Dice el historiador Manuel Pereda de la Reguera, en su libro
“Santillana del Mar y Altamira”, que la Colegiata, magnífico edificio románico,
emplazado probablemente en el lugar que ocupara el primitivo santuario en el
siglo VI, es, sin duda, el más importante de la villa. Data de los siglos XII y
XIII, principalmente, ya que nada queda del santuario del siglo IV, ni de la primitiva
Abadía en la que se transfiguró en el siglo VIII.
Según se deduce de una inscripción de la fachada donde puede
leerse “Esta Iglesia se concluyó, a honra de Dios, era CCCXXV”, ésta se terminó
de construir en el año 1287, siendo declarada Monumento Nacional en el 1885.
Pero hoy no vamos a ocuparnos de la Colegiata de Santillana,
sino de una persona, concretamente de su sacristán y guía, que hasta el pasado
domingo precisamente la prestó sus servicios con una amabilidad y sencillez que
le caracterizan. Se llama don Pedro Oreña Ugarte.
No es el señor Oreña partidario de la publicidad; no le
gustan esta clase de cosas, pero en el presente caso se da la circunstancia de
que él es asiduo lector de nuestro periódico y nosotros de contar en Santillana
con excelentes amigos como Daniel Sánchez Fernández, que nos prepara “el
terreno” para realizar la siguiente entrevista. Lean ustedes:
-¿Cómo
es Santillana del Mar?
-Para mí, extraordinaria,
-Para
nosotros también Diga, ¿cómo fue entrar de sacristán y guía en la Colegiata?
-Por iniciación de mi padre, al quedar la
plaza libre allá en el año 1911.
-¿Horas
diarias de trabajo?
- Nunca he podido calcularlas.
Sinceramente, no he tenido ni entrada ni salida fija, laboralmente hablando. Lo
que sí puedo decirles es que nunca han bajado de doce a catorce.
- ¿Días
de mayor afluencia de turistas?
- Siempre lo son y durante todo el año, pero de una manera
especial en los meses de julio y agosto, y algo menos en septiembre. Así, en
pleno verano, pueden calcularse de 2600 a 2700 turistas diarios.
-
¿Los que más la visitan?
- De los españoles, los catalanes; del
extranjero, los franceses, ingleses y alemanes.
-¿Qué
más les gusta de la Colegiata? ¿Qué dicen de ella?
- Dicen siempre cosas alusivas a su
arquitectura; luego les gusta, más que nada, los cuatro Apóstoles que hay en el
interior del altar mayor, por su buena conservación, el claustro; en fin, todo.
- En
su larga permanencia, sesenta años como guía, ¿cuántas reparaciones ha visto
usted realizarse en la Colegiata?
- Bueno, se han efectuado algunas; por
ejemplo se ha quitado su cal, se ha desviado el agua que pasaba por debajo del
edificio y que iba a salir en la calle del Río, en la cual sigue todavía
precisamente un río para lavar y un abrevadero para el ganado. La reparación de
los tejados…
- ¿Qué
visitantes ilustres recuerda usted?
- Visitantes recuerdo muchos. Están Su
Majestad el Rey Don Alfonso XIII, Su Excelencia el Generalísimo Franco y su
esposa; el General De Gaulle, miembros de la Casa Real Inglesa…
- ¿El
día de su mayor satisfacción?
- En una de sus reparaciones que, como he
dicho, se efectuaron en la Colegiata, precisamente el día en que se quitó la
cal, para lo cual: yo también trabajé y con mi santa paciencia le iba quitando
de los capiteles, con alambres finos y a punta de navaja, para no estropearlos.
- ¿El
que más amargo le ha sabido?
- El día que tuve que entregar las llaves
de la Colegiata, allá en período rojo.
-
¿Cómo es usted?
- Pues un poco serio, quizá por los años
que he llevado de sacristán-guía y por respeto a la Iglesia católica y a la
doctrina cristiana.
-
¿Aficiones favoritas?
- Me gustan los toros, ciclismo y el
fútbol, pero sinceramente, no tengo tiempo para ir a verlo. A propósito que he
hablado de fútbol, el otro día hice un exceso y me largué de una escapada a ver
al Rácing. Naturalmente, más que por nada fui por ver a Carlitos Alonso, que
fue monaguillo de la Colegiata y por el cual hoy y siempre he tenido mucha
simpatía. La verdad es que alegra mucho que lleve el nombre de Santillana y que
así se le conozca por esos pueblos de Dios.
- ¿Le
gusta leer?
- Me gusta mucho la lectura, pero en
particular la del periódico. Y de periódicos (no es por nada), me quedo con el
que siempre he tenido, EL DIARIO MONTAÑÉS, al que estoy subscripto hace años y
más años. Por mi especial predilección hacia él, tengan la seguridad de que les
doy esta entrevista.
- Muchas gracias, señor Oreña por esta
deferencia, que agradecemos sinceramente en nombre de nuestro periódico, ahora,
a disfrutar, junto a los suyos, de su bien merecido descanso en su noble y
hospitalaria villa de Santillana del Mar, a la que profesamos un verdadero
afecto.
José Manuel SILES (DM 08.05.1971)
Genealogía:
Pedro Oreña Ugarte (n. 13 sep 1892 Santillana del Mar, m. 27 jun 1987 Santillana del Mar) y Carmen González Gómez (n. 1896 Santillana del Mar, m. 18 jun 1979 Santillana del Mar) casados el 22 de septiembre de 1917 en la Iglesia parroquial de Santa Juliana de la villa de Santillana del Mar.
No tuvieron hijos
Sacristán-guía de la Real Colegiata de Santillana del Mar
Residencia en Santillana del Mar
Pedro era hijo de Bruno Oreña Gutiérrez (n. 6 oct 1869 Santillana del Mar, m. 17 dic 1911 Santillana del Mar) y Vicenta Ugarte Bustamante (n. 1868 Santander, m.).
Sus hermanos: Magdalena (n. 1893, m.), Juliana (1895-1978), Rafaela (1900-), Ángel Francisco (1901-), Federico Ramón (1902-), José (1903-1991), Eduardo (1906-1994), María de las Nieves (1908-) y Rosa (1910-).
Era nieto paterno de Pedro Oreña Martínez (n. 19 ene 1831 Santillana del Mar, m.) y Juliana Gutiérrez Gutiérrez (baut. 28 jun 1833 Santillana del Mar m. 6 jul 1914 Santillana del Mar).
Era nieto materno de Eduardo Ugarte () y Josefa Bustamante (n. Sopeña).
Carmen era hija de Valeriano González (n. Santillana del Mar) y Jesusa Gómez Allende (n. Santillana del Mar, m. 21 sep 1949 Santillana del Mar).
Raíces:
Magdalena Oreña Gutiérrez (1875-), tía de Pedro es la madre de Jesús Otero Oreña, el escultor (1908-1994). Federico Otero Gutiérrez (), su padre es hermano de Perfecta (1879-) que a su vez es madre de Jesusa Andrés Otero (1911-2002) casada con Eusebio Ramos Gutiérrez (1908-1994) mi primo carnal.
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