Foto en la Gaceta del Norte Francisco Miguel (el piteru) hace una demostración en Madrid de manejo del dalle |
Ochenta y tres años de edad, cincuenta ausente de su tierra de la que no piensa volver a salir
Un montañés de Oreña representante ante Franco de la “Operación España”
Titulares en la Gaceta del Norte en –Informacion local- 10-10-1969
MADRID.
(De nuestro enviado especial, J. Samperio.)
(El reportaje que envía Josefina Pérez desde Francia es más amplio, me limitaré a lo que nos concierne de Oreña al pie de la letra )
“El requinto de Oreña
La identificación más sencilla fue la de
Francisco Miguel Calderón Cayuso (*), ochenta y tres años de edad, natural de
Oreña, a donde se dirige.
-¿Por
santanderinos pregunta? –me respondieron muchas veces miembros de la “operación”
–Hay uno que ha sido el más destacado personaje del grupo. En todo el viaje no
abandonó un momento el “clarinete”. Nos ha brindado cada concierto …
-No se
trata de clarinete –me aclaró luego el veterano músico. Es un requinto, el
mismo que me acompañó desde Santander, hace exactamente cincuenta años, cuando
emigré a Méjico.
Medio
siglo sin retornar a nuestra provincia privilegiada. El hombre que marchó en
plenitud de facultades es hoy este anciano todavía vigoroso, recio de temple,
que me asegura apretando los dientes:
-No he
de llorar, aunque la emoción me carcoma por dentro. Ya no me quedan lágrimas;
he vivido y he sufrido demasiado …
-creo, pese
a todo, que su voz tiembla rememorando:
-Me
venían a buscar de todos los pueblos cercanos de Oreña cuando había ceremonias.
Yo era uno de los que mejor animaba las fiestas. Cuando no tocaba me dedicaba a
faenas del campo.
En
Méjico hubieron de variar las cosas. Fue ganadero frustrado, agricultor sin
demasiada suerte, carpintero …
-Me he
defendido como pude. Soy mañoso. Ya en Oreña construía unos dalles estupendos.
Siempre,
sin proponérselo. Santander, ¡su “primera vida”! en los recuerdos. Parece, Dios
mío, mentira que cincuenta años no sean capaces de borrar el amor al terruño.
-Me casé
en Méjico y dejo allí dos hijos y ocho nietos. Pero tengo también dos hijos en
Oreña, a los que voy a abrazar con toda mi alma.
Se ha
vuelto a emocionar, aunque pretenda ocultarlo. Murmura algo sobre los dos
únicos convecinos que de su “quinta” sabe que viven: “¡Qué de cosas podré
contar a Francisco Piñera y Francisco “El Mingón!” (**)
Ante el Caudillo
Aparentemente,
ni se inmuta cuando, en mi presencia, llega un jefe de la “Operación España”
para decirle:
-Tiene
usted que afeitarse, vestirse con traje y corbata oscuros y camisa blanca. Ha
sido elegido para representar ante el Caudillo a todos los españoles que
proceden de Méjico.
-Está
bien –le dice al que brinda la noticia, y a mí, seguidamente: “Mira, paisanuco,
creo que es justo este honor. Yo estuve con Franco allá por los años ocho y
nueve, en África. Él era entonces sargento y yo cabo. Después …
-¿Qué le
dirá usted al Caudillo?
Improvisa
sin dudar un instante-
-Mi
general, a sus órdenes. Tengo el gusto y el honor de representando a mis
compañeros, postrarme a sus pies. Porque es usted el hombre más grande de
España.
Se
detiene de pronto y pregunta:
-¿Será
correcto que le trate de usted?
-Pues …
yo creo que sí, que él comprenderá.
Me quedaré en mi tierra
Todavía
son vigorosos sus brazos cuando me estrecha fuerte, como al encontrarnos. No se
si sus ojos se empañan en el momento de despedirnos.
Ha sido
el primer paisano que encontré en España. Tenía unas ganas locas de que me
hablara alguien “en uco …” Y todavía …
-Santander
era ya lo mejor del mundo cuando marché. Luego he visto, en fotografías, que ha
embellecido muchísimo. ¿Sabes una cosa? Traigo un año de plazo antes de
regresar. Pero me parece que no voy a volver nunca a Méjico. Quiero descansar
en nuestra tierra. He encontrado en América gente buena, pero también muy mala.
He sufrido mucho, si … No creo que me mueva más de Santander.”
(*) Francisco Miguel (n. 3 ene 1887 Oreña, m. 1970 Ciudad Gómez Palacio Durango México)
(**) Francisco Piñera García (1883-1971) y Francisco González Valdés (1882-1971)
(**) Francisco Piñera García (1883-1971) y Francisco González Valdés (1882-1971)
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