Retrato de don José de la Guerra |
Una obra en
inglés sobre el capitán don José de la Guerra, de Novales
Por Fray Mª
Patricio Guerín O.C.S.O.
El Gran Capitán José de la Guerra, por el P. Joseph A.
Thompson, O.F.M. 25 x 17 cms.; doscientas cuarenta y cuatro páginas; 1961.
Impresa por Cabrara & Sons, Los Ángeles.
CUALQUIERA
creería que a tal título correspondería una obra en castellano, más no es así.
El autor es bisnieto del biografiado y religioso franciscano, y publica la obra
en inglés. Sin embargo, era justo se encabezase en castellano la biografía de
quien nació en la Península, y más en concreto en el pueblo de Novales
(Provincia de Santander), el 6 de marzo de 1779, como primogénito de don Juan
José de la Guerra y Ceballos y de doña María Teresa de Noriega y Barreda.
A la edad de
13 años parte el joven Guerra para Méjico, en compañía de su tío don Pedro González
de Noriega. Su deseo personal parece haber sido el de ingresar en la Orden de
Predicadores, más, ya que a ello se opusieron sus familiares, se dedicó a la
carrera militar. Con ese fin se encaminó a la alta California, en donde sería
el brazo derecho de los misioneros franciscanos.
Alférez en
1801, fue nombrado al año siguiente habilitado de Monterrey. En 16 de mayo de
1801 contrajo matrimonio con doña María Antonia Carrillo, cuyos padres habían
recibido la bendición nupcial de Fray Junípero Serra. Desde 1806 a 1809 fue
habilitado de San Diego. En 1810 fue nombrado habilitado general de las
Californias, pero cayó en manos de los rebeldes al dirigirse a Méjico. Fue
liberado en 1811 y designado Ayudante Mayor de las fuerzas realistas. En 1815
se le nombró Comandante del presidio de Santa Bárbara. Dos años más tarde
recibió el nombramiento de Capitán, y como tal fue conocido en adelante, por
antonomasia.
Las
peripecias de su largo período en activo (hasta 1842) no fueron muy brillantes,
por cuanto era muy escaso el personal a sus órdenes y los medios de defensa que
tenía a su disposición.
Al
proclamarse la Independencia de Méjico en 1821, el Capitán Guerra aceptó el
nuevo estado de cosas y siguió en su cargo hasta que fue elegido Diputado en
1827. En la página 95 se hallan las razones que le movieron a apoyar al nuevo
régimen.
Después de
retirarse en 1842, vivió aún dieciséis años. Falleció a las once y siete
minutos del 11 de febrero de 1858. Es digno de notarse (aunque no parece se le
ocurrió al autor) que estos fueron los momentos de la primera aparición en
Lourdes. Es interesante su testamento, que se puede ver íntegro en el capítulo
VII.
En el
siguiente se leen diversos elogios póstumos. Antes de morir, en 1 de mayo de
1847, el Capitán volvió a adquirir la nacionalidad española.
El apéndice
A contiene resumen histórico acerca del presidio de Santa Bárbara. También son
de notable interés los restantes diez apéndices. Un buen número de láminas y
facsímiles completan el acierto de esta obra, que bien merecería los honores de
una traducción al castellano.
Fray Mª Patricio Guerín O.C.S.O.
(publicado
en el nº 28 de la revista Altamira 1962-1963)
Otras entradas relacionadas:
La boda de Anita de la Guerra en 1836
Gaspar de Oreña Gómez y María Antonia de la Guerra Carrillo
Eduardo González Pardo Autrán e Isabel Obregón Rumoroso
No hay comentarios:
Publicar un comentario