca de pasaje que estaba enfrente de la casa y, en la ribera del río una venta, que ambos efectos son de Mayorazgo y ambos de considerable utilidad por el frecuente tráfico de los que pasan de Galicia y Asturias a Vizcaya”. También ocupaba otros palacios o casas solariegas en Oreña. Y hoy, existen varios descendientes directos del linaje Calderón en esta localidad.

Situada la casa Calderón en Viveda, la célebre escritora gallega Dª Emilia Pardo Bazán comentando la tradición que hace referencia al paso de San Francisco de Asís por nuestra tierra yendo a Galicia y al referirse a la Torre de Calderón en Viveda, dice que “sus actuales dueños no la habitan y los aposentos hállanse desmantelados y vacíos infundiendo al ánimo tristeza”.


Hoy han quedado estos tres accesos antiguos de Cortiguera, Viveda y Puente San Miguel reducidos a dos: el de Viveda y el de Puente San Miguel y ambos con excelentes puentes.


Pasado el puente de Viveda, en la rotonda viaria, se ha levantado una imagen de peregrino de San Francisco de Asís y una placa conmemorativa que dice : Por este lugar, después de cruzar en barca el cercano río, pasó peregrino el hermano Francisco Poverello de Asís; siendo hospedado –según leyenda- en el torreón medieval de los Calderones” 1214-2006 – Ruta Jubilar Jacobea y Lebaniega- Gobierno de Cantabria – Consejería de Obras Públicas y Vivienda.



Cerca de la casa de los Calderones está situada la iglesia de Viveda, consagrada por el obispo Obeco
 en el año 878, como reza en la placa a la entrada de la iglesia, visita obligada de los peregrinos.







Ambos  caminos de Viveda y Puente San Miguel convergen en Santillana del Mar, también parada obligada con visita a la Colegiata, Conventos, Museos y Albergue.

Desde Santillana a Oreña hay dos caminos: el tradicional por el camino real, paralelo a la derecha de la carretera en dirección a Comillas hasta 2 kms. Indicado a la derecha visita a la restaurada Ermita de San Tito. (Ermita referenciada en Abadía de Santillana: 1328. Junio 23, pergamino 16 “frontera en la viña de Santetis”, 1375, Febrero 26, pergamino 26, “cerca de la iglesia de Santitis de Villaleán",) y 1409 junio 24, pergamino 46, “cerca de la iglesia de Santetys de Villaleán”,).  Y el que con dirección a Arroyo, pasa por la Ermita del Terrero y por un camino arreglado se dirige a Viallán de Oreña.

La Ermita de San Tito, de una antigüedad, por lo menos de 1328, dedicada a San Tito, Obispo de Creta (Grecia) del siglo I, discípulo de San Pablo, y verdadero hijo de Dios según la fe común.

Si te adentras en la misma observará como principal la mitra “esfuerzo por alcanzar la santidad” que acoge la Cruz de Cristo.



Al salir de la Ermita, si miras hacia la derecha, en el horizonte, la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol de Oreña, te indica, el camino a Santiago de Galicia. Desde allí, vuelve a contemplar el horizonte y los Picos de Europa acogen Santo Toribio de Liébana.


“¡El Señor os dé la paz!


¡¡Buen Camino!!




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